El descubrimiento de una banana en Omán podría proteger a la industria
Una extraña banana descubierta en un oasis de Jebel Bani Jeber, cerca de Tiwi, tiene características resistentes a las plagas que podrían ayudar a proteger la industria global d ela banana, según un especialista en vegetales alemán.
El Dr. Andreas Buerkert, de la Universidad de Kassel, Alemania (foto), junto con el Dr. Sulaiman Al Khanjari, su antiguo estudiante de posgrado omaní y, más tarde, colega, descubrió la banana, denominada Umq Bir por el oasis en el que crece, en 2003, y ha estado estudiándola desde entonces. Ahora, se ha descubierto que esta banana tiene cualidades resistentes a las plagas que la convierten en una banana única, lo que podría extenderse a otros tipos de bananas, una fruta que está amenazada por enfermedades fúngicas y escarabajos en todo el mundo.
“Creo que sería estupendo cultivar esta banana y comercializarla como un producto sano que rece en Omán sin problemas de enfermedades. Omán también puede conceder licencias para el uso de esta banana otorgando derechos legales para la plantación de la Umq Bir y participar en la investigación de esta banana”, dice Buerkert.
Imagen: Ciclo de la sigatoka, enemiga mortal del banano.
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Una interesante acotación sobre el tema:
El Problema de la Sigatoka y una nueva idea: Utilización del Ozono en Ecuador.
En las plantaciones de banano del país se utilizan alrededor de 4’700.000 litros de fungicidas al año para controlar la sigatoka negra, causada por el hongo Mycosphaerella fijiensis, que produce una maduración prematura de la fruta.
Es un método costoso y contamina el ambiente.
Frente a este antecedente, el Instituto de Investigaciones y Transferencias de Tecnología de la facultad de Educación Técnica para el Desarrollo de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil desarrolló una alternativa ecológica: el uso del ozono para controlar la plaga en los cultivos de banano. Esto, como resultado de la fase experimental de esta investigación.
“El ozono oxida las esporas del hongo que produce la sigatoka negra, evita que se disemine la enfermedad y de esa manera se la controla”, explica Rafael Llerena Hidalgo, director del proyecto.
Con esta metodología no se contamina el ambiente, se logra reducir en un 40% los costos del control de la plaga y hay un retraso en la maduración del banano de 21 a 41 días. Estos son parte de los beneficios del uso del ozono, sostiene Llerena, quien junto con su equipo de investigadores presentó los resultados de la primera etapa del estudio a productores y delegados del Ministerio de Agricultura y de la Secretaría de Educación Superior Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt).
“Tiene beneficios ambientales, económicos y sociales, los tres componentes básicos de la agricultura sostenible, que es a dónde debe apuntar la agricultura del país”, indica.
El estudio se inició hace nueve meses, con el cultivo de una hectárea de plantaciones de banano en dos haciendas en el recinto Tres Postes, en Jujan, y en otra en Baba (Los Ríos).
Durante todo el crecimiento se ha controlado la plaga con el ozono. El gas se lo mezcla con oxígeno y agua y ese líquido es el que se rocía con una bomba en las plantaciones.
Las cantidades y frecuencias que se usan para obtener la efectividad que han logrado aún no la detalla Llerena. Dice que están en proceso de patentar la metodología y el uso del ozono para controlar la plaga, ya que ni local ni mundialmente se la ha estudiado.
El uso del ozono también provoca un fuste mayor de la planta. Generalmente se cosecha cuando la planta tiene siete u ocho hojas, pero con el ozono llegan a tener de diez a once.
De las plantaciones de Baba ya se han exportado 40 cajas de la fruta a Rusia y Estados Unidos. El tiempo de maduración se ha retrasado de 21 a 41 días, lo cual es beneficioso para exportarla a destinos lejanos.
La idea de usar ozono para el control de la sigatoka surgió de Cristóbal Aguirre, ingeniero agrónomo e investigador del proyecto, quien durante una década usó el elemento para combatir hongos, bacterias y virus a nivel industrial. Hace tres años regresó a sus orígenes, la agricultura. Desde ahí estudia esta posibilidad, que hoy ya tiene alentadores resultados.
“Es un buen proyecto en beneficio de los productores, porque se bajan costos y evitamos contaminar el ambiente”, indica José Aguirre, quien tiene sus plantaciones en el cantón Simón Bolívar (Guayas).
La segunda fase, que podría durar entre uno y dos años, consiste en investigar los efectos del ozono a nivel celular en la planta, con estudios de laboratorio, explica el investigador y Ph. D. Rafael Castaño.
Para ello necesitan un millón y medio de dólares para financiar el equipamiento del respectivo laboratorio. Al momento solo tienen el espacio físico en la universidad.
Este centro enviará el proyecto y los resultados de esta fase experimental a la Senescyt para solicitar la inversión.
Dada la importancia que tiene el ozono para oxidar hongos, virus y bacterias es posible que también se pueda controlar las plagas de otros cultivos, como el cacao y el café, afirma Castaño, quien asegura que este método podría dar origen a una producción masiva de productos orgánicos en el país.
La iniciativa es de primera, vale la pena profundizar en los resultados (…). Estaremos atentos a los resultados y cuando esto funcione, vamos a proponerlo como una alternativa para el control de la sigatoka ”.
Gustavo Marún, del Magap.
60 mil dólares es la inversión de la U. Católica en la I fase