Parece una paradoja, pero los tomates también se pueden plantar en el asfalto. No de forma literal, obviamente. Nos referimos a la moda de loshuertos urbanos, que cada vez tienen más presencia en las grandes ciudades, donde se echa de menos el contacto con la naturaleza.
En Madrid, por ejemplo, algunos vecinos han aprovechado los descampados de sus barrios para cultivar sus propias hortalizas de forma colectiva. Otros optan por montarse el huerto en el piso. Basta con tener un sitio al aire libre: una terraza, un balcón o una ventana, para poder cultivar. Existen incluso estructuras verticales que ahorran espacio.
«Cuanto más urbano es el lugar más necesidad hay de un huerto», asegura a ABC.es Alfonso Sánchez, biólogo y responsable de contenidos de Planeta Huerto, una tienda online que vende productos relacionados con la jardinería, los huertos y el estilo de vida sostenible. Una tendencia que, en su opinión, va a más por varias razones: «Tenemos una necesidad vital de tocar naturaleza, una mayor preocupación por la calidad de los alimentos que comemos y es una actividad desestresante y divertida». Aunque advierte de que para que resulte entretenido y relajante hay que planteárselo como como un hobby. «Hasta las plagas forman parte del aprendizaje», apunta en tono jocoso.
Si estás harto de comprar tomates que saben a cartón o llevas tiempo barajando la posibilidad de convertir la agricultura en una afición, te explicamos, paso a paso, cómo montar tu huerto en casa.
-Busca una zona exterior soleada. Para el cultivo de hortalizas se necesita, como mínimo 4 ó 5 horas de sol directo. Si no tienes tanto sol, puedes limitar tu huerto a determinadas plantas aromáticas como las mentas, el cebollino o las caléndulas, que no necesitan tanta luz.
-Los recipientes tienen que contar, como poco, con 20 centímetros de altura para que se desarrollen las raíces, ser anchos, y tener desagüe para evitar el exceso de agua. En cuanto al material, la madera o cerámica es más aislante y recomendable que el plástico.
-Elige un sustrato ligero con mucha capacidad de retención de agua y nutritientes. Puedes plantar semillas o plantones. Éstos últimos son más sencillos de sacar adelante si te estás iniciando.
-El riego es lo más complicado. «No hay una norma, hay que cogerle el punto, depende de la época del año, del cultivo y del sol que recibas», advierte Sánchez. Lo ideal son pequeños riegos continuados para mantener la tierra húmeda, pero sin encharcarla.
-Para empezar, los cultivos más sencillos, según el experto, son las lechugas, los rabanitos los ajos tiernos, la rúcula o las espinacas. El tomate, por el contrario, es el más complicado y al mismo tiempo el más deseado en todos los huertos. «Es difícil porque coge todo tipo de plagas. No debes deseperarte, tienes que ir tratándolo y cogiendo cosecha hasta que no dé más», avisan desde Planeta Huerto.
-Utiliza abonos orgánicos y tratamientos ecológicos que no dejen residuos en las verduras y hortalizas.
-Lo mejor para evitar plagas, apunta el biólogo, es hacer las cosas bien: Cultivar cada alimento en su época, usar un buen sustrato, ubicar en un lugar correcto, utilizar productos preventivos (como el extracto de ortiga) y ser constantes con el riego.
-¿Podemos mezclar cultivos? Se pueden asociar siempre que la relación sea positiva. Hay plantas que se llevan bien e incluso se protegen de plagas y las hay demasiado invasivas como para compartir recipiente. «Por ejemplo, el tomate va muy bien con la albahaca, que genera aceites esenciales que protegen de plagas a su compañero. Ambos necesitan mucha agua y son de verano», explica.
-Y por último, un consejo del biólogo: «Empieza poco a poco y no quieras tener el «megahuerto» en una hora. Se trata de ir aprendiendo y tener pequeños éxitos».
CRISTINA GARRIDO – en ABC, Madrid. –