La primera fábrica de baterías de litio nacional empezará a producir a mediados de enero. Su nombre es UniLib y fue creada por Y-TEC y la Universidad Nacional de La Plata. Apuntan a producir componentes como ánodos, cátodos y electrolitos de manera local y planean la apertura de una planta en Santiago del Estero con mayor capacidad.
Por Matías Alonso
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Agencia TSS –
BUENOS AIRES – En el país se están impulsando diversos proyectos para poder industrializar el litio de forma local y así no solo exportar la materia prima sin tratamiento. Desde 2012, YPF y el CONICET se unieron en una nueva empresa, Y-TEC, para desarrollar tecnologías para la petrolera y el sector de energía, con el litio como una de las iniciativas más importantes.
En conjunto con la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) crearon UniLib, la primera fábrica de baterías nacional, que empezará a producir el mes próximo, y apuntan a producir componentes como ánodos, cátodos y electrolito de manera local. “Ya están en marcha los equipos para producir baterías de iones de litio. Solo falta hacer unas conexiones de los conductos de aire limpio y de vacío a las correspondiente salas. Para mediados de enero podemos comenzar la producción”, le dijo a TSS Roberto Salvarezza, presidente de Y-TEC.
Las máquinas adquiridas para realizar la producción de baterías ya están casi listas para comenzar a operar en la planta de UniLib.
“Las baterías requieren de tres componentes principales: el cátodo, que en nuestro caso será hierro fosfato litio, y que será producido en Y-TEC y se están terminando los detalles de esta planta. Otro componente es el ánodo de grafito, que estamos llevando a una producción de escala laboratorio a piloto, adonde vamos a trabajar sobre el coke que produce YPF, que se puede calcinar y transformar en grafito. Y el otro elemento es el electrolito. Estamos trabajando desde Y-TEC con la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y con un instituto de investigación de La Plata y el CONICET, y con la empresa Clorar. El proyecto tiene financiamiento del MINCYT y consiste en la síntesis de un compuesto de flúor, litio y fósforo, bastante complicado de sintetizar porque implica la producción de ácido fluorhídrico, que es muy agresivo para los materiales, y tóxico, por lo que requiere una instalación especial para trabajar pero ya lo tenemos en escala de laboratorio. Son los tres componentes que necesitamos para la celda”, explicó Salvarezza.
La CNEA tiene una planta de producción ácido fluorhídrico en Pilcaniyeu, en Río Negro, que es parte del proceso de enriquecimiento de uranio para hacer el combustible de reactores nucleares. El manejo de este material llevó mucho tiempo de aprendizaje durante los años 80 pero hoy sirve para la fabricación de baterías de litio. Actualmente, la producción de todos estos componentes está concentrada en China.
Para sacar la energía de la batería es necesario usar colectores, en el caso de cátodo de aluminio y en el ánodo de cobre. Aluar será la proveedora del foil de alumnio necesario para el cátodo pero el cobre debe importarse desde China, ya que en la región ni siquiera Chile, el mayor productor de cobre del mundo, ni Perú, el segundo, producen bobinas de foil. El carbonato de litio necesario para hacer el cátodo y el electrolito es producido por una minera de Catamarca y otras provincias están con proyectos para sumar industrialización del litio de manera local.
Frente a la pregunta de por qué fue necesario que el Estado se encargue de este proyecto, siendo que es un sector en auge en el mundo y con grandes ganancias, Salvarezza respondió: “Ningún actor privado encaró un proyecto de este tipo. Todo lo que hizo Y-TEC en su planta de laboratorio y su planta piloto Unilib, en forma conjunta con la UNLP, son inversiones de riesgo hechas por el Estado. Gracias a esa planta pudimos pasar a hacer otra planta en Santiago del Estero, también con YTEC, la UNLP y la Gobernación de esa provincia, que ha impulsado el proyecto con la compra de los equipos y la inversión más importante. Si bien hay empresas del exterior que ven posible industrializar el litio en nuestro país, fue necesario que se materializara este proyecto en el que la Argentina tiene a los científicos, los tecnólogos, la materia prima y las capacidades para llevarlo a cabo”.
“Ningún actor privado encaró un proyecto de este tipo. Todo lo que hizo Y-TEC en su planta de laboratorio y su planta piloto Unilib, en forma conjunta con la UNLP, son inversiones de riesgo hechas por el Estado», dijo Salvarezza, quien anticipó que renunciará a la presidencia de Y-TEC a partir del 10 de diciembre.
Según estiman en Y-TEC, el 16 de enero se van a estar produciendo las primeras celdas. De ahí se enviarán a una empresa, todavía no seleccionada, para que arme los packs de baterías que tendrán uso en bancos de energía estacionaria. “La Secretaría de Energía lanzó licitaciones de energías renovables con almacenamiento en baterías. También está el Programa de Energías Renovables con Almacenamiento, para localidades aisladas de la red que hoy están generando electricidad con generadores diesel contaminantes. También hay segmentos de motocicletas eléctricas y city cars, como Tito, de Coradir, en San Luis, Volt en Córdoba,y Zero Electric, en Buenos Aires, que importan esas baterías. Hay mercado para la escala que estamos poniendo en marcha, que es el equivalente a alimentar 2500 viviendas o 400 vehículos eléctricos. La de Santiago del Estero, si se cumple la planificación que está hecha, tendría una capacidad de producción cinco veces más grande, unos 75 megavatios hora por año”, agregó el presidente de la firma.
El impulso de este proyecto y otras iniciativas para la industrialización del litio de forma local quedarán en manos del próximo Gobierno, que todavía no ha designado quién debe llevar a cabo la transición en Y-TEC. Según el diseño económico que se decida, la Argentina podría convertirse en un jugador importante en el desarrollo tecnológico vinculado al litio o bien será un exportador de materia prima. Eso seguramente pueda impactar también en la posibilidad de producir vehículos eléctricos en forma local. Actualmente, este segmento es liderado ampliamente por China, que está inundando mercados como el europeo por la falta de adaptabilidad que han mostrado las empresas de ese continente. Otros países, como Estados Unidos, lanzaron programas que subsidian al comprador de un auto eléctrico allí producido en hasta 7500 dólares, para poder acelerar el cambio que deben hacer las automotrices y promover la industria local.
“Voy a renunciar a partir del 10 de diciembre. En estos gobiernos es imposible trabajar en proyectos de soberanía tecnológica. Lo supimos en 2015 y se repite hoy. No hubo nadie del nuevo Gobierno que haya venido a hacer la transición en Y-TEC, como sí en YPF. Muchos proyectos necesitan de socios internacionales para escalar la producción. En lo que estamos trabajando ya está encaminado, ahora hay que aumentar la escala para llevar a la Argentina a ser un actor importante en el mundo en la fabricación de baterías o de componentes de baterías”, expresó Salvarezza
TSS