Termina el congreso anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO) celebrado estos días en Chicago. Entre todos los estudios presentados, destacan los avances en el tratamiento inmunológico de dos cánceres de grave pronóstico: pulmón y melanoma.
SINC| junio 2014
La inmunoterapia manipula con fármacos el sistema inmunitario para que reaccione frente a las células del cáncer.
La nueva tierra prometida en el tratamiento de los tumores es la inmunoterapia, que manipula con fármacos el sistema inmunitario para que reaccione frente a las células del cáncer. De momento, son terapias biológicas que tienen que administrarse en los hospitales.
Pero antes de preparar al sistema inmunitario para que acabe con el tumor, es preciso determinar los posibles efectos secundarios de estas innovadoras terapias y conocer qué pacientes se beneficiarán de ellas.
Muchos estudios pretenden avanzar en esta dirección desde que en la pasada reunión anual de la Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica (ASCO) se presentaron dos trabajos que mostraron la seguridad de un medicamento (ipilimumab) frente al melanoma avanzado. Inmediatamente fueron publicados en el New England Journal of Medicine. Los estudios tuvieron tanto impacto que la inmunoterapia contra el cáncer se ha considerado como el avance científico del año 2013.
En el 50º congreso anual de ASCO, celebrada en Chicago (EE UU) entre el 30 de mayo y el 3 de junio de 2014, se han comunicado los resultados sobre nuevos tratamientos y en otros tipos de tumores. Entre ellos hay dos investigaciones más avanzadas en inmunooncología del melanoma promovidos por la farmacéutica Bristol-Myers Squibb Company.
Antes de preparar al sistema inmunitario para que acabe con el tumor, es preciso determinar los posibles efectos secundarios de estas innovadoras terapias
En la primera, un ensayo fase 3 –que evalúa la eficacia y seguridad del tratamiento en varios centenares de personas–, una dosis de ipilimumab de 10 mg/kg en 475 pacientes mejoró significativamente la supervivencia sin reaparición del tumor en personas con melanoma en estadio III –diseminado hasta uno o más ganglios linfáticos– que presentan riesgo alto de recaída.
El tiempo de supervivencia sin cáncer de quienes habían recibido el fármaco fue de 26,1 meses, mientras que la media para los pacientes que recibieron placebo fue de 17,1 meses.
“Hay pacientes con estadios III de melanoma extirpado quirúrgicamente que poseen un riesgo de recaída a los cinco años desde el 40% al 80%”, ha explicado desde Chicago Alfonso Berrocal, del servicio de Oncología Médica del Hospital General Universitario de Valencia y experto en inmunooncología independiente a este estudio. “Hasta ahora se utilizaba interferón (producido naturalmente por el sistema inmune como respuesta a agentes patógenos), que reducía el riesgo un 10%, pero no era suficiente”.
El experto explica que se observó una reducción del 25% del riesgo de recidiva –reaparición del tumor maligno– o de fallecimiento. A los tres años, el 46,5% de los pacientes tratados con este fármaco estaban libres de recidiva de la enfermedad en comparación con el 34,8% de los tratados con placebo.
“Estamos ante un nuevo paradigma de los pacientes con alto riesgo y baja supervivencia”, apuntaba Berrocal, quién afirmó que las toxicidades asociadas, como molestias gastrointestinales o incremento de las transaminasas, “aparecen en el 16% de los casos y son similares a las que provoca el interferón”.
El segundo trabajo, más preliminar, es un ensayo que evaluó la seguridad y actividad de la combinación de nivolumab, un inhibidor experimental del punto de control inmunitario PD-1, e ipilimumab administrados a la vez o secuencialmente en 127 pacientes con melanoma avanzado.
La tasa de supervivencia global a un año fue del 94% y del 88% a dos años, y los acontecimientos adversos se produjeron en el 62% de los pacientes. Los más frecuentes fueron aumentos asintomáticos de lipasa, la enzima encargada de disgregar las grasas de los alimentos de manera que se puedan absorber, que puede indicar un problema relacionado con el páncreas.
“Aunque se trata de datos preliminares, la duración de la respuesta y las tasas de supervivencia a uno y dos años son muy alentadoras y respaldan la justificación para los ensayos en estadios posteriores, actualmente en curso, de este régimen de combinación”, subrayó Mario Sznol, investigador de la Universidad de Yale (EE UU) que presentó estos resultados en el congreso.
“Aunque se trata de datos preliminares, la duración de la respuesta y las tasas de supervivencia a uno y dos años son muy alentadoras”
Un nuevo avance en el cáncer más letal
En la última sesión de ASCO 2014 también se ha dado a conocer un estudio preliminar, financiado por la misma farmacéutica, que evalúa la seguridad y eficacia del nivolumab como agente único en pacientes con cáncer de pulmón no microcítico avanzado tratados o no previamente con quimioterapia.
El cáncer de pulmón mata cada año a 1,5 millones de personas en el mundo. “Más del 80% de los casos se diagnostica cuando ya está muy extendido y no es posible su eliminación mediante cirugía, por lo que se requieren nuevos tratamientos que mejoren el pronóstico”, indicó desde el congreso el jefe de Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla, Luis Paz-Ares, investigador independiente al trabajo y experto en este tipo de ensayos.
La tasa de supervivencia a los dos años fue del 24% para los 129 pacientes tratados previamente que recibieron el fármaco y de hasta el 45% en los 37 pacientes que recibieron la dosis de 3 mg/kg. En los 20 pacientes no tratados antes con quimioterapia, la tasa de respuesta global fue del 50%, y los efectos adversos moderados afectaron al 15% de los pacientes.