Tras la publicación de los ‘Papeles de Panamá’ que develaron un supuesto sistema de evasión fiscal a través de miles de sociedades extraterritoriales, el exbanquero denunciante Rudolf Elmer – foto -habló con el periodista Roger Schawinski de la Televisión Suiza (RTS) sobre el secreto, la responsabilidad y la codicia.por Jeannie Wurz
“Los bancos suizos son actores de primer plano en las prácticas extraterritoriales”, señaló el otrora empleado de la institución bancaria Julius Bär”, en referencia a la denuncia hecha por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación sobre un supuesto mecanismo para ocultar fortunas, por parte del Grupo Mossack Fonseca de Panamá.
He aquí cinco aspectos analizados por el “delator” suizo:
El escándalo de los ‘Papeles de Panamá’ no frenará los paraísos fiscales
Once millones de documentos que revelan las prácticas bancarias extraterritoriales (‘offshore’) de Mossack Fonseca muestran que los bancos suizos (Credit Suisse Channel Islands, HSBC Private Bank Suisse, UBS AG) y los abogados suizos son los principales jugadores en ese tipo de banca.
Elmer: “Los paraísos fiscales, ciertamente, no están muriendo. Las prácticas continuarán. Solamente serán más lucrativos”. Elmer considera poco probable el concepto de un estándar mundial de transparencia, “mientras los países del G-7 o las Naciones Unidas no estén detrás de él”.
No todas las firmas extraterritoriales sirven para negocios turbios
Las sociedades inscritas en paraísos fiscales se utilizan para el blanqueo de dinero, transferencia de fondos terroristas, protección de identidad, elusión de sanciones y evasión de impuestos.
“Puedo entender que alguien en Rusia traiga su dinero a Suiza porque en Rusia podría ser confiscado. Quieren tener el dinero en alguna parte políticamente estable. Y esas son razones legítimas”.
Los denunciantes tienen muchas razones para filtrar información
Rudolf Elmer robó un disco duro con información sobre el negocio en el extranjero de su compañía. Después de evaluar los datos, advirtió que contenía información sobre prácticas altamente ilegales. Más tarde publicó un libro y apareció en una película.
Elmer: “El motivo juega un papel si se solicita dinero. Cuando me di cuenta qué tipo de criminales tenía como clientes se me cayó el chupete de la boca. Perdí la confianza en todo el sistema”.
La corrupción puede pasar desapercibida dentro de una empresa
Parte del problema es que cada quien tiene solamente una pieza del rompecabezas. Elmer asegura que no estaba plenamente consciente de lo que sucedía en su empresa. Estaba a cargo de la parte bancaria, pero no de los valores. Las directrices de la compañía “¡parecían súper!” La realidad era otra cosa.
“Del lado de la sociedad, pensé: la dirección en Zúrich y la de Nueva York toman las decisiones, puedo confiar en ellas. ¿Confianza? Pero cuando estaba en el hospital y miré los datos en los que había confiado, me dije ‘no’, no es posible”.
La ética personal, tan importante como la responsabilidad profesional
Hay corrupción en todas partes, dice Elmer. “Usted encontrará gente corrupta en Alemania y también en Suiza”.
“En algún punto usted tiene una responsabilidad social”, dice Elmer. “Como hombre, usted tiene que tomar posición y decir: ‘Esto no es bueno, y el público necesita saberlo’. En algún momento los intereses del público son mayores que los intereses de una empresa individual”.
Rudolf Elmer era un alto ejecutivo de la sucursal en las Islas Caimán del banco Julius Baer hasta que fue despedido en 2002. En 2007, transmitió información a la página web de WikiLeaks que según él mostraba que su antiguo empleador construía fondos fiduciarios y realizaba otras operaciones bancarias para ayudar a los clientes a evadir impuestos a través de cuentas en el extranjero.
Fue detenido y condenado a pagar una multa de 45 000 francos (47 000 dólares) junto con los costos de la corte de 25 000 por un tribunal de Zúrich, en 2015, por violar las leyes de secreto bancario suizo.
Traducido del inglés por Marcela Águila Rubín, swissinfo.ch