Un dispositivo (Memoria Resistiva), demostró ser eficaz para almacenar información y resistir dentro de un satélite a las vibraciones del despegue, los mayores niveles de energía solar y la radiación cósmica. Así lo aseguró uno de los investigadores que lideró el desarrollo, quien reveló que la memoria resistiva, MeMOSat01, sigue mandando información casi diez meses después del despegue del satélite.
(20/04/2015 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Bruno Geller)-
“Nos sentimos muy optimistas (respecto al funcionamiento y las perspectivas del dispositivo)”, señaló a la Agencia CyTA el doctor Federico Golmar, investigador del CONICET en el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI).
Golmar, quién también es profesor adjunto en la Escuela de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), presentó resultados actualizados de la experiencia en el FAPESP Week, un encuentro de científicos de Argentina y de Brasil que tuvo lugar del 7 al 10 de abril en Buenos Aires y que fue organizada por el CONICET y la Fundación de Apoyo a la Investigación Científica del Estado de São Paulo (FAPESP).
Golmar y sus colegas, que integran el proyecto LaboSat, orientado al diseño y desarrollo de plataformas de estudio de dispositivos para la ingeniería espacial, enviaron al MeMOSat01 a 500 kilómetros de altura dentro del satélite “Tita” (en honor a Tita Merello), que fue puesto en órbita el 19 de junio de 2014 por la empresa argentina Satellogic.
Las memorias están compuestas de una tricapa de metal-óxido-metal, esto es, un material aislante entre dos electrodos metálicos. “En total la plataforma de medición con las memorias pesa 55 gramos comparados con los 25 kilos del satélite”, destacó Golmar.
Para lograr ese tamaño, los investigadores manipulan la materia a escala nanométrica, es decir, con dimensiones del orden de una cien millonésima parte de un metro. “Trabajar con estas dimensiones permite lograr mucho ahorro: enviar un kilogramo al espacio a través de un lanzador es muy caro“, dijo Golmar.
Una vez que las memorias en desarrollo pasen todas las pruebas, podrían utilizarse en diferentes entornos hostiles: no sólo para guardar datos en satélites, sino también en pozos petroleros, centrales nucleares o exploración de volcanes, entre otras aplicaciones.
Arriba: Foto del satélite “Tita” integrado días antes del despegue que tuvo lugar el 19 de junio de 2014 por. En su interior se colocó MeMOSat01, un dispositivo que almacena datos en ambientes hostiles.
Abajo: Imagen de las memorias de MeMOSat01 creadas con su correspondiente encapsulado y una moneda para tener noción del tamaño.