Antibióticos Naturales. Revolución en la Farmacopea?

medicinanatural234ddInvestigadores de las Facultades de Bioquímica y de Ciencias Naturales estudian la jarilla y la tola, utilizadas por sus variadas propiedades medicinales.

Desde el uso del llantén para aliviar los dolores de garganta hasta las propiedades de la hoja del Aloe vera como cicatrizante de la piel, cientos de plantas medicinales son estudiadas por científicos de todo el mundo con el objetivo de corroborar esas propiedades curativas. Es el caso de los investigadores de las facultades de Bioquímica, Química y Farmacia y de Ciencias Naturales de la UNT que estudian más de cincuenta especies medicinales distribuidas en diferentes regiones del Noroeste Argentino y además trabajan confrutos comestibles de la flora nativa del NOA.

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El equipo de investigadores de plantas medicinales de la Universidad de Tucumán, en Antofagasta de la Sierra. 

La Dra. María Inés Isla junto a la Dra. Catiana Zampini, investigadoras del CONICET y docentes de la UNT y Soledad Cuello, becaria del CONICET y licenciada en Ciencias Biológicas descubrieron que las jarillas, especialmente una especie conocida con el nombre vulgar de pus-pus (Zuccagnia punctata) que crece en los Valles Calchaquies y otra planta conocida como tola (Baccharis incarum) que crece en la Puna Argentina, poseen diversas propiedades medicinales especialmente antibióticas, ya que actúan sobre bacterias patógenas humanas multiresistentes a antibióticos comerciales.
 
Las investigadoras afirmaron que las jarillas tienen también cualidades antiinflamatorias,antifúngicas y además, dado que crecen en la montaña y están expuestas a elevada radiación ultravioleta, producen compuestos fotoprotectores que podría resultar en aplicaciones como pantallas solares (cosmética) y antioxidantes porque depuran radicales libres.
 
La mayoría de las plantas que analiza el grupo son recolectadas de la Puna, especialmente de la región de Antofagasta de la Sierra (Catamarca) a 4500 metros sobre el nivel del mar (msnm). “A partir de nuestros estudios pudimos validar varias propiedades que le atribuye la gente de la zona a las jarillas como la actividad antiinflamatoria o antimicrobiana y además se encontró que presentan otras propiedades medicinales lo que las hace más que interesante para profundizar su estudio”, detalló Isla.
 
Myriam Arias del equipo de investigación analiza la mejor opción para vehiculizar los principios activos de las jarillas y las tolas ya sea a través de comprimidos y/o geles. Comentó que “la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), exige que todo medicamento nuevo sea controlado mediante ensayos in vivo, en animales de experimentación  y esa es la etapa que estamos próximos a implementar“.
 
Arias explicó que las ventajas del medicamento fitoterapéutico (en base a plantas) frente al convencional es que el primero suele ser más efectivo por qué es un fitocomplejo formado por múltiples moléculas y en consecuencia actúa sobre múltiples blancos y que al tratarse de moléculas nuevas supera la resistencia que generan los medicamentos convencionales“ Además al usar material de la zona se puede generar trabajo genuino para la gente del lugar que se dedique a la recolección de esas especies o un proyecto más ambicioso a futuro como una planta elaboradora de medicamentos, que involucre a toda la comunidad”, precisó.
 
Sobre el estudio de frutos comestibles, Soledad Cuello comentó que estudian la flora nativa del NOA para evaluar su calidad nutricional y funcional para su uso en el diseño de alimentos funcionales. “Nuestro propósito es aportar valor agregado a los mismos y contribuir al desarrollo regional de micro emprendimientos. Entre los frutos con los que trabajamos podemos mencionar el chañar, mistol, algarrobo, tomate de árbol, arrayán y cactáceas, entre otros”, finalizó.
 
Propiedades anticancerígenas de la jarilla
 
En cuanto a las posibilidades de prevención del cáncer a partir del uso de plantas de ecosistemas áridos y semiáridos, María Inés Isla manifestó “nuestro laboratorio demostró que el extracto de una de las especies de jarillas (Zuccagnia punctata) y sus compuestos aislados fueron capaces de proteger al ADN del daño primario producido por xenobióticos. Esto revela la importancia que poseen estas especies en la búsqueda de alternativas naturales para la prevención del cáncer”.
 
Agregó “por otro lado, se demostró que esta especie vegetal y compuestos aislados podríanrevertir la resistencia de las células tumorales al transporte a multidrogas, lo que favorecería los  resultados de la quimioterapia”, detalló la profesional.
 
El equipo de investigación de Isla es multidisciplinario y está integrado por farmacéuticos, químicos, bioquímicos, licenciados en biotecnología y en ciencias  biológicas, investigadores deCONICET y de la UNT, becarios y tesistas.

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