Nikola Tesla es uno de los científicos e inventores más influyentes en la historia de la ciencia y uno de sus grandes sueños era la transmisión de energía sin necesidad de usar cables, igual que la transmisión de información en el caso de la radio.
Por Patricia Muñoz, Ingeniera de Materiales
En 1891 se patentó la bobina de Tesla, un tipo de transformador resonante compuesto por una serie de bobinas de Tesla que crean diferencias de potencial muy elevadas, produciendo producir descargas eléctricas con un alcance del orden de varios metros.
Científicos de la Universidad Rice, dirigidos por el investigador Paul Rice Cherukuri, han llevado al campo de la nanotecnología la bobina inventada por Tesla. Aplicando el campo electromagnético generado por una bobina Tesla a nanotubos de carbono, estos se autoensamblan en cables largos formando una red. A este fenómeno lo han llamado “teslaphoresis”. La bobina de Tesla genera un campo eléctrico que oscila y que hace que las cargas positivas y negativas de cada nanotubo oscilen y atraigan a las de los nanotubos cercanos siendo el resultado que la materia forme cables y transmita electricidad sin tener que tocarla.
Fig. 1. (A) Nanotubos son atraídos a la fuente de un campo Tesla en uno de los laboratorios de la Universidad de Rice. (B) El material se autoensambla en hilos y es capaz de alimentar circuitos LED (Figuras adaptadas de la ref. 2).
Como se observa en el experiemento, la corriente alterna de la bobina polariza las piezas de nanotubos, que se alinean de inmediato y forman cadenas y conectándolos a LEDs son capaces de transmitir una corriente eléctrica a ellos.
El equipo dirigido por Paul Rice Cherukuri acaba de publicar sus resultados en la revistaACS Nano.