La oxitocina es una neurohormona conocida coloquialmente como “hormona del amor” u “hormona del abrazo” por su papel en el parto y la lactancia ya que modula comportamientos sociales y emocionales.
Asocian niveles bajos de oxitocina a comportamientos agresivos en trastornos alimentarios y de personalidad
Por primera vez, se relaciona la disfunción de esta neurohormona con la agresividad en personas que padecen trastorno límite de la personalidad y trastornos de la conducta alimentaria. El estudio multicéntrico en el que participa la Universidad Complutense de Madrid amplía el conocimiento sobre la oxitocina como biomarcador de estos trastornos impulsivos-inestables.
SINC
7/2/2024 CEST
se analizaron los niveles plasmáticos de oxitocina y de la expresión proteica de su receptor en 68 personas con TLP, 67 personas con TCA.
Una investigación liderada por el Hospital Clínico San Carlos de Madrid en la que participan la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y el CIBER de Salud Mental (CIBERSAM) muestra la relación entre niveles más bajos de oxitocina y el comportamiento impulsivo-agresivo en personas con trastornos de la conducta alimentaria (TCA), así como en pacientes con trastorno límite de la personalidad (TLP).
La oxitocina es una neurohormona conocida coloquialmente como “hormona del amor” u “hormona del abrazo” por su papel en el parto y la lactancia ya que modula comportamientos sociales y emocionales.
El estudio publicado en Journal of Psychiatric Research, es “el primer trabajo que asocia el papel de la oxitocina con el comportamiento agresivo en personas con TCA y TLP”, destaca Alejandra Gálvez Merlín, investigadora de la UCM y del Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Clínico San Carlos de Madrid (IdISSC).
Es el primer trabajo que asocia el papel de la oxitocina con el comportamiento agresivo en personas con TCA y TLP
Alejandra Gálvez Merlín, investigadora de la UCM
Para llevar a cabo el estudio, se analizaron los niveles plasmáticos de oxitocina y de la expresión proteica de su receptor en 68 personas con TLP, 67 personas con TCA y 57 personas sanas sin patologías neuropsiquiátricas de varios hospitales españoles.
A su vez, se evaluó el comportamiento agresivo de ambos grupos clínicos a través de la versión en castellano del Inventario de Expresión de Ira Estado-Rasgo (STAXI-2), y de un registro de conductas agresivas hacia sí mismos (autolesiones) y hacia otras personas (violencia verbal, violencia física, etc.).
Finalmente, los niveles plasmáticos de oxitocina y de la expresión proteica de su receptor se compararon entre los tres grupos (TLP, TCA y controles), y se examinó la relación entre el sistema de oxitocina y las variables de agresividad para ambos grupos clínicos.
Biomarcador en neurobiología
Los resultados de este trabajo amplían el conocimiento del papel de la oxitocina como biomarcador en la compleja neurobiología de los trastornos impulsivo-agresivos de la personalidad y su relación con el comportamiento agresivo.
Esto podría contribuir al desarrollo de nuevos tratamientos farmacológicas para este tipo de paciente
José Manuel López Villatoro, investigador del IdISSC
“Esto podría contribuir al desarrollo de nuevos tratamientos farmacológicas para este tipo de pacientes”, explica José Manuel López Villatoro, investigador del IdISSC y profesor asociado de la UCM.
Además del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, en esta investigación han participado el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla de Santander y el Hospital General Universitario de Ciudad Real.
Referencia:
Carrasco JL et al. «Decreased oxytocin plasma levels and oxytocin receptor expression associated with aggressive behavior in aggressive-impulsive disorders». Psychiatr Res.
Fuente: UCM
Derechos: Creative Commons.