Eran los Tomates Platenses; grandes en la mano, con sus impactantes arrugas, tiernos al apretarlos y aquel aroma y jugosa savia al cortarlos. Un chorrito de buen aceite -no necesariamente de oliva- unos granitos de sal y… el goce del paladar. Todo eso ya fué. Pero quedan los que no se resignaron. Guardaron y criaron las semillas originales y logran revivir aquellos sabores originales. Tienen su Fiesta Anual. Es la oportunidad de acariciar los sentidos. Y escapar por algun momento a esa cosa «de plástico» que el mercado actual ofrece.
Se sigue trabajando. Publicamos , sintetizados, últimos trabajos periodísticos y tecnológicos sobre este asunto. E.Sandoval – DCA –
FIESTA DEL TOMATE PLATENSE
La Plata, Provincia de Buenos Aires, Argentina – Les contamos que la próxima Fiesta del Tomate Platense, edición 2018, tendrá lugar el Sábado 17 de Febrero a partir de las 10 de la mañana en la Estación Experimental Julio Hirschhorn.
Este año la fiesta tendrá un formato más modesto, de Feria, con venta de Tomate Platense, productos elaborados como dulces y salsas, y hortalizas típicas de La Plata.
La entrada para el público, como siempre, es libre y gratuita.
¡Los esperamos!
Cecilia Famá, en El Día, La Plata
Aníbal es uno de los diez productores que permanecen nucleados en la movida original del Tomate Platense, cuya semilla se recuperó allá a principios de la década pasada, a través de un proyecto de la facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de La Plata, que buscó –según explica Juan José “Lolo” Garat,(en la foto) secretario de Extensión de esa casa de altos estudios- “recuperar la semilla para revalorizarla y comercializarla”.
Un rato antes de que despunte el alba, Aníbal ya toma los primeros mates del día y se informa, sobre todo, de cómo viene la mano con el tiempo: es que, confiesa, “el clima es el socio principal en todo esto”. Desayunado e informado, se calza su gorra y con andar pausado -los perros siguiéndolo, zapín en mano- se dirige a la zona cultivada de su quinta familiar de Angel Etcheverry. En estos días de verano va directo a los surcos en los que tiene a sus niñas mimadas: mil quinientas plantas de tomate platense que ya empiezan a dar los primeros frutos. “Ya estamos en temporada, y el 10 de febrero vamos a tener la fiesta, así que nos estamos preparando para esa fecha”, proyecta, mientras cosecha algunos frutos al pasar, extrae yuyos y camina entre la hilera larguísima de cañas entre las que se enredan las hojas .
Lucas Parera, en La Nación
Estela Valle lleva años investigando el metabolismo del tomate durante su maduración. Su investigación, realizada con el apoyo del CONICET y desarrollada en el instituto de Biología Molecular rosarino, tiene tres objetivos: primero, dilucidar el mecanismo molecular que protege a los tomates cuando son expuestos al frío. Después, evaluar la influencia de la conservación por frío en la preservación del sabor y aroma de los frutos. Y, para concluir, determinar la composición química del sabor del tomate.
La cata de tomates
El tomate es originario de la región costera de lo que hoy es Perú. Su producción y consumo, sin embargo, se generalizó y expandió con los aztecas, en América Central, alrededor del año 700. La palabra tomate, de hecho, viene de tomatl, de la lengua azteca náhuatl. Hoy, el tomate se cosecha y consume en todo el mundo. Y se estima que hay alrededor de 60 variedades comerciales.
Para testear en su laboratorio, la bióloga Valle selecciona variedades no comerciales, es decir, distintas a las que se utilizan usualmente en las cosechas, y que obtiene del «Banco de semillas» de la Estación Experimental Agropecuaria del Inta «La Consulta» (situado en provincia de Mendoza). «Son variedades de tomate de gran potencialidad, para ser usadas en el consumo de tomate fresco», dice Valle.(En la foto,con su equipo)
El objetivo es ver cuáles de estas semillas soportan mejor el frío. Una vez que se seleccionan las variedades de tomate, el equipo liderado por Valle realiza una siembra dentro del instituto de biología molecular, y luego cosechan sus frutos. «La siembra se realiza en cámaras de cultivo, en condiciones controladas (luz, temperatura, humedad relativa, riego, nutrientes)», cuenta Valle.
El Tomate en Valencia
Aplican ingeniería genética para lograr tomates más resistentes a las plagas. –Han llevado a cabo un estudio que muestra cómo plantas de tomate genéticamente modificadas aumentan su resistencia a la plaga del insecto Tuta absoluta. Los resultados del trabajo han sido publicados en la revista BMC Plant Biology.
30/01/2018
Las plantas son organismos sésiles, es decir, que nacen, crecen y mueren en el mismo sitio. Al no disponer de la capacidad de desplazarse ante determinados ataques, su evolución les ha proporcionado una gran diversidad genética, permitiendo a las plantas superar distintas situaciones de estrés. A pesar de ello, anualmente, alrededor del 40 % de la producción mundial de cultivos se pierde debido a plagas y patógenos, y un 13 % debido a insectos.
Investigadores del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP), centro mixto de la Universitat Politècnica de València (UPV) y el CSIC,
Luis Cañas, investigador del CSIC en el IBMCP, señala que “el insecto minador Tuta absolutase ha convertido en una de las principales plagas que amenazan los cultivos de tomate en todo el mundo, y sin la gestión adecuada puede causar pérdidas de entre el 80 y el 100% de la producción. Para hacer frente a esta amenaza necesitamos fortalecer los arsenales de defensa de las plantas, y una de las alternativas que se estudian es la incorporación a las plantas, mediante ingeniería genética, de genes defensivos de especies filogenéticamente lejanas como son los inhibidores de proteasas presentes en la cebada”.
José Pío Beltrán, profesor de investigación del CSIC también en el IBMCP, explica que “en este trabajo se ha investigado el efecto in vivo de un inhibidor de serín proteasa (BTI-CMe) y un inhibidor de cisteín proteasa (Hv-CPI2) aislados de la planta de la cebada sobre el insectoTuta absoluta. Para ello hemos introducido ambos inhibidores por separado y también juntos en plantas transgénicas de tomate. Las larvas de Tuta absoluta alimentadas con las plantas transgénicas dobles mostraron una notable reducción de peso. Además, sólo el 56 % de las larvas alcanzó la etapa adulta. Los adultos emergentes mostraron deformidades de las alas y reducción de la fertilidad. También se ha estudiado el efecto de la ingesta de los inhibidores de proteasa sobre las enzimas digestivas de los insectos”.
“Los resultados de nuestro trabajo muestran una disminución en la actividad tripsina larvaria. Los inhibidores de proteasas en las plantas transgénicas de tomate atrajeron a especies de insectos depredadores de la Tuta absoluta, como el Nesidiocoris tenuis, pero no tuvieron efectos sobre ellos. También estudiamos si los mecanismos defensivos de las plantas se activaban en los tomates transgénicos. Curiosamente, la expresión de la cistatina de cebada promovía la defensa de la planta, induciendo el gen del inhibidor de proteasa 2 (Pin2) endógeno del tomate e inducible por herida. Además, en las plantas transgénicas aumentó la producción de tricomas glandulares y se alteró la emisión de compuestos orgánicos volátiles”, añade Cañas.
“Por lo tanto, nuestro trabajo muestra que sería posible llevar a cabo un control integrado deTuta absoluta combinando cultivos transgénicos y control biológico simultáneamente”, concluye Beltrán.
Este trabajo, en el que también han participado investigadores del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA), es de gran interés para el sector agrícola, ya que demuestra la utilidad de la co-expresión de diferentes inhibidores de proteasas para el aumento de la resistencia de las plantas a plagas.
Rim Hamza, Meritxell Pérez-Hedo, Alberto Urbaneja, José L. Rambla, Antonio Granell, Kamel Gaddour, José P. Beltrán & Luis A. Cañas. Expression of two barley proteinase inhibitors in tomato promotes endogenous defensive response and enhances resistance to Tuta absoluta. BMC Plant Biology (2018) 18:24. DOI 10.1186/s12870-018-1240-6.
Fuente: UPV
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