Pere-Joan Cardona busca fondos en Asia para una vacuna y un probiótico. – El emprendedor que ha decidido vencer a la tuberculosis. Es un empresario muy especial. Ha creado dos compañías para buscar tratamientos novedosos contra la tuberculosis, una enfermedad a la que no se presta suficiente atención ni recursos, pese a que todavía mata a 1,5 millones de personas al año y no solo en países pobres.
Pere-Joan Cardona es el coinventor de la primera vacuna terapéutica probada con eficacia en humanos, y de un probiótico que ayuda a defenderse de la enfermedad. Para sacarlos al mercado, se ha visto obligado a buscar socios financieros en China e India.
Ana Hernando |SINC | 20 febrero 2015 08:41
Pere Joan Cardona en los laboratorios de su nueva empresa. / Manremyc
Además de ser uno de los investigadores más brillantes en tuberculosis del mundo, con aportaciones pioneras sobre los mecanismos de desarrollo de la infección y de la primera vacuna terapéutica, Pere-Joan Cardona (Manresa, 1967) está empeñado en revolucionar el tratamiento de esta enfermedad a la que, en su opinión, ni las grandes farmacéuticas, ni los centros de investigación, ni los gobiernos le otorgan la atención ni recursos que merece.
“La gente sigue creyendo que es una enfermedad de países pobres, pero la tuberculosis está en todas partes y ahora acecha Europa en formas resistentes a los fármacos”, explica a Sinc este emprendedor, responsable de la Unidad de Tuberculosis Experimental (UTE) del Instituto Germans Trias i Pujol, en la Universidad Autónoma de Barcelona.
“La gente cree que es una enfermedad de países pobres, pero la tuberculosis está en todas partes y acecha Europa en formas resistentes a los fármacos”
“Nosotros siempre hemos estado en crisis. Buscar financiación para esto es una epopeya porque la gente piensa que la tuberculosis está erradicada, y no es así. Es la enfermedad infecciosa más mortal de la historia. De hecho, todavía mata a 1,5 millones de personas al año, hay nueve millones de casos nuevos anuales y en 2013 se incrementaron en medio millón más, según los datos de la Organización Mundial de la Salud”, señala
Además, añade, “esta enfermedad es la segunda causa mundial de mortandad por un agente infeccioso, después del sida, con el inconveniente añadido de que es mucho más contagiosa, ya que se puede transmitir con una simple tos o un estornudo”.
Cardona da rápidamente todos estos datos. Se nota que está acostumbrado a contarlos en sus charlas en busca de inversores para sus proyectos de investigación y desarrollo. Desgrana la información crecientemente irritado, pero suaviza su frustración con una carcajada triste: “Es un festival de sinsabores”, bromea.
El probiótico Nyaditum resae ha sido fabricado a partir de una micobacteria fortuitum de la misma familia que la que causa la tuberculosis, recogida en el agua del río Cardener a su paso por Manresa./ Manremyc
Vacuna terapéutica pionera
El investigador tiene razones de sobra para esta frustración. En 2000 creó Archivell Farma, una spin off que tenía la misión de desarrollar su vacuna terapéutica RUTI. El objetivo se logró y en 2011 la vacuna, producida a partir del fragmentos muy pequeños y detoxificados de la bacteria Mycobacterium tuberculosis, superó ensayos realizados en Sudáfrica con 98 personas afectadas por tuberculosis y sida.
Lo novedoso de la nueva vacuna es que ha sido la primera en eliminar los bacilos ‘durmientes’ de la tuberculosis y así evitar el desarrollo de la enfermedad con un tratamiento de solo un mes de duración, frente a los seis meses que necesitan las terapias disponibles que además no eliminan todas las bacterias.
“Nosotros siempre hemos estado en crisis. Buscar financiación para esto es una epopeya porque se cree que la tuberculosis está erradicada, y no es así”
Cardona empezó la investigación sobre la tuberculosis hace más de 15 años, cuando descubrió que los bacilos considerados como durmientes de esta enfermedad no lo eran, sino que están atacando continuamente al organismo.
«Los bacilos pasivos son drenados constantemente por las células blancas del pulmón y no son reconocidos. Están vivos, pero pasan desapercibidos. Con esta vacuna se reeduca al sistema inmunológico para que detecte y ataque estos bacilos», explica.
Para llevar la vacuna hasta la fase 2, Archivell Farma había tirado de fondos procedentes de una firma de capital riesgo y de un par de mecenas de la industria catalana. Sin embargo, “aunque entró un nuevo inversor a principios de 2012 para iniciar la fase 3 –estudio de eficacia a gran escala–, al final la cosa se paró. Según el investigador, “cambiaron las circunstancias y el inversor quiso que entrara otro socio financiero. La cosa se quedó ahí y así seguimos, buscando financiación”.
“Es una pena, pero estas cosas ocurren –dice–. De repente, deja de entrar dinero y se acaba la cosa, es un tema puramente empresarial. Pero desde el punto de vista científico, que es lo más me interesa, hemos demostrado que la vacuna profiláctica es una quimera. Está prácticamente probado que es imposible evitar la infección por bacilo de Koch, por tanto, siempre te puedes infectar; la única opción es la vacuna terapéutica, como la que hemos diseñado nosotros”.
El fracaso de la vacuna de Oxford
Cardona recuerda el caso de la vacuna MVA85, desarrollada por el grupo de Helen McShane en la Universidad de Oxford, “que era la vacuna profiláctica más avanzada que existía y cuyos ensayos clínicos se tuvieron que parar en 2013 cuando se demostró que no protegía contra la infección”, explica. Tras ello, la Fundación Bill y Melinda Gates, que era la que pagaba estos ensayos, decidió interrumpir todos los desarrollos clínicos.
“Desde el punto de vista científico como conceptual, nuestra vacuna RUTI ha sido un éxito, pero a nivel comercial y empresarial aún no lo ha sido”
El investigador catalán destaca que ahora muchos grupos están intentando seguir el camino que él y su equipo han abierto en el logro de una vacuna terapéutica. “Por eso, tanto desde el punto de vista científico como conceptual, la vacuna RUTI ha sido un éxito, pero a nivel comercial y empresarial aún no lo ha sido”, insiste.
En su opinión, si lograran un socio, la fundación de Gates podría entrar en su proyecto de vacuna terapéutica. Él y su grupo están ahora buscando financiación en India y a China, países muy afectados por la tuberculosis y “donde hay farmacéuticas interesadas en la vacuna”.
Probiótico contra la tuberculosis
Mientras esto ocurre, ha creado otra spin off, llamada Manremyc, para desarrollar un probiótico contra la tuberculosis. El producto se basa en una bacteria no patógena, que se halla normalmente en el agua del grifo, de la misma familia que la que causa la enfermedad.
“Somos especialistas en la infección latente y hemos encontrado un modelo experimental para explicar por qué se pasa de infección a enfermedad. Lo que descubrimos, sorprendentemente, es que se produce por un exceso de respuesta inflamatoria”, explica.
El probiótico se basa en una bacteria no patógena, que se halla normalmente en el agua del grifo, de la misma familia que la que causa la enfermedad./ Manremyc
Según Cardona, las personas infectadas que enferman lo hacen porque su cuerpo genera una inflamación demasiado intensa contra las bacterias, lo que termina siendo perjudicial para el propio cuerpo.
Partiendo de esta idea, la Unidad de Tuberculosis Experimental decidió buscar un mecanismo no farmacológico para regular la inflamación y evitar que sea exagerada y termine causando la enfermedad.
El resultado ha sido el suplemento alimenticio Nyaditum resae, que ha sido fabricado a partir de una micobacteria fortuitum de la misma familia que la que causa la tuberculosis, a la que se ha llamado Mycobacterium manresensis. Esta micobacteria fue obtenida del agua del río Cardener a su paso por Manresa, en un guiño del investigador a su ciudad natal, “ya que se podría haber sacado de cualquier muestra de agua”, dice Cardona.
Para sacar al mercado el probiótico y la vacuna RUTI, Cardona se ha visto obligado a buscar socios financieros en China e India
“La bacteria se hace crecer de una forma masiva y luego se inactiva por calor. El probiótico resultante, al ser administrado en comprimidos durante dos semanas, provoca que el cuerpo aprenda a tolerar de forma natural a la micobacteria, de modo que la respuesta inflamatoria que genera contra el microorganismo en caso de infección es menos intensa”, añade.
India y China
Para sacar al mercado el nuevo producto, Cardona y su equipo están ahora intentando firmar acuerdos con socios –también en India y China–. “En estos países es donde existe una mayor incidencia y el producto se puede vender por tan solo 1,5 o 2 euros. En Europa, el tratamiento podría salir por 15 y 20 euros”, indica Cardona
El probiótico, que fue patentado hace un par de años, fue probado primero con ratones y luego con 51 personas que tenían infección latente por tuberculosis. “Hemos visto que es seguro, que no hay ningún problema de toxicidad y que tiene capacidad protectora contra la enfermedad. En el caso de los suplementos alimenticios no se pide ensayo clínico, pero lo hemos hecho de todas formas para dar más garantía”, destaca.
“A ver si entra un socio y esto se puede sostener hasta que empiecen las ventas”
En este proyecto, Cardona también ha pasado por el calvario de la falta de financiación. “Hicimos dos ampliaciones de capital, básicamente entre familiares, amigos y locos. En la primera levantamos 200.000 euros y en otra 300.000. En total hemos sido 30 inversores y también hemos recibido un crédito de Enisa de 150.000 euros”.
Esto les ha permitido pagar las patentes en las fases nacionales, “que es un proceso muy caro, y el ensayo clínico”. Con esos fondos, también han hecho el desarrollo industrial en una planta de fermentación de la Universidad Autónoma de Barcelona en la que han podido liofilizar el producto, además de conservarlo de manera concentrada.
En el caso del probiótico Nyaditum resae, “afortunadamente, como no se necesita tanta inversión como con la vacuna, hemos podido ‘trampear’ haciendo comidas, cenas, reuniones tipo tupper. Buscar dinero como spin off es tremendo, una tarea titánica, no tienes vacaciones, vas arriba y abajo hablando con todo quisqui. A ver si entra un socio y esto se puede sostener hasta que empiecen las ventas”, dice como quien pide un deseo.
Una enfermedad que no es ‘trending topic’
Pese a los reveses sufridos por los problemas para conseguir fondos para sus proyectos, el investigador y emprendedor Pere-Joan Cardona no se rinde nunca. Enfrente está el enemigo que se ha propuesto batir: la tuberculosis.
“Con el VIH al menos puedes tomar medidas de prevención, como el preservativo, pero en una enfermedad que se transmite por vía aérea es casi inevitable el contagio. Además, teniendo en cuenta que es una dolencia tan solapada, el retraso en diagnóstico puede ser devastador. En Barcelona, hasta que se diagnostica pueden pasar 45 días y en ese tiempo la persona puede estar infectando a todos los de su entorno sin enterarse. Y esto en un país desarrollado, con la tecnología más puntera y médicos muy bien preparados, pero imagina lo que puede ser en un país pobre”.
Cardona recuerda también que en Europa ha habido un resurgimiento de la tuberculosis. De hecho, dice, “en Londres se ha contabilizado una incidencia de 44 casos por cada 100.000 habitantes, lo que ha hecho que se denomine ‘la ciudad de la tuberculosis”.
“Puede afectarnos a cualquiera y no está erradicada como la gente piensa. Los políticos no le dan importancia, no hay inversión, no se tuitea sobre ello, no es trendig topic”, ironiza.