Afirman que la gente pedirá a los gobiernos mejores servicios y más empleos en blanco
Foto: Jim Yong Kim, jefe del Banco Mundial, ayer en conferencia de prensa. Foto: EFE
WASHINGTON (De nuestra corresponsal).- El ensanchamiento de la clase media en América latina representa una oportunidad para superar la desigualdad y la pobreza, pero también plantea formidables desafíos estructurales, coincidieron ministros y expertos ayer en esta ciudad.
El surgimiento de la llamada «nueva clase media» fue motivo de un panel especial en el primer día de la reunión anual del Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para discutir respuestas a las demandas de ese nuevo actor social.
El presidente del Banco Mundial (BM), Jim Yong Kim, celebró ayer que la clase media latinoamericana se esté expandiendo, aunque mencionó que sus crecientes demandas ejercen una «gran presión» sobre los gobiernos de la región. «Hace unas décadas, América latina era una de las regiones más desiguales del mundo y los esfuerzos de muchos países (…) para sacar a los pobres de la pobreza extrema han tenido éxito», afirmó Kim, más tarde, en una rueda de prensa. Aunque dijo que persiste «una gran desigualdad» en la región, insistió en que «la buena noticia es que la clase media se está expandiendo».
Ese fenómeno, explicó, lleva aparejadas mayores demandas: «Lo que vimos, sobre todo en Brasil, y también en cierta medida en otros países latinoamericanos, es que la gente que sale de la pobreza extrema y entra a formar parte de la clase media no se conforma sólo con sobrevivir».
El responsable del BM señaló que existe una creciente demanda de mejores servicios de salud y educación y, en definitiva, una exigencia por parte de la clase media de «mejores oportunidades para sus hijos».
Para lograr esa movilidad social, América latina necesitará, según el Banco Mundial, mejores servicios de salud y sobre todo una educación de más calidad para que todo el mundo tenga la oportunidad de convertirse en un mejor líder, o educarse para ser médico, o abogado, o lo que desee.
«Y ese deseo de movilidad y de aspirar a tener la oportunidad de hacer realidad los propios sueños es también una gran presión», dijo Kim, quien puso como ejemplo las recientes protestas en Brasil para demandar mejor educación y acceso a servicios de salud de más calidad, entre otras cosas.
Según un informe reciente del BM, por primera vez, los integrantes de la clase media en América latina (con ingresos de más de 10 dólares al día) son superiores numéricamente a los pobres, que son los que viven con menos de 2 dólares al día.
Pese a este ascenso, la región ha vivido numerosas protestas callejeras para exigir más igualdad y acceso a mejores servicios públicos.
«¿Qué quiere la clase media, por qué se lanza a protestar en países exitosos como Chile o Brasil?», preguntó el ex ministro venezolano Moisés Naím, que actuó como moderador en el foro.
En tal sentido, el ministro de Finanzas de Uruguay, Fernando Lorenzo, reconoció que «la prosperidad ha generado más oportunidades para más personas que en el pasado y aumentado para gente que antes estaba muy por debajo en niveles de consumo». «Pero -precisó- eso es muy diferente a generar clases medias.»
En esto coincidió Marta Lagos, directora del Latinobarómetro, al señalar que es «la clase baja la que está en la calle» en América latina y apuntó a que lo que buscan las protestas recientes es la búsqueda de igualdad de poder, debido a que las elites se mantienen al frente de la toma de decisiones.
Por su parte, el ministro de Hacienda de Colombia, Mauricio Cárdenas, dijo que el crecimiento de la clase media es «una gran oportunidad», pero también «el mayor desafío», y mencionó que todavía hace falta empleo formal y bien remunerado: «Eso es lo que caracteriza a la clase media en todo el mundo, y ahí necesitamos avanzar en reformas estructurales para fomentar la formalidad laboral»..