El período de lluvias que comenzó el jueves 8 de enero y se extendió hasta el 12 enero fue un punto de giro para la campaña maicera.
Según la Bolsa de Comercio de Rosario, si no se hubiese producido ese aporte la de cosecha nacional 2020/2021 habría caído 1,2 millones de toneladas de la estimación actual, que es de 46 millones de toneladas. Según el informe bursátil, las lluvias detuvieron la caída de rindes y pusieron piso a la productividad unitaria de los maíces tempranos en especial en la zona núcleo del país.
“La franja central estaba atravesando el llenado con escasas a nulas reservas en los suelos y las lluvias que se dieron desde el 20 de diciembre flanqueaban la región pampeana, dejando algunos milímetros en algunas zonas, pero sin alcanzar a la región”, precisa.
Este déficit estaba afectando a Entre Ríos, Santa Fe, buena parte de Córdoba —sobre todo el centro y el este— junto con el norte bonaerense. Los cuatro días de tormentas dejaron entre 30 y 60 milímetros en la franja central.
Los pronósticos auguran una nueva posibilidad de lluvias para los próximos días, que podría afianzar el escenario productivo para el cereal.
El regreso de las lluvias fue también una gran noticia para la oleaginosa. Se esperaba completar la siembra nacional durante los últimos días —faltaban 420 mil hectáreas— y completar un área de intención de 17,3 millones de hectáreas para la actual campaña.
Agrovoz