Argentina. – Enero de 2017 -Los problemas originados por inundaciones se repiten, año tras año, y los desastres económicos se multiplican. La agricultura sufre ese impacto económico-financiero en gran escala. Por su parte, segurar la sanidad del ganado, es clave en zonas anegadas. Publicamos ideas y recomendaciones efectuadas hace ya casi un año… Porque las inundaciones ya son un problema crónico y repetir conceptos técnicos es como «volver al futuro»
Condiciones de hacinamiento y menor disponibilidad de alimento provocan estrés, deficiencia nutricional y una caída de su inmunidad natural, que los predispone a contraer enfermedades.
Recomendaciones de manejo del INTA Reconquista –Santa Fe–.
En los últimos meses se registraron precipitaciones superiores a lo normal en el noreste argentino, principalmente al norte de Entre Ríos y centro-norte de Santa Fe, como así también en Córdoba y parte de Buenos Aires, con consecuentes anegamientos, tanto en el continente como en la zona ribereña, por la crecida de ríos y arroyos.
Este contexto de exceso hídrico predispone a los animales a contraer enfermedades, por lo que el INTA brinda una serie de recomendaciones sanitarias.
De acuerdo con Sergio Crudeli –especialista del INTA Reconquista, Santa Fe–, “épocas de cuantiosas precipitaciones como las que se registran en los últimos meses en la región provocan en los animales un estado de estrés que los predispone a contraer enfermedades que en otras condiciones no ocurrirían”.
Es que producto de los anegamientos, se reduce el campo de pastoreo y, en consecuencia disminuye la disponibilidad de alimento, lo que puede provocar una deficiencia nutricional y una caída de su inmunidad natural. Además, los animales son expuestos al hacinamiento, lo que empeora aún más la situación.
“Así, aumenta la posibilidad de que agentes patógenos, que normalmente no afectan la salud de los animales, se exacerben y provoquen enfermedades”, explicó el técnico de Santa Fe. De allí que el especialista considere “fundamental” proteger y reforzar la sanidad del rodeo, según la categoría animal y, en este caso, diferenció entre terneros y adultos.
Ante la contingencia, el técnico llamó a los productores a “estar más atentos que nunca” y agregó: “Es importante realizar recorridas diarias por los potreros, prestar mayor atención a terneros y recría y, ante la menor sospecha de cambio de actitud o de condición corporal deben realizar de manera urgente una detección temprana de afecciones en el rodeo”.
Si fuese posible, Crudeli aconsejó destinar un potrero cerca de la casa como lazareto (establecimiento sanitario para aislar a los infectados o sospechosos de enfermedades contagiosas) para poder estar más atentos a ellos y realizarles las curaciones, si fuese necesario.
Y, en todos los casos, realizar la consulta al profesional veterinario de confianza, para su evaluación y diagnóstico.
Crudeli: “Resulta fundamental proteger y reforzar la sanidad del rodeo mediante vacunación, según se trate de terneros o adultos”.
Afecciones, según la edad
En referencia a los terneros y a la recría con destete precoz, Crudeli recomendó darle una “atención especial”, ya que son los animales más susceptibles de enfermarse ante una caída de las defensa naturales.
Una de las principales afecciones que podría desarrollarse al destete –combinado con la lluvia, el frío, el barro, el transporte, el hacinamiento y el cambio de dieta– es el Complejo Respiratorio Bovino. En estos casos, Crudeli aconsejó actuar ante los factores predisponentes inmunológicos y ambientales mediante la vacunación.
En cuanto a las condiciones ambientales, el especialista subrayó la necesidad de que el potrero receptor de los animales destetados sea un lugar alto, que no se inunde, con una buena superficie por animal, para evitar el hacinamiento, bien empastado que permita llevar alimento si fuera necesario.
Asimismo, Crudeli subrayó la necesidad de vacunar a los animales antes del destete –y reforzar cuando presenta el estrés– contra las enfermedades clostridiales, como la mancha, gangrena gaseosa y enterotoxemia.
Otra de las enfermedades emergentes en estas condiciones climáticas, es la leptospirosis. Sus síntomas son cuadros de fiebre, inapetencia, anemia, orina marrón oscura, ojos amarillos, excitación nerviosa y poliartritis. Para evitarla, la mejor opción es la vacunación de todos los animales del rodeo.
Por otra parte, el hacinamiento y la humedad favorecen la infestación con parásitos gastrointestinalesen los terneros y animales de recría. “Para evitar esto se debe intensificar el control de los parásitos internos mediante un conteo de huevos en materia fecal previo a la desparasitación”, explicó el técnico.
En referencia a los animales adultos, Crudeli detalló que como regla general tanto para machos como para hembras pueden manifestarse las enfermedades más comunes como son el Carbunclo (Ántrax) y el complejo tristeza bovina.
La primera es producida por bacterias esporuladas, muy resistentes en el medio ambiente, sus esporos pueden vivir muchos años en la tierra y ser transportados por el agua, lo que aumenta las posibilidades de contagio de la enfermedad.
La segunda, está compuesta por dos enfermedades: babesiosis y anaplasmosis. La primera es una enfermedad parasitaria transmitida por la garrapata común del bovino (Riphicephalus microplus) y la segunda es producida por ricketsias transmitidas principalmente por insectos hematófagos (que se alimentan de sangre) como el tábano o la garrapata.
“Las inundaciones y el estado de hacinamiento al que son expuestos los animales, sumado a una mayor proliferación de insectos en esta época del año crean un ámbito propicio para la presentación de estas enfermedades”, detalló Crudeli.
Como medidas preventivas recomendó vacunar a los animales jóvenes y realizar tratamientos con antiparasitarios externos con baños, con el antiparasitario pour on o inyectables. “Deben estar atentos a la aparición de garrapatas, aún en campos que se consideran libres o al aumento de insectos hematófagos”, advirtió.
Mayo 2016