ANTÁRTIDA. LA UBA DISEÑA E INSTALARÁ ENERGÍA SOLAR; AGUA POTABLE Y BIODIGESTOR

 

La Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA) pondrá en marcha un ambicioso proyecto con fines sustentables y ecológicos en la base antártica argentina Petrel, que utilizará energía 100 por ciento renovable a través de paneles solares y aerogeneradores.
En uno de los sitios más inhóspitos del mundo, las energías renovables también buscan impulsar el bienestar de las personas y hacer su vida más fácil. En la Antártida Argentina, la Universidad de Buenos Aires ya proyecta una planta potabilizadora a partir de energías renovables para los argentinos que hacen patria y trabajan y estudian en el lugar más remoto de nuestro país.

En concreto, será la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) la encargada de diseñar una planta de tratamiento de aguas residuales y otra de potabilización de agua de consumo en la base antártica Petrel. Además, se buscará complementar el sistema con un biodigestor para el tratamiento de residuos orgánicos y que la energía de dicha planta sea 100% renovable a través de paneles solares y aerogeneradores.

“El mayor desafío es que esta planta debe tener una serie de características muy precisas, como su robustez y la temperatura a la que debe estar, debido a las características extremas del lugar en el que va a funcionar. Si se rompe, por ejemplo, pueden pasar varios meses hasta que vuelva a estar operativa”, señaló Roberto Serafini, docente de la cátedra de Química Inorgánica y Analítica de FAUBA, y uno de los responsables del emprendimiento.

Construcción Base Petrel – UBA
El laboratorio con el que cuenta la base Petrel puede tener un rol determinante. Serafini detalló: “La idea es que se pueda monitorear a distancia la temperatura, el pH, la conductividad y otras variables que requieren análisis específicos. Este monitoreo de manera remota permitiría, además, compartir datos con las bases de otros países y así enriquecer el sistema”.

Tanto la universidad nacional, como el Comando Conjunto Antártico (COCOANTAR) y el Grupo IFES (Innovaciones para un Futuro Energético Sustentable) están delineando los últimos detalles de esta propuesta para ser presentada en la reunión consultiva del Tratado Antártico en septiembre próximo y así avanzar en concreto con el proyecto sustentable.

Esto es debido a que cualquier proyecto que un país quiera ejecutar en la Antártida, antes deberá conciliarse con el resto de los países que tienen bases en dicho continente. Si la iniciativa es aprobada, se asignarán las partidas presupuestarias y se pasará a la fase de construcción.

La idea que tenemos es que se pueda monitorear a distancia la temperatura, el pH, la conductividad y otras variables que requieren análisis específicos. Este monitoreo de manera remota permitiría, además, compartir datos con las bases de otros países y así enriquecer el sistema. En este sentido el proyecto está presentado y hay fondos presupuestados”, indicó Serafini.

Y completó: “Los efluentes de la planta, que generalmente se vuelcan en aguas superficiales, en este caso se van a trasladar a una especie de laguna que se va a armar y luego se va a canalizar hacia el mar”. Así, la planta de tratamiento de aguas va a estar directamente ligada a la nueva casa principal que se va a construir en la Base Petrel y que, en verano, contará con una dotación máxima de 150 personas.

A su vez, esta planta contaría con un módulo de paneles solares aerogeneradores y termotanques solares, para proveer de energía y calor a los reactores que llevarían a cabo el proceso secundario, que es el de abatimiento de materia orgánica.

Por otra parte, Serafini aclaró que por la fragilidad de este ecosistema, el proyecto garantiza que “el agua de descarga sea compatible con los parámetros de vuelco, los cuales están estandarizados e indican, por ejemplo, que dichas aguas no pueden tener más de determinada cantidad de bacterias, nitrógeno, y otros”.

 

Biogás a partir de paneles solares y aerogeneradores

La nueva planta va a contar con un módulo de paneles solares aerogeneradores y termotanques solares, para proveer de energía y calor a los reactores que llevarían a cabo el proceso secundario, que es el de abatimiento de materia orgánica.

“Este proceso biológico se denomina biodigestión anaeróbica y se lleva a cabo con microorganismos que requieren que la temperatura esté relativamente alta para lo que es la temperatura en la Antártida, entre 20 y 25 grados” relató el especialista, y agregó que “la única forma de llegar a esa temperatura es calefaccionando el reactor en el que están los microorganismos que degradan la materia orgánica y esto se realiza a través de la energía renovable”.

El último paso de este proceso es la generación de biogás a partir de los diferentes residuos, tanto de las aguas residuales como de otros restos orgánicos como los de la cocina, entre otros.

“En este proceso biológico se generan unos lodos que cada determinado tiempo hay que remover ya que, si no, se acumulan y disminuyen la eficiencia del mecanismo. Esos lodos se pueden mezclar con los residuos sólidos para alcanzar la biodigestión anaeróbica. De ese proceso se puede obtener biogás, el cual se combustiona y puede tener diferentes usos dentro de la misma base”, relató Serafini.

Y concluyó: “La materia que queda de ese proceso se deshidrata para reducir su volumen, luego se la carga en contenedores y se la envía a Ushuaia para darle la disposición final”.

Construcción de paneles en marcha

La Base Petrel es una de las 13 bases argentinas en la Antártida y se encuentra en el archipiélago Joinville, al pie del glaciar Rosamaría en la rada Petrel de la Isla Dundee, a unos 1.100 kilómetros al sur de Ushuaia. Esta base cuenta es permanente (con presencia humana todo el año) gracias al proyecto de restauración que lleva adelante el Comando Conjunto Antártico.

Con el objetivo de generar energía limpia para abastecer el consumo de la dotación permanente de la Base, futuro polo logístico en la región, el Parque posee una superficie de 800 m2 y cuenta con 200 paneles fotovoltaicos policristalinos que dotarán a la Base de una potencia próxima a los 50 KW.

Más allá de la aprobación de la instalación de biogás, ya se avanzó con la construcción de paneles solares en la Base Petrel. Este año comenzó la construcción de las bases de hormigón que sostienen las estructuras del futuro parque solar, diseñadas para resistir a los vientos fuertes de la zona (+200 km/h) y el montaje de los primeros paneles fotovoltaicos.

El personal del Comando Conjunto Antártico es el encargado del montaje del parque solar con el apoyo y supervisión de los ingenieros de 360Energy y Genneia.

 

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