El tratamiento convencional no elimina el riesgo de propagación
De acuerdo con investigadores de Israel, el tratamiento convencional de aguas residuales no elimina el riesgo de propagación del coronavirus.
Las aguas residuales deben tratarse más allá del esquema convencional para eliminar el nuevo coronavirus. Esto lo proponen en el primer estudio de supervivencia del SARS-CoV-2 a través de la detección de ARN dentro de las plantas de purificación de aguas residuales en todo el mundo.
Las aguas residuales representan otra amenaza de un nuevo brote.
Los trabajadores del alcantarillado están expuestos al virus a través de las heces y la orina humanas.
Si las aguas residuales no se tratan, lo que ocurre en algunos países, podrían infectar a personas o animales que entren en contacto con ellas y tal vez crear una versión mutada.
También podría afectar las fuentes de agua si las aguas residuales se vierten en áreas abiertas.
En Israel, las aguas residuales se recogen, se tratan y luego se reutilizan para la agricultura. El equipo de BGU analizó muestras de aguas residuales recolectadas durante el primer cierre en abril y durante la segunda ola en julio.
Encontraron una gran abundancia de ARN del virus. La mayoría de las aguas residuales en Israel y otros países desarrollados se someten a un tratamiento biológico antes de su liberación al medio ambiente o su reutilización. Sin embargo, eso fue insuficiente para reducir la concentración del virus a niveles indetectables, encontraron los investigadores.
Por lo tanto, instan a que las aguas residuales se traten más para minimizar el riesgo de diseminación e infección. En un par de casos en los que las aguas residuales fueron tratadas con cloro, el virus ya no fue detectable.
“Si no queremos oleadas recurrentes de brotes, reducir la tasa de infección puede no ser suficiente. Las aguas residuales también deben neutralizarse”, nos dice el co-investigador principal, el Dr. Oded Nir.
LatamIsrael