Estos puntos de recarga retráctiles para coches eléctricos se esconden bajo tierra cuando nadie los está usando
VICTORIA FUENTES
Cada vez son más las alternativas a los clásicos puntos de recarga para coches eléctricos, y en ciudades como Valencia o Londres ya utilizan las farolas para aprovechar la infraestructura del alumbrado público.
La compañía Trojan Energy ha querido aportar su granito de arena con unos puntos de recarga muy particulares que ya están funcionando en algunas calles de Londres: un cilindro de 50 cm de altura que se esconde en el pavimento cuando nadie lo está utilizando.
El precio, a partir de 234 euros
Foto: Trojan Energy.
Estos cargadores cuentan con un mango retráctil que se inserta en el punto de carga. Un cable conector tipo 2 (cable de carga estándar) está atado a la lanza y el otro extremo se conecta al vehículo eléctrico.
Para que funcionen se instalan 15 puntos de carga en paralelo desde una conexión de red eléctrica, con la energía distribuida entre los cargadores.
Foto: Trojan Energy.
Los cargadores ofrecen dos velocidades de carga: hasta 7,4 kW y otro de un máximo de 22,1 kW, dependiendo tanto de la demanda de la red eléctrica en el momento de la carga como del clima.
Por ejemplo, a una velocidad de 7 kW un Nissan LEAF con batería de 40 kWh podría cargarse en seis horas, mientras que a un Renault ZOE DE 52 kWh le llevaría solo 2,5 horas a 22 kW.
El objetivo es evitar que se reste aún más espacio a los ya de por sí colapsados centros de las ciudades, y prometen con su diseño minimizar el riesgo para las personas son discapacidad.
En cuanto al precio, no es excesivamente caro si tenemos en cuenta el mercado actual y los costes de instalación de un cargador privado; la compañía espera poder comercializarlos entre 234 euros y 470 euros.
De momento, harán la primera prueba piloto con 150 puntos, que estarán operativos en Brent y Candem durante este año.
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