MÉXICO y LOS INSECTOS COMESTIBLES

«Viscosos pero sabrosos»: Insectos comestibles, tradición, sabor y nutrición

En México se consumen insectos desde la época prehispánica. En la actualidad existen alrededor de 504 especies comestibles en el país.

Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural | MÉXICO
Chapulines acompañados de limón

No cabe duda de que la gastronomía que nos representa es de las más especiales del mundo. Basta con conocer y degustar la inmensa variedad de platillos exóticos que nos ofrece y que cautivan gustos exigentes, como aquellos que se preparan con insectos aptos para la alimentación.

Los chapulines, escamoles, gusanos de maguey, jumiles, hormigas, acociles y escarabajos, son algunos de los muchos insectos con los cuales se hacen manjares culinarios que se disfrutan principalmente como botana tradicional después de freírse y sazonarse de diferentes maneras. Cabe resaltar que estos han sido considerados platos de lujo desde tiempos prehispánicos.

Los insectos más comunes o conocidos son los chapulines, en Oaxaca, particularmente, se comen en tacos con salsa de chile pasilla. Los escamoles (larvas de hormiga) son muy preciados en el estado de Hidalgo, cuyas recetas los incluyen en la preparación de tamales, salsas, caldos, horneados y tunas rellenas.

En Oaxaca, con los gusanos de maguey se elabora sal y también se agregan a las botellas de mezcal a fin de garantizar la autenticidad de la bebida. En los estados de México y Morelos los jumiles (chinches de campo) nunca faltan en las salsas, tacos, arroz y hasta en los huevos revueltos.

Actualmente, el consumo de insectos ha adquirido una mayor relevancia debido a que se ha promovido potencialmente su valor nutrimental y gastronómico, al ser una rica fuente de proteínas y considerárseles ingredientes gourmet en la cocina contemporánea.

Sabías que…

En el mundo existen cerca de 1,681 especies de insectos comestibles.

En la actualidad, México cuenta con 549 especies DE INSECTOS COMESTIBLES y es uno de los países más ricos en insectos. Existen aproximadamente 1,681 especies de insectos en todo el mundo que son aptos para la alimentación, esto significa que cuenta con casi una tercera parte de ellos.

 

Desafíos en la regulación de insectos comestibles en México

29/04/2024 
Normatividad y regulación 
Tendencias de consumo 
Formulación 
Snacks
Redactado por:Diana Sofía Maldonado, periodista de IAlimentos

México enfrenta una laguna legal en la regulación de insectos para consumo, pese a su alta biodiversidad. ¿Cuál es el panorama? Aquí se lo contamos.

En México, el consumo de insectos es una tradición milenaria que ha cobrado nueva vida con la transformación de estos en productos como harinas y polvos. Esta innovación ofrece alternativas ricas en proteínas a la dieta tradicional, pero se encuentra en un terreno legal poco claro.

Según el investigador Carlos Valdivia del CIATEJ, la diversidad de insectos consumibles —que incluye especies como chapulines y escamoles— complica la creación de una normativa uniforme. Esta falta de regulación plantea serios desafíos para la industria emergente.

La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) reconoce la existencia de 549 especies de insectos comestibles en México, lo que posiciona al país como uno de los líderes globales en este ámbito. Sin embargo, no existe una normativa clara que regule su explotación y venta.

Investigaciones de la UNAM han señalado la urgencia de establecer reglamentaciones que respeten el manejo adecuado y la conservación de estas especies, evitando así su posible extinción debido a prácticas de explotación no reguladas.

La comercialización de productos derivados de insectos se realiza sin guías claras para la recolección o producción. Esto incluye la ausencia de controles de calidad, lo que potencialmente podría llevar a la sobreexplotación y otros problemas ambientales y de salud pública.

Inocuidad: un reto importante
El doctor Valdivia destaca que uno de los mayores retos es la inocuidad. Muchos insectos se alimentan en entornos que podrían contaminarlos con pesticidas o microorganismos nocivos, lo que representa un riesgo para los consumidores finales.

A pesar de estas dificultades, en México se han desarrollado granjas especializadas que buscan controlar la dieta de los insectos y asegurar la calidad de los productos finales, como harinas y polvos de insecto, que se utilizan en una variedad de alimentos.

Además, algunos productos derivados de insectos han sido certificados como orgánicos bajo normativas que regulan la producción agropecuaria, demostrando que es posible alinear la industria de alimentos basados en insectos con estándares de producción sostenible y segura.

DIANA SOFÍA MALDONADO

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