Nanoanticuerpos de llamas: de qué se trata el mejor invento de Latinoamérica – Un equipo de investigadores argentinos ganó el primer premio en el 1.° Concurso de Inventos Patentados del Prosur. Fue por el descubrimiento de un conjunto de nanoanticuerpos de llama capaces de neutralizar diferentes variantes del rotavirus. El hallazgo fue patentado en 2017.
Por decisión unánime del Jurado de Expertos, el descubrimiento de los nanoanticuerpos de llamas –que tienen la propiedad de neutralizar las variantes del Rotavirus– recibió el premio al mejor invento patentado de los últimos cinco años de Latinoamérica. El hallazgo fue patentado en 2017 en el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI). Como parte del reconocimiento, la investigación participará en la Exposición Internacional de Invenciones de Ginebra, organizada por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI).
Símbolo de la cultura andina y conocidos por su rusticidad, los camélidos sudamericanos (llamas, alpacas, vicuñas y guanacos, y también de los del viejo mundo: camellos bactrianos y dromedarios) guardan en su sistema inmunológico un tipo particular de anticuerpos que poseen propiedades biotecnológicas especiales.
“Descubrimos nanoanticuerpos capaces de neutralizar una infección viral que genera enfermedades diarreicas en niños, en individuos jóvenes y en numerosas especies animales como terneros, potrillos y lechones”, expresó Viviana Parreño, responsable del Laboratorio de Virus Diarreicos del INTA y ganadora del premio especial a la “Mujer Inventora”, en el marco del mismo concurso, y agregó: “Este es el hallazgo patentado en 2017, que hoy toma relevancia latinoamericana por el reconocimiento del Prosur”.
En el Instituto de Virología y, en el marco de la plataforma INCUINTA, que funcionan en el Centro de Investigaciones en Ciencias Veterinarias y Agronómicas del INTA, Parreño junto con un equipo integrado por ocho científicos trabaja en el desarrollo de los nanonaticuerpos VHH.
Gracias a la colaboración con otros grupo nacionales e internacionales, el equipo liderado por Parreño desarrolló una plataforma de producción de nanoanticuerpos. “Hoy contamos con VHHs para varios agentes virales de impacto en salud humana, animal y vegetal, que incluye rotavirus A, norovirus, influenza A, virus de la diarrea viral bovina y virus del mal de río cuarto del maíz”, indicó y aclaró: “Los dos primeros están protegidos bajo patentes, mientras que los otros aún se encuentran en proceso de protección”.
Nanoanticuerpos de llamas: de qué se trata el mejor invento de Latinoamérica
Desde su descubrimiento en 2005, el grupo se dedica a estudiar el funcionamiento y busca el desarrollo de aplicaciones de los nanoanticuerpos de llamas (VHH) capaces de enlazarse a la proteína viral 6 (Viral Protein o VP, por sus siglas en inglés) del rotavirus del grupo A.
“Esta proteína constituye la cápside interna del virus, por lo que descubrir que estos pequeños anticuerpos dirigidos a esa proteína interna presentaron actividad neutralizante de la infección de todas las variantes virales, fue un resultado sorprendente e innovador”, afirmó Parreño quien señaló que esa propiedad transforma a los VHH en herramientas universales para combatir la diarrea por rotavirus.
A rigor de verdad, los VHH son unas moléculas derivadas de los anticuerpos de los camélidos, son las más pequeñas que existen en la naturaleza y tienen la capacidad de reconocer específicamente a otra molécula y enlazarse a ella. “Un nanoanticuerpo (por su tamaño pequeño) es un anticuerpo monoclonal recombinante y es una tecnología que está por revolucionar la industria de anticuerpos monoclonales a escala mundial”, manifestó Parreño.
Los nanoanticuerpos VHH fueron desarrollados por Lorena Garaicoechea –integrante del equipo que lidera Parreño–, en colaboración con científicos alemanes del Laboratorio Europeo de Biología Molecular (EMBL, por sus siglas en inglés), durante su tesis doctoral.
Si bien aún no se sabe cómo funciona ese mecanismo, los investigadores especulan que el anticuerpo ingresa por los canales acuosos que hay disponibles en el virus y se une a la proteína VP6 interfiriendo en la replicación viral. Entre las características que resaltan los investigadores, los VHH se destacan por el tamaño, la capacidad de escabullirse y resistir frente a altas temperaturas y al pH ácido del estómago.
Creado en 2010, el Sistema de Cooperación sobre Aspectos de Información Operacional y de Propiedad Industrial –Prosur– buscar dar una solución regional en materia de marcas, patentes, modelos de utilidad, dibujos y diseños industriales que, mediante el intercambio de datos y de sistemas de información, permitirá aumentar la eficiencia y calidad en los procesos de búsqueda, examen y decisiones adoptadas por las diferentes oficinas de propiedad industrial de América del Sur.
Conformado originalmente por las oficinas de la Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú y Uruguay, en la actualidad Prosur sumó a las oficinas de Costa Rica, El Salvador, Nicaragua, Panamá y República Dominicana.
En el marco del 1.° Concurso de Inventos Patentados 2018 del Prosur, la Argentina presentó tres candidaturas de patente de invención o modelo de utilidad concedidas –hasta cinco años antes de la fecha del concurso–, las cuales fueron seleccionadas por las Oficinas Nacionales de la Propiedad Intelectual-ONAPI, y analizadas por un jurado de instituciones internacionales como la Asociación Internacional de Inventores, Científicos y Emprendedores Innovadores de Brasil (ABIPIR/IFIA), Instituto Max Planck, Marca Sur y Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Con más de 1.000 variedades registradas, más de 50 patentes aprobadas y más de 100 solicitadas, el INTA es una institución reconocida en el mundo por la generación de tecnologías.
Germán Linzer, gerente de Gestión de la Propiedad Intelectual del INTA, destacó la importancia de resguardar la propiedad intelectual de los desarrollos institucionales. “Esta protección le permiten atraer inversiones y estimular desarrollos científicos, tecnológicos y productivos que contribuyen al desarrollo productivo local, latinoamericano y global”, aseguró.
Investigaciones que se hacen realidad
En el Centro Nacional de Investigaciones Agropecuarias –CNIA– del INTA funciona Incuinta, una incubadora de proyectos que promueve la formación de empresas público-privadas de base tecnológicas.
Así, gracias a esta plataforma, el equipo logró el primer kit de diagnóstico basado en la tecnología VHH, surgido de la articulación pública entre el INTA y el Instituto Malbrán
Se trata de un método innovador para detectar la principal causa de la diarrea neonatal, basado en nanoanticuerpos VHH. “El kit Rotadial es una opción rápida y confiable, y está siendo evaluado por segundo año consecutivo”, indicó Parreño quien explicó que es utilizado y validado por la Red de Hospitales Centinela de Diarreas Infantiles del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas (INEI) de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud (ANLIS).
Con el objetivo de avanzar, en 2017, en colaboración con el MIT, el equipo de investigadores realizó pruebas en sistemas ya aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) para expresar las moléculas de VHH en un cultivo continuo de levaduras, método con el que esperan poder hacer el escalado industrial de las moléculas y su uso como suplemento dietario y como biofármaco.
“Para el desarrollo de ambos productos, el alimento y el biofármaco, contamos con la colaboración de Lijuan Yuan de la Universidad de Virgina Tech para probar su eficacia en un modelo de cerdos gnotibióticos”, indicó Parreño y agregó: “Este ensayo representa una prueba de eficacia con valor preclínico para luego pasar a pruebas clínicas en humanos”.
En paralelo a estos estudios de funcionalidad y eficacia, el grupo también trabaja en los aspectos regulatorios que permitan el uso de estas moléculas como aditivos alimentarios o biológicos de uso pediátrico con profesionales de Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), Instituto Nacional de Alimentos (INAL), Comisión Nacional de Alimentos (CONAL) y Senasa.
“Estos resultados fueron posibles gracias a la articulación de un gran equipo”, destacó Parreño quien detalló que, desde 2005 trabajamos en el marco de la plataforma Incuinta con Lorena Garaicoechea, Gisela Marcoppido, Celina Vega, Marina Bok, Lucia Maffey, Ana Zamit, Gustavo Asenzo, Andrea Aguilar, Elena Barbieri, Josefina Baztarrica, Marina Puntel, Carla Sosa Holt, Matias Aduriz, Melanie Correa, Mariana Del Vas, Gabriela Llauger, Diego Franco, Lucia Rocha, Vanesa Franco y Andrés Wigdorovitz.