NANO WORLD – La Unión Europea ha apostado por investigar sobre el grafeno por sus múltiples aplicaciones a la microelectrónica, la fotónica, la energía, la aeronáutica o los biomateriales. Y es que el grafeno, considerado entre un metal y un semiconductor es bidimensional, transparente, impermeable, duro y elástico y tiene ciertas deformaciones que dan lugar a campos magnéticos muy elevados. A largo plazo, se espera que este material dé lugar a nuevos paradigmas en la computación y en aplicaciones médicas revolucionarias, como las retinas artificiales.
El equipo de investigación del INA, seleccionado en el proyecto del grafeno, una de las apuestas más contundentes de la Unión Europea para la próxima década. Raúl Arenal, investigador ARAID en la Universidad del Zaragoza, dirige este estudio, que realizará con apoyo del microscopio Titán del Laboratorio de Microscopias Avanzadas (LMA)
El objetivo es desarrollar pruebas rápidas, fáciles de utilizar y fiables para evaluar la calidad del grafeno producido
La participación aragonesa en este macroestudio se suma a la obtenida en enero del 2013 por Luis Martin Moreno, coordinador del Grupo de Nanofotónica del ICMA
(Zaragoza, martes, 24 de junio de 2014). Un equipo de investigación del Instituto de Nanociencia de Aragon (INA) de la Universidad de Zaragoza, dirigido por Raúl Arenal (investigador ARAID), ha sido seleccionado para participar en un proyecto europeo de investigación sobre grafeno, una de las apuestas más contundentes de la Unión Europea para la próxima década. Este proyecto, junto al denominado Cerebro Humano, representan las dos iniciativas Future & Emerging Technologies (FET) FLAGSHIP, que fueron elegidas el año pasado por la Unión Europea por su trascendencia y aplicaciones, y que cuentan con un respaldo de 2.000 millones de euros –1.000 para cada una de ellas— hasta el 2023.
Esta incorporación aragonesa a la apuesta europea por la investigación del grafeno se suma a la obtenida ya en el enero del 2013 por el Grupo de Nanofotónica del ICMA, Instituto mixto Universidad de Zaragoza-CSIC, coordinado por Luis Martin Moreno y que ya trabaja en las propiedades fotónicas de este material y que, a corto plazo, permitirán desarrollar pantallas táctiles que, además de ser más baratas, podrán ser flexibles.
La Unión Europea ha apostado por investigar sobre el grafeno por sus múltiples aplicaciones a la microelectrónica, la fotónica, la energía, la aeronáutica o los biomateriales. Y es que el grafeno, considerado entre un metal y un semiconductor es bidimensional, transparente, impermeable, duro y elástico y tiene ciertas deformaciones que dan lugar a campos magnéticos muy elevados. A largo plazo, se espera que este material dé lugar a nuevos paradigmas en la computación y en aplicaciones médicas revolucionarias, como las retinas artificiales.
Evaluar la calidad del grafeno
El equipo de la Universidad de Zaragoza, bajo la dirección del investigador Raúl Arenal, desarrollará durante 18 meses en el INA los trabajos concernientes al estudio de la estructura y configuración atómicas del grafeno producido por distintos miembros del consorcio al que pertenece, que reúne a cinco instituciones académicas y una empresa privada, y está coordinado por la Universidad de Montpellier (Francia).
El proyecto se basa en la normalización de las medidas para determinar la calidad del grafeno. El objetivo final es desarrollar pruebas rápidas, fáciles de utilizar y fiables para evaluar la calidad del grafeno producido.
Para ello se utilizarán los microscopios electrónicos de transmisión corregidos de aberraciones (FEI Titán) de última generación que se disponen en el Laboratorio de Microscopias Avanzadas (LMA), ubicado en el Edificio de Institutos de Investigación de la Universidad de Zaragoza. Este proyecto se construye como una acción transversal que tendrá un impacto tanto desde el punto de vista fundamental, como en las investigaciones aplicadas. De hecho, los estudios del grafeno, y más aún sus aplicaciones en electrónica, óptica, entre otras, que requieren grafeno de calidad.
El grupo del INA liderado por Raúl Arenal se enmarca dentro de un consorcio que reúne a cinco instituciones académicas y a una empresa privada, y está coordinado por la Universidad de Montpellier (Francia). Este proyecto se basa en la normalización de las medidas para determinar la calidad del grafeno. El objetivo final es desarrollar pruebas rápidas, fáciles de utilizar y fiables para evaluar la calidad del grafeno producido.
El grafeno es una estructura bidimensional que tiene un grosor de un sólo átomo de carbono. Conocido teóricamente desde hace mucho tiempo, en 2004, el equipo de Konstantin Novoselov y Andre Geim (Departamento de Física de la Universidad de Manchester (Reino Unido), lo aislaron y pudieron comenzar el estudio de sus remarcables propiedades. Estos trabajos pioneros fueron recompensados con el Premio Nobel de Física de 2010. Entre las características más interesantes del grafeno se pueden señalar que es un excelente conductor térmico, transparente, de gran dureza y muy elástico, con propiedades electrónicas entre las de un metal y un semiconductor. Así pues en el futuro, se espera que este material sea utilizado en muchos campos que van desde la micro-/nano-electrónica, la óptica, la tecnología relacionada con el sector energético, automovilístico….
En este marco, el proyecto Grafeno, coordinado a nivel europeo por Jari Kinaret, de la Universidad Tecnológica de Chalmers en Gotemburgo (Suecia), implica a 126 grupos académicos e industriales, procedentes de 17 países europeos, con un presupuesto inicial de 54 millones de euros para los primeros 30 meses. A través de esta convocatoria se han seleccionado 21 proyectos de una duración de 18 meses y con un presupuesto de 9 millones de euros del total de 54 millones. De esta forma, el consorcio académico-industrial se ha ampliado a 66 nuevos grupos, siendo en la actualidad 23 el número de países implicados en el proyecto global.