Cómo son los robots de ADN que pueden cambiar la medicina?
La nanotecnología promete traer una revolución al sector médico tanto en eficacia como en costos
por CARLOS LOSADA
Aunque suene a ciencia ficción, lo cierto es que se lleva tiempo investigando en los robots hechos a partir de ADN, los cuales tendrán la misión de velar por la salud de las personas accediendo a lugares y tratando problemas que hasta ahora eran complicados -casi imposibles- de tratar.
Es el caso de las células cancerosas, tal y como exponen en Clinic Cloud, las cuales se podrán localizar para eliminarlas sin necesidad de hacer daño a todas las demás células cercanas, tal y como ocurre cuando se llevan a cabo los tratamientos más habituales como la quimioterapia y la radioterapia.
¿Puede haber un robot de ADN?
La respuesta a esta pregunta es afirmativa; pueden crearse robots de ADN a partir de las secuencias complementarias. Y es que el ADN no solo es capaz de llevar información genética, sino que además puede autoensamblarse, formando estructuras más complejas. Esto quiere decir que las moléculas son capaces de unirse para crear «robots» mayores capaces de realizar misiones a nivel celular.
Tal y como explica el doctor Frederic Llordachs en el artículo de Clinic Cloud antes referido, en el Instituto Wyss de Biología Inspired Engineering de Harvard ya han logrado plegar algunas “hebras de ADN sintético para hacer una jaula en forma de barril de aproximadamente 35 nanómetros de diámetro”, las cuales son capaces de portar anticuerpos capaces de destruir células tumorales. Esto significa que tendrán la capacidad de atacar a las enfermedades directamente, como nunca antes se había podido hacer.
Un avance indudable
Como cabe deducir, la creación de nanorobots traerá consigo grandes avances en la medicina, tanto en la eficacia de los tratamientos como en los costes. Por un lado, será posible llevar los medicamentos al lugar afectado exactamente, para que luchen con las células afectadas.
Y por otro, esa eficacia podría abaratar los costes médicos, toda vez que se enfocan directamente en el mal que afecta al ser humano, sin necesidad de optar por tratamientos complejos que además pueden repercutir en su salud.
El paso clave
Uno de los pasos clave que se han dado recientemente y que podría ser un impulso definitivo para el uso de nanotecnología ha sido la capacidad de construir robots algo más grandes que lo que se venía haciendo, de manera que están capacitados para llevar a cabo misiones más complejas.
Al igual que el instituto de Harvard antes apuntado, en la Universidad UNSW de Australia se ha trabajado en la unión de esos pequeños robots para que formen estructuras de mayor tamaño capaces de ensamblarse cuando los científicos así lo quieran. De ese modo, en el momento en que sean necesarios, los nanobots se pueden unir, realizar la tarea para la que han sido diseñados y después volver a separarse para que el propio organismo las elimine.
El futuro está en lo microscópico
Así pues, parece que el futuro de la medicina se encuentra en la nanotecnología, es decir, en elementos microscópicos que están capacitados para recorrer el cuerpo humano y analizar células, pudiendo realizar otras tareas como la eliminación de bloqueos arteriales o la cura de simples heridas, además de optimizar la administración de cualquier producto farmacéutico para que actúe exactamente donde resulta necesario.
Y eso no es todo, se podrán incluir nanobots incluso en tratamientos cutáneos para curar enfermedades de la piel, en la higiene bucodental y claro está, como auténticos bastiones para salvaguardar y ayudar al sistema inmunológico. A fin de cuentas, contar con un pequeño ejército de nanobots capaces de ensamblarse y desensamblarse para eliminar cualquier tipo de enfermedad a nivel celular puede ser revolucionario.
El miedo es el enemigo
Estos avances tecnológicos y médicos tienen como principal barrera el miedo y las teorías de las conspiración que pululan por las redes y de las que incluso se hacen eco famosos sin ningún tipo de reparo. Es el caso de la rumorología en torno a la vacuna contra el coronavirus y cómo la quieren utilizar para controlar a todos aquellos a los que se la administren.
Un ejemplo de ello fue el tuit de Miguel Bosé el pasado mes de junio, argumentando lo siguiente: “Bill Gates, el eugenésico, se olvida de la existencia de la maldita hemeroteca, y en el pasado habló reiteradamente demás sobre su proyecto de vacunas que portasen microchips o nanobots para obtener todo tipo de información de la población mundial con el sólo fin de controlarla”.
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