Científicos de Estados Unidos, Australia y Taiwan insertaron el gen de un anticuerpo humano en el genoma de mosquitos Aedes aegypti y bloquearon así su capacidad de actuar como vector del dengue. “De ser efectiva, la estrategia contribuiría a reducir de manera significativa la prevalencia del dengue a nivel mundial”, comenta la viróloga molecular Luana de Borba, de la Fundación Instituto Leloir.
(Agencia CyTA-Fundación Leloir)-. En una época en que por el incremento de las temperaturas propias del verano aumenta la reproducción del mosquito Aedes aegypty, vector del dengue, y se registra un brote de ese virus en Paraguay que ha afectado a su propio presidente Mario Abdo Benítez, la ciencia da a conocer una noticia alentadora.
Por primera vez, científicos de Estados Unidos, Taiwan y Australia lograron crear mosquitos genéticamente modificados inmunes al virus del dengue que no tendrían la capacidad de transmitirlo a humanos. Aunque estudios de campo tendrán que confirmar la aplicación práctica de esta estrategia, podría transformarse en una herramienta útil contra esta enfermedad viral endémica que afecta a más de 100 países y causa 400 millones de infecciones cada año.
“De ser efectiva, la estrategia contribuiría a reducir de manera significativa la prevalencia del dengue a nivel mundial”, señaló Luana de Borba, científica del CONICET quien no participó del estudio y realiza investigaciones sobre la biología molecular del dengue en el laboratorio que lidera Andrea Gamarnik en la Fundación Instituto Leloir (FIL).
En 2013, investigadores de la Universidad de Vanderbilt, en Estados Unidos, estudiaron la sangre de una persona que había sido infectada con dengue varias veces. Y hallaron un anticuerpo que podía unirse fuertemente a los cuatro serotipos de dengue y evitar que infecten nuevas células.
Ahora, la revista “PLoS Pathogens” publicó un trabajo liderado por Omar Akbari, un doctor en biología celular y molecular de la Universidad de California, en San Diego, Estados Unidos, que describe el desarrollo de una variante de mosquitos Aedes aegypti que posee el gen de ese anticuerpo de origen humano insertado en su genoma.
“A diferencia de los humanos, los mosquitos no producen naturalmente anticuerpos contra los agentes patógenos. Pero los científicos lograron darle esa capacidad a un grupo de Aedes aegypti”, explica De Borba. Es como si los hubieran “vacunado”.
Los científicos de Estados Unidos, Australia y Taiwan insertaron el gen de un anticuerpo humano en el genoma de mosquitos Aedes aegypti y bloquearon así su capacidad de actuar como vector del dengue.
“Lo interesante es que el anticuerpo solo se expresa en el mosquito cuando se alimenta con sangre humana. En esa condición, el virus que entra al mosquito es neutralizado o controlado por dicho anticuerpo”, agrega Gamarnik.
Lo que Akbari y su equipo hicieron fue rediseñar el gen del anticuerpo antidengue humano para simplificar su estructura, y luego lo insertaron en el genoma de los mosquitos. Al alimentar mosquitos con sangre infectada con los cuatro serotipos de dengue se comprobó que ninguno de ellos tenía niveles detectables del virus en su saliva, que es, precisamente, el medio a través del cual lo transmiten a la sangre humana tras una picadura.
“¡La vacunación del mosquito Aedes aegypti contra los cuatro serotipos del virus del dengue puede romper el círculo vicioso del dengue!”, celebró en su cuenta de Twitter uno de los integrantes del laboratorio de Akbari, el biólogo doctorado en Harvard Nikolay Kandul. Otra coautora, Stephanie Gamez, declaró a la prensa que la estrategia podría tener “enorme impacto en la salud pública”.
En el futuro, el equipo de Akbari planea analizar las condiciones para poder liberar mosquitos modificados genéticamente para estudiar la capacidad de diseminación del gen del anticuerpo antidengue en las poblaciones nativas y en su descendencia.
“El estudio de Akbari ofrece una nueva estrategia para controlar la transmisión del virus del dengue. En vez de eliminar mosquitos Aedes aegypti, los investigadores proponen su reemplazo por otra población de mosquitos inmunes al virus del dengue incapaces de transmitirlo a humanos”, destacó De Borba, aunque advirtió: “La liberación de mosquitos genéticamente modificados es un desafío complejo que requerirá de muchos controles.”
“Además, queda aún por ver si el virus del dengue muta a lo largo del tiempo y logra evadir al anticuerpo producido por los mosquitos genéticamente modificados”, indicó De Borba, quien también mencionó que se ignora si el gen del anticuerpo humano insertado en el genoma de los mosquitos se perpetuará de generación a generación tras el apareamiento. “Sería deseable que la estrategia de los colegas tenga éxito”, expresó.
Todavía no se ha desarrollado una vacuna efectiva contra el dengue y algunas de las medidas que se emplean para frenar su transmisión son la eliminación de criaderos del mosquito Aedes aegypti, su control a través del empleo de insecticidas y la utilización de mosquiteros, aunque ninguna logra su erradicación.
Para Gamarnik, el estudio liderado por Akbari “es un primer paso alentador donde se emplea una estrategia novedosa para el control de las infecciones por dengue”.
Akbari ( derecha ) y sus colaboradores también planean desarrollar estrategias similares para combatir otros virus transmitidos por mosquitos, como los que causan chikunguña y zika.