¿PODA o ACTO CRIMINAL? PESE A LAS QUEJAS, LA CIUDAD DE BUENOS AIRES ESTÀ SUFRIENDO UN ATENTADO A SU FLORA URBANA

podaQuè dirìa don Carlos Thays?

A simple vista y sin tener conocimientos de dasonomìa, el «trabajo» de las brigadas  de tala – sin las reglas del arte – que estàn actuando en la ciudad de Buenos Aires, causa preocupaciòn. Desde los tiempos del Intendente Rabanal,que cuidò y enriqueciò la  flora porteña, se viene asistiendo a una decadencia sistemàtica y ùltimamente,  a un ataque indiscriminado bajo el tìtulo de «poda». En realidad  una destrucciòn- amputaciòn  irreparable

Los entendidos de la Facultad de Agronomìa de Buenos Aires deberìan expresar su parecer tecnico.

. Desde entonces,  la epidemia fuè avanzando. Incluso serà de interès revisar el contrato, con sus costos,  que autorizò esos «trabajos»

Ya en 2012, el diario La Naciòn publicaba el artìculo que sigue,  referido al tema

DOMINGO 15 DE ENERO DE 2012

«Es criminal lo que hicieron. Esto no es una poda, es tala», denuncia enojada Sara Torrete mientras camina por el parque Rivadavia, el que recorre desde joven y donde han jugado todos sus hijos. «Es el único pulmón del barrio y me duele que hayan hecho esto. Es evidente que lo hizo gente que no sabe, que no quieren pagarles a quienes sí entienden», continúa ofuscada, ante la mirada de su hija Patricia que asiente al oír el lamento materno.

No son las únicas. Los vecinos de Caballito se quejan desde hace un mes de la «poda excesiva» que ha llevado a cabo la Dirección General de Arbolado de la ciudad en el espacio verde del barrio.
A pesar de no ser la época indicada, son varios los árboles a los que se les cortaron sus ramas, incluso las copas enteras. Así, los visitantes frecuentes del parque se disputan los escasos espacios de sombra que aún quedan y sufren por la estética empobrecida de la arboleda de la zona.

Según explicó el Ministerio de Ambiente y Espacio Público en un comunicado, «se trata de una poda de corrección y balanceo para que los ombúes resistan de la mejor manera posible eventuales fenómenos climáticos severos que pudiesen dañarlos, reduciendo, asimismo, el riesgo de ocurrencia de eventuales accidentes a los usuarios del mencionado espacio verde». Sin embargo, los vecinos afirman que también se han podado magnolias, pinos y demás especies.
La controversia se da en un delicado contexto, pues en noviembre pasado una mujer murió en el parque al ser golpeada por una pesada rama de un eucalipto que se desprendió desde unos diez metros de altura. En ese momento, el gobierno de la ciudad explicitó que había monitoreado los árboles del parque hacía poco más de un mes: «Los árboles del parque Rivadavia fueron revisados por especialistas del Ministerio de Ambiente y Espacio Público luego de las lluvias del 7 de octubre».

Así, el intento de prevención de un nuevo accidente parece desproporcionado. «En una ecuación conflictiva, la solución fue liquidar los árboles», resumió a La Nacion Carlos Fernández Balboa, responsable del área de educación de la Fundación Vida Silvestre.
«Con la intención de reparar el incidente generaron algo peor porque lo que hicieron no ayuda a nadie», enfatizó el ingeniero forestal Víctor Marecos.

Fabián Jorquera, de 16 años, camina abrazado a su novia, Camila Samaniego, de 15. Es una tarde de calor, y los novios debaten dónde sentarse a descansar. «No dejaron nada de sombra; acá tampoco podemos sentarnos», se lamentó Camila.

Olga Maciel, de 85 años, pasea todas las mañanas por el parque, toma asiento en algún banco y se resguarda del sol bajo las ramas de los árboles. Esta tarea, admite, se le ha dificultado últimamente. «No dejaron sombra. Si iban a podar así tendrían que haber cambiado los bancos a los lugares donde dejaron sombra», detalla.

La Naciòn

 

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