por Celia Luterbacher
Suiza es uno de los países más saludables del mundo. Pero hoy enfrenta problemas de suministro en 16 vacunas que son vitales para la población. Esto está obligando a los médicos a revisar sus prácticas para adaptarlas a la nueva realidad del mercado. ¿Qué causa dicha escasez y qué se hace para resolverla?
Las vacunas más escasas actualmente son las de combinación, es decir, aquellas que protegen a un paciente de múltiples enfermedades –como la difteria, el tétanos, la poliomielitis, la tosferina y una forma de meningitis– en una sola aplicación.
Debido a una oferta restringida de vacunas por parte de las empresas farmacéuticas, los galenos se ven obligados a echar mano de las reservas de las clínicas y de los hospitales locales o a los inventarios de los distribuidores mayoristas de medicamentos.
“El problema no existe solo en Suiza, es internacional. En los 30 años que llevo ejerciendo como especialista en vacunación, jamás había sucedido algo así”, dice a swissinfo.ch Daniel Desgrandchamps, pediatra y experto en enfermedades infecciosas.
Según confirma la Organización Mundial de la SaludEnlace externo, el 77% de los países europeos informaron que sufrían escasez de vacunas en 2015, situación que se produjo desde principios de año.
Demanda creciente
La producción de vacunas no empata con la demanda a nivel internacional debido en gran parte a que los programas de vacunación son cada vez más ambiciosos en regiones como África o Asia. Pero también debido a que la producción experimenta un proceso de concentración. Unas cuantas empresas farmacéuticas –como las suizas Novartis y Roche, y otros gigantes internacionales como Pfizer y Sanofi– controlan la mayor parte del mercado.
La rentabilidad marca el ritmo de las decisiones que toman las empresas farmacéuticas. De acuerdo con el canal de la televisión pública suiza, RTSEnlace externo, las vacunas, que suelen ser administradas en momentos específicos de la vida (el nacimiento, la niñez, cuando hay lesiones concretas o antes de un viaje) son menos rentables para los grupos farmacéuticos que los medicamentos que se administran de forma regular. A estos factores se suma que los procedimientos de ensayos clínicos previos a la aprobación de nuevas vacunas son largos y costosos para las farmacéuticas.
El hecho de que Suiza sea un país pequeño también influye en la escasez de vacunas, añade Desgrandchamps.
“Tenemos un mercado muy pequeño para las firmas del sector de los medicamentos, así que algunos productores podrían estar siendo reacios a lanzarse a nuevos procesos de ensayos y autorización de vacunas ante las autoridades [helvéticas]”, precisa.
Combinaciones, alternativas y demoras
La Oficina Federal de Salud Pública (OFSP) y la Comisión Federal de Vacunación emitieron en julio pasado una serie de recomendaciones para ayudar a los médicos a adaptar sus prácticas a esta nueva realidad. La Sociedad Suiza de las Enfermedades InfecciosasEnlace externotambién sugirió alternativas para compensar la falta de estos compuestos inmunizadores.
Ante la penuria de vacunas combinadas, la solución más obvia parece estar en suministrar cada vacuna por separado. Pero la realidad es que las vacunas monovalentes están prácticamente en extinción, porque han cedido paulatinamente terreno a las polivalentes.
Esta situación agudiza la escasez y lleva a prescripciones imprecisas. Por ejemplo, Suiza recomienda a todos los heridos que están hospitalizados la vacuna contra el tétanos. Sin embargo, en la mayoría de los casos, la vacuna contra el tétanos también incluye la inmunización contra la difteria, una combinación que refuerza el sistema inmunológico del paciente.
La pregunta es qué hace un médico cuando la vacuna tétanos-difteria se agota.
“Tenemos que optar por alguna vacuna combinada que, además de proteger contra la difteria y el tétanos, tenga componentes que inmunizan contra la poliomielitis o la tosferina. Así, terminamos prescribiendo una vacuna contra la polio y la tosferina a una persona que solo requiere la del tétanos. No es algo peligroso, pero tampoco es deseable. Los médicos queremos dar a los pacientes solo lo que necesitan”, dice Desgrandchamps.
Otro dilema es decidir si una vacuna es realmente indispensable, o no. La vacuna contra la poliomielitis está recomendada para adultos que viajan a algunos países específicos. Sin embargo, si hay escasez, los médicos deben determinar –caso por caso– si es mejor que un paciente viaje sin vacunarse contra la polio, o si le prescribe la fórmula diseñada para niños (que puede tener efectos secundarios mucho más severos en un adulto). Y en algunos casos, estas vacunas alternativas, que el seguro médico de atención primaria no cubre en el caso d los viajeros, son más cartas que las que se aplicarían normalmente.
Otro problema consiste en priorizar y decidir qué pacientes requieren una vacuna con urgencia, y quienes pueden esperar.
“La Oficina Federal de Salud Pública recomienda vacunar contra la tosferina a todos los jóvenes de entre 25 y 29 años, así como a las mujeres en el segundo o tercer trimestre de embarazo. Actualmente, estamos guardando las dosis que nos quedan para suministrarlas a las mujeres embarazadas, para con objeto de que transfieran anticuerpos a sus bebés”, explica Laurence Rochat, del Centro de Vacunación y Medicina del Viajero en el hospital universitario de Lausana (CHUV).
En su experiencia, la mayoría de los pacientes son comprensivos y aceptan con facilidad estos cambios.
Según sus estimaciones, cada tres o cuatro consultas hay un paciente al que debe cambiársele la vacuna que estaba prevista o la fecha del suministro. “En general, reciben la noticia de buen talante, aceptan la alternativa que les ofrecemos y no se quejan demasiado de los costos adicionales en los que se incurren a veces”, afirma.
Recomendaciones gubernamentales
Un par de recomendaciones Enlace externo emitidas por el gobierno suizo en 2016, tras publicar un informe sobre el problema de la escasez de vacunas en Suiza, podrían mejorar el panorama actual.
Primero, se anunció que toda escasez de vacunas que dure más de 14 días debe serpublicada en líneaEnlace externo por la Oficina Federal de Suministro Económico Nacional. Segundo, el gobierno exigió por ley que las farmacéuticas produzcan suficientes vacunas para garantizar un acervo central que pueda atender las necesidades del país durante al menos tres o cuatro meses.
Sin embargo, dado el cuello de botella que experimenta actualmente la oferta, la capacidad para acumular existencias se ha visto limitada y hay vacunas cuya provisión se encuentra realmente en estado crítico. Pese a ello, Desgrandchamps se dice optimista.
“Confío en que este acervo central irá mejorando la situación. Aún hay preguntas sin respuesta, pero creo que se ha dado un gran paso al frente”, afirma.
Suiza tendría que plantearse la conveniencia de adoptar el modelo que siguen Austria y Reino Unido para asegurar su abasto de vacunas, dice. “Establecieron una política de importación centralizada. Es decir, acuerdos con compañías específicas para que provean un número determinado de vacunas a un precio pactado previamente. Si la farmacéutica no cumple con el número de dosis acordado, debe pagar una multa”.
Como resultado de esta política, “las compañías entregan primero sus vacunas a los países con los que tienen un acuerdo de abasto global, para evitar penalizaciones. Pero como Suiza es un mercado abierto, siempre está al final de la lista de prioridades”, puntualiza Desgrandchamps.
Traducción del inglés: Andrea Ornelas, swissinfo.ch