He Jiankui sale de la cárcel y la opacidad continúa
Éste es parte un trabajo de la Dra. María Montoya, Jefa del grupo de Inmunología Viral en el Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas (CSIC) PTI Salud Global. España
La primera parte está referida a las políticas sanitarias de China, en el manejo de la Pandemia Covid =Será publicado en breve por DCA
La segunda noticia que hemos recibido de China es la salida de prisión de He Jiankui, el científico chino creador de los primeros bebés modificados genéticamente mediante la novedosa técnica de CRISPR.
Antes de que saltara el escándalo desde la comunidad científica mundial, Jiankui pensaba que había creado una nueva forma de controlar la epidemia del virus del sida, lo que podría proporcionarle el Premio Nobel. El científico fue sentenciado en 2019 a tres años de cárcel y a pagar una multa de tres millones de yuanes (380.000 euros). En un juicio celebrado por sorpresa y a puerta cerrada, un tribunal de Shenzhen declaró culpable de “llevar a cabo, de manera ilegal, la edición genética de varios embriones humanos con fines reproductivos”.
No obstante, todavía quedan muchas dudas sobre cómo pudo hacer lo que hizo y sobre quién le ayudó, tanto en China como en otros países. La supervisión médica de las tres niñas modificadas genéticamente sigue siendo la preocupación fundamental y poco o nada sabemos de ellas. Tampoco sabemos de los planes que tiene este científico para seguir su trabajo una vez libre y la financiación que pueda obtener.
El avance del conocimiento científico es un trabajo comunitario como hay pocos, ya que hablamos de una colaboración a nivel mundial. Cada paso adelante se debe a muchos otros tropiezos y pasos adelante de predecesores.
Necesitamos datos e información transparente y contrastada para poder seguir investigando y tomar decisiones sanitarias que afectan a millones de personas
La ciencia es una aventura colectiva donde los científicos andamos a hombros de gigantes. Esta expresión se utiliza para hacer un reconocimiento a las personas que han marcado unas pautas o han abierto caminos que no se habían transitado todavía y que han facilitado descubrimientos nuevos.
Los científicos nos basamos en datos publicados y contrastados con nuestros colegas profesionales para continuar con nuestra investigación. Las especulaciones y rumores son la peor de las influencias sobre la investigación científica. Las dos noticias anteriores son ejemplos perfectos sobre una “mala praxis” que afecta directamente a la investigación científica y la sociedad en general. Necesitamos datos e información transparente y contrastada para poder seguir investigando y para tomar decisiones sanitarias que afectan a millones de personas. Con estos ejemplos solo vamos saltando en el barro en vez de caminar a hombros de gigantes.
María Montoya es jefa del grupo de Inmunología Viral en el Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas (CSIC) PTI Salud Global. España
Fuente: SINC
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