Se ha logrado definir un modelo para predecir la época y la intensidad de captación de larvas y semillas de mejillón (mejilla) en función de la luz solar.
El proyecto de investigación se llevó a cabo en la ría de Ares-Betanzos, en Galicia, en colaboración con la empresa Proinsa, y los resultados fueron publicados este mes en la revista Scientific Reports.
Este avance científico permitirá mejorar las estrategias de captación de semilla en las rías, ya que productores podrán conocer con antelación cuándo deben poner las cuerdas colectoras.
Se sabe que la luz solar tiene efectos sobre la temperatura del agua del mar y sobre la disponibilidad de nutrientes, que son factores importantes en el desarrollo y crecimiento de la mejilla.
Basándose en estudios que indicaban el papel de la radiación solar en los procesos reproductivos de los corales, los científicos establecieron el inicio del periodo de asentamiento larvario -la cantidad de semilla fijada- cuando el nivel de radiación del sol empieza a superar el umbral de los once megajulios por metro cuadrado y día, informó La Opinión.
«El aumento en los niveles de radiación en febrero- en Europa- induce un desove temprano y, por lo tanto, el inicio del periodo de asentamiento larvario del mejillón se produciría en el mes de abril, mientras que si la luz solar al final del invierno es baja, el inicio de este proceso puede retrasarse hasta junio. Esta influencia permite predecir el inicio y fin del periodo de captación de mejilla con un mes de antelación», explica el CSIC.
El proyecto también demuestra que se puede pronosticar la intensidad del asentamiento larvario en una época determinada. Esto es posible si se tiene en cuenta además el aporte de agua de los ríos durante el mes comprendido entre los 15 y 45 días previos a la época que se desea predecir.
Se calcula que la industria mejillonera gallega necesita unas 7.000 toneladas de mejilla de una talla entre los 15 y los 25 milímetros para cultivar las 250.000 toneladas de mejillón que produce cada año.
La mejilla puede recolectarse en los sistemas intermareales (rocas) o en cuerdas de captación, que se colocan en las instalaciones de cría.
Al respecto, Uxío Labarta, uno de los autores del estudio, explica que “debido a las fluctuaciones de las mareas, las semillas que se encuentran en las rocas tardan más en crecer, mientras que las que se crían en las cuerdas cuentan siempre con alimento y unas condiciones óptimas”. De aquí la importancia de que los productores puedan saber cuándo es el mejor momento para colocar esas cuerdas.
El CSIC destaca que el modelo predictivo podrá utilizarse para estudios de asentamiento larvario y captación de semillas de mejillón en otras regiones, y no se descarta su aplicación a otras especies, como el percebe.