NUEVOS DATOS. – De acceso libre, un reservorio de información sobre la especie reúne las características de 20 cultivares. Es el primero de la Argentina y de aplicación mundial y fortalece el cultivo. Luego: Visión general sobre su cultivo. Informes oficiales del INTA, Argentina.
Especialistas del INTA,Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, junto con técnicos del Instituto Nacional de Semillas (INASE), lograron caracterizar 20 cultivares de pecán y sistematizar esos datos en un reservorio de acceso libre. El descriptor de la especie –así denominado– es un documento creado por primera vez en la Argentina y de aplicación mundial que fortalece el cultivo de pecán en el país, un mercado en expansión que genera U$S 2,4 M anuales con un potencial de U$S 30 M en los próximos seis años, cuando la totalidad de la superficie implantada se encuentre en plena producción.
“Se trata de una innovación a escala internacional, cuyo borrador, aunque no se haya aprobado definitivamente, ya sirvió para la inscripción de cultivares en la Argentina y en México”, aseguró Enrique Alberto Frusso, especialista del INTA Delta del Paraná –Buenos Aires– y uno de los investigadores que llevó a cabo este desarrollo.
Hasta el momento, se utilizaba como referencia el descriptor de la especie pecán impulsado por la Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales (UPOV) con sede en Ginebra –Suiza–, entidad que le propuso al INTA, a través de la intervención del INASE, la posibilidad de iniciar el proyecto.
Asimismo, existe un descriptor en Estados Unidos que, si bien resulta de utilidad en el sector, no toma en cuenta la totalidad de las observaciones fenológicas efectuadas por el descriptor de la UPOV. No obstante, el espacio americano funciona como banco de germoplasma de pecán y es de donde se extrajeron las muestras para obtener los nuevos cultivares introducidos en el país y caracterizados durante los nueve años de investigación.
El descriptor argentino, disponible para su consulta libre en el sitio del INASE, se destaca por su importancia a la hora de registrar nuevos cultivares, en tanto contiene una descripción exhaustiva de los disponibles, lo cual permite verificar el carácter inédito de los nuevos. “La legislación expresa que, previo a su comercialización en el país, los cultivares de cualquier especie vegetal deben inscribirse en el Registro Nacional de Cultivares”, afirmó Frusso.
Del logro, además participaron Claudio Rubén Paternoste –auxiliar técnico– y Juan Ramón Lovera –personal especializado de campo y laboratorio– del INTA Delta del Paraná y los especialistas Marcelo Labarta y Guadalupe Montes del INASE.
A escala mundial, la Argentina ocupa el tercer lugar en superficie con 6.000 hectáreas implantadas de pecán –una especie frutal y forestal nativa de América del Norte–, la mayoría de la cuales aún se encuentra en etapa juvenil con bajos rendimientos. Por su parte, Estados Unidos y México representan más del 90 % de la superficie y producción global.
Un desarrollo en conjunto
Desde el punto de vista agronómico, el descriptor recopila los rasgos fenológicos –aquellos derivados de la relación entre los factores climáticos y el ciclo de las plantas– de cada cultivar perteneciente a una especie. En este caso, se describieron 20 cultivares de pecán a partir de 37 parámetros cualitativos y cuantitativos que facilitaron un desglose pormenorizado de las características del árbol, del follaje, de la floración y del fruto según cada cultivar.
Uno de los principales motivos que impulsó la creación del descriptor fue la ausencia de variedades de nuez –diferentes en calidad genética– que permitieran extender y adaptar el cultivo a otras regiones del país. “La creación del descriptor se logró gracias a la introducción de nuevos materiales genéticos, provenientes de los Estados Unidos, que se adaptaron y reprodujeron en nuestros ensayos”, sostuvo el técnico.
“A través de los años, se observó que este cultivo demandaba un interés creciente en los productores, pero el principal obstáculo era la escasa disponibilidad de cultivares aptos para las diferentes regiones del país”, agregó.
En esa línea, Frusso destacó la labor del INTA en el desarrollo de tecnologías que facilitan la multiplicación de las plantas injertadas. “De este modo, los viveros de la zona pudieron comenzar a producir plantas en cantidad y de calidad”, apuntó. Sobre la base del ese trabajo, actualmente hay unas 3.000 plantas “madres” de pecán en el INTA Delta del Paraná originadas a partir de los cultivares norteamericanos introducidos.
El trabajo de descripción y evaluación fue solicitado en el año 2003, a través del INASE, por la UPOV al tomar conocimiento de la investigación que llevaba a cabo el INTA sobre el pecán en materia de clima y de mejoramiento genético.
Durante nueve años consecutivos –desde 2003 hasta 2011–, se enviaron borradores del descriptor a las reuniones de la UPOV, donde fue evaluado por especialistas de diversas áreas.
Desde el 2012 hasta la actualidad, se encuentra en elaboración la versión definitiva en México.
foto: El famoso Praline Pecan de Estados Unidos
Para el abordaje de los requerimientos climáticos de cada especie, el INTA Delta del Paraná junto con los institutos de Clima y Agua y Suelos del INTA y la Cátedra de Fenología y Climatología Agrícola de la Facultad de Agronomía de la UBA confeccionaron un mapa de uso de tierras, en el que se identificaron cuáles eran las zonas aptas y no aptas del país para el cultivo de pecán según las particularidades de cada ambiente.
La Argentina tiene 6.000 hectáreas
“La demanda se ha sostenido en los últimos años y se estima que seguirá en crecimiento”, afirmó Enrique Alberto Frusso, investigador del INTA Delta del Paraná –Buenos Aires– al tiempo que destacó la participación de los pequeños productores en esta actividad.
A escala mundial, la Argentina ocupa el tercer lugar en superficie con 6.000 hectáreas implantadas con pecán, de las cuales sólo el 25 % son plantaciones en plena producción, en tanto el 75 % restante está formado por árboles que recién comienzan a producir o aún se encuentran en una etapa juvenil. Por su parte, Estados Unidos y México representan más del 90 % de la superficie y producción global.
La producción estimada para una plantación denominada “madura” de pecán en plena producción, con más de 17 años y buen manejo, es de 2.000 kilos anuales por hectárea, mientras el kilo de nuez con cáscara de óptima calidad se paga U$S 4 en el mercado. Esto significa una rentabilidad de U$S 8.000 por hectárea al año que, replicada a las 1.500 hectáreas en producción en el país, asciende a unos U$S 12.000.000 anuales para el sector.
“La planta no genera flores ni frutos desde su implantación hasta finalizado el quinto año de crecimiento. Luego de ese período, la producción irá en aumento y, recién al año 17, el árbol alcanzará un nivel estable de rendimiento de 2.000 kilos por hectárea en plantaciones con un buen manejo, que mantendrá a lo largo de, al menos, 40 años”, explicó el especialista sobre el proceso de maduración de la especie.
20 nuevas opciones
A partir de material genético extraído del banco de germoplasma USDA-ARS Pecan Breeding Program de Texas –Estados Unidos–, un equipo de técnicos del INTA Delta del Paraná desarrollaron 20 cultivares de nuez pecán que amplían la oferta de variedades disponibles y permiten extender las fronteras de producción.
Los cultivares, ya inscriptos en el INASE y a disposición del productor en los viveros de la zona, se destacan por su capacidad de adaptarse a diferentes tipos de clima: templado-húmedos, fríos y áridos. Esto implica una cobertura territorial que comprende la Mesopotamia, el norte y sur de Buenos Aires, La Pampa, el norte de Río Negro y el noroeste del país.
Asimismo, con el apoyo de la especialista Susana Marcucci del Instituto de Biotecnología del INTA Castelar, los cultivares fueron caracterizados mediante marcadores moleculares microsatélites para estimar su diversidad y relaciones genéticas.
“A través de los años, se observó que este cultivo demandaba un interés creciente en los productores, pero el principal obstáculo era la escasa disponibilidad de cultivares aptos para las diferentes regiones”, explicó Frusso. Actualmente, en el país se obtienen cerca de 600 toneladas de nuez por año, cuyo principal destino es el mercado interno, aunque un porcentaje se exporta a China y a Estados Unidos.
Algunos de los cultivares desarrollados son Pecán Pawnee, Cape Fear, Kiowa, Sumner y Wichita. Con rendimientos de 2.000 kilos por hectárea –y hasta 2.500 para Wichita– a partir de los 17 años de antigüedad del árbol, todas estas variedades se caracterizan por la calidad, color y buen tamaño de sus frutos, como así también por su precocidad y productividad.
El cultivar Pawnee posee un buen tamaño de nuez con maduración temprana y con una gran producción por racimo –8 o más–. Si bien tiene una excelente calidad de almendra, “necesita una rápida cosecha para evitar el oscurecimiento y manchado de sus frutos”, indicó Frusso.
En cuanto a Cape Fear, el especialista indicó que es muy precoz y produce nueces bien llenas con una atractiva almendra dorada en arboles jóvenes. Sus frutos son de tamaño medio con cáscara fina y buen color. Son árboles vigorosos y fáciles de conducir.
El cultivar Kiowa también es precoz con una alta calidad de nuez, buenos rendimientos (55 % de parte comestible), color y calidad. Por su parte, Sumner produce nueces relativamente grandes de un promedio de 9,5 gramos con un color un poco más oscuro que Cape Fear y, de acuerdo con el sistema de manejo, presenta buenas características de llenado.
Otro de los cultivares inscriptos es Wichita, un árbol de buen follaje, muy precoces y productivos. Sus nueces son de maduración temprana y cuenta con racimos de entre 5 y 7 frutos. Produce nueces medianas con un alto rendimiento de la parte comestible (56 a 62 %), aunque tienden a oscurecerse en ambientes con alta temperatura.
Pequeñas y con muchas propiedades
Originario de los Estados Unidos e importado por Domingo F. Sarmiento en el siglo XIX, el árbol de pecán llegó a la Argentina con fines ornamentales y, en las últimas décadas, se convirtió en una alternativa productiva con grandes perspectivas, dado el valor nutricional de sus frutos.
La nuez pecán es un producto natural de alta calidad y de delicioso sabor, con propiedades antioxidantes y un alto valor proteico y contenido de calcio, potasio, fósforo, hierro y vitaminas A, B1, B2, B3, C y E. Asimismo, es un excelente proveedor de fibras naturales y de aceites no saturados que el cuerpo humano requiere.
Fruto de un árbol que alcanza los 30 metros de altura, el pecán se caracteriza por poseer una nuez de sabor dulce y agradable y por ser untuosas y crocantes a la vez. Por estas ventajas también es muy requerida para la cocina y la industria cosmética.
En general, la nuez presenta un tamaño de entre 36 y 45 mm de largo, su cáscara es lisa y tiene una forma similar a la de una aceituna grande. En tanto, los frutos de cultivares comerciales registran una relación en peso entre la parte comestible y la nuez de 48 a 55 %.
De acuerdo con la mirada de los especialistas, la nuez pecán se posiciona como un mercado en constante expansión que genera U$S 2,4 millones anuales en la actualidad y tiene un potencial de U$S 30 millones en los próximos seis años, cuando la totalidad de la superficie implantada se encuentre en plena producción. El INTA apoya el crecimiento y competitividad del sector y, en esa línea, presentó 20 nuevos cultivares adaptados a diferentes regiones climáticas del país.