Después del verano, las temperaturas descienden, pero no la actividad en la huerta. Conocé las especies que prosperan en esta estación y las prácticas recomendadas para lograr un cultivo fuerte y agroecológico.
Pese a que el verano haya finalizado, las temperaturas bajas no deben detener a un huertero comprometido con su desafío de producir hortalizas sanas y frescas todo el año. Por el contrario, el otoño tiene sus bondades y resulta un buen momento para sembrar los cultivos de invierno, fortalecer el suelo y realizar algunas podas.
Desde hace 25 años, el programa Prohuerta acompaña a más de 3,5 millones de personas que, distribuidas en más de 700.000 huertas a lo largo y ancho del país, producen sus propios alimentos. A continuación, Francisco Pescio, técnico del INTA Amba y especialista del Prohuerta, explica cuáles son los cinco secretos para tener en cuenta en la huerta de otoño.
1. Sembrar las especies adecuadas
Conocer cuáles son las especies que prosperan en esta estación y durante el invierno es fundamental para lograr un buen cultivo. En este sentido, se recomienda continuar con la siembra de acelga, lechuga, achicoria, rabanito y zanahoria, hortalizas que, además de ser muy consumidas, permiten mantener una producción regular todo el año, ya que también se adaptan a la temporada primavera-verano.
No obstante, existen otros cultivos que, gustosos de las bajas temperaturas, son propios del período otoño-invierno como cebolla, puerro, coliflor, brócoli y repollo. Sucede lo mismo con la espinaca, escarola, remolacha, ajo, habas y arvejas.
En particular, las especies leguminosas –habas y arvejas, por ejemplo– se destacan por su aporte a los cultivos, en tanto fabrican algunos de los nutrientes que consumen y eso ayuda a reponer la fertilidad del suelo.
Además de saber cuáles son las especies que crecen en esta época, es importante consultar el calendario a fin de identificar el mejor momento para iniciar los cultivos y la técnica de siembra apropiada en cada caso. Estos y muchos otros datos pueden encontrarse en el Cuadro Planificador Prohuerta haciendo click aquí
Las leguminosas como habas y arvejas se destacan por su aporte a los cultivos, en tanto fabrican algunos de los nutrientes que consumen.
2. Utilizar coberturas
Cubrir canteros o almácigos con abono de cobertura (pasto seco o viruta de madera) favorece la retención de humedad al comienzo de la temporada, una condición indispensable para lograr una emergencia uniforme de los cultivos.
3. Producir semillas
Es conveniente dejar en la huerta algunas plantas de la temporada primavera-verano como zapallitos, zapallos y chauchas para que los frutos puedan formar buenas semillas y conservarlas para iniciar la próxima campaña.
4. Agregar abono al suelo
Además de continuar con el reciclaje de los desperdicios orgánicos, el otoño es un buen momento para fortalecer el suelo y recompensarlo con nutrientes por su trabajo durante la temporada estival. De este modo, una de las claves es separar el abono que ya se encuentra listo en la abonera y agregarlo a la tierra antes de realizar la siembra.
5. Realizar algunas podas
Otra de las bondades del otoño es que le permite al huertero hacer algunas podas de los frutales, ya que las plantas pueden cicatrizar los cortes relativamente rápido. En invierno, si bien la planta “sufre” menos la poda, no cicatriza con tanta facilidad.
El agregado de abono y el uso de coberturas son prácticas fundamentales para mejorar la calidad del suelo y fortalecer los cultivos.