Las frutas estivales destacan por ser frescas y deliciosas. Sin duda, entre las reinas del verano está la sandía, un alimento exquisito en esta época del año. ¿Sabías que sembrar esta fruta es una tarea muy sencilla? Sólo necesitas un pequeño terreno y aprender a cuidarla como se debe.
La sandía es una planta de secano. Su origen lo encontramos en las áridas tierras de África, de hecho, los egipcios fueron ávidos consumidores de esta fruta. Desde el valle del Nilo viajaría a China y Europa, donde sería muy apreciada, especialmente por los comerciantes, que encontraban en ella un sustento refrescante para los largos días de viaje.
En el Viejo Continente, la sandía comenzó a cultivarse fundamentalmente en la cuenca del Mediterráneo. Aunque se cree que durante la Baja Edad Media se extendería su consumo por toda Europa y que los conquistadores la llevarían a Las Indias, algunos expertos coinciden en afirmar que el verdadero origen de la sandía está en América y que fueron los franceses los que la descubrieron en las tierras fértiles del Mississippi.
Las distintas variedades de sandía
Lo que sí se sabe a ciencia cierta es que existen numerosos tipos de sandías, muchos más que las tradicionales sandías de color verde oscuro y pulpa roja, o las de piel rallada. Hoy en día, gracias a la investigación de agricultores y productores, podemos encontrar en el mercado muchas variedades: alargadas, redondas, jaspeadas, lisas, de pulpa roja, anaranjada o amarilla, incluso cuadradas. El gusto del consumidor es el que tiene que elegir en estos casos.
Para muchos, las semillas de la sandía son una incómoda molestia a la hora de degustar esta fruta. Los avances científicos permiten hoy encontrar en la frutería sandías sin pepitas, donde toda la pulpa se aprovecha y no hay problemas a la hora de masticarla. A pesar de esta ventaja, las sandías sin semillas no acaban de cuajar en el mercado, porque a la mayoría de los consumidores les resulta extraño comerla sin el ritual de quitar las pepitas de la pulpa.
Cultivo y recolección de la sandía
La mejor forma de sembrar es en las tradicionales hileras y usando las semillas que podemos encontrar dentro de la pulpa de la sandía. Dejaremos espacio suficiente entre plantas, y en cada golpe, introduciremos unas seis semillas. En zonas cálidas, la mejor época de siembra es en noviembre.
Los climas templados, ligeramente calurosos, son los mejores para el desarrollo de la sandía, que germina en una semana perfectamente con 25º C de temperatura. El desarrollo de la planta será bueno si hace calor, aunque la floración requiere temperaturas más frescas que no superen los 20º C. Una humedad del 60% es óptima para estas plantas.
La cosecha de la sandía es manual. Sabremos que una sandía está madura para ser recolectada si la piel brilla y si la parte que se posa sobre la tierra adquiere un tono amarillento y consistencia dura. Otro truco infalible es golpear la corteza con la mano: si la fruta está madura, la corteza vibra. Si la sandía cumple estos requisitos, coséchala por la mañana y córtala a 3 cm. de distancia del pedúnculo.
Suelos y abono para la sandía
Esta planta se desarrolla adecuadamente en suelos fértiles y profundos, mejor si son levemente ácidos. Normalmente la sandía tiene dificultad para crecer en suelos arcillosos y alcalinos.
A la hora de aplicar fertilizantes, es mejor recurrir a productos que no incrementen el pH del suelo y, a ser posible que sea abono de fondo, para que la planta se vaya dosificando poco a poco los nutrientes que necesita. Comúnmente, estas plantas necesitan potasio en abundancia, más que nitrógeno.
La sandía puede verse seriamente perjudicada por un exceso de agua. La escasa floración, una producción escasa y un desarrollo vegetativo exagerado suelen ser síntomas de algunas carencias o excesos en su cultivo.
La siembra
Por ser una fruta tropical, la sandía crece a una temperatura óptima de entre 23º C y 28º C. Si bien tolera temperaturas más bajas, nunca deben superar los 11º pues entonces se detiene el desarrollo de crecimiento. Es por eso que el mejor momento para la siembra es tras la época de heladas. La primavera se presenta como la estación ideal para la siembra.
Para cultivar sandías debes saber que es un cultivo poco exigente, crece mejor en suelos bien drenados y ricos en materia orgánica. Al momento de sembrar piensa en la distancia entre cultivos, hay que hacerlo en hileras de 1,5 m. de distancia y con una separación de1,5 m. entre una y otra planta. Si colocas las semillas en espacios individuales como una maceta o mesa de cultivo recuerda que tenga suficiente espacio para que crezcan sus raíces. Antes de plantar los ejemplares, se recomienda agregar abono a la tierra y removerla quitando la hierba mala.
¿Cómo plantar las semillas?
Luego de secar las semillas, Sólo hay que hacer tres o cuatro agujeros en la tierra de 1 pulgada de profundidad y colocar una semilla en cada hoyo.
El riego
A la hora de cultivar sandías, presta atención al florecimiento ya que cuando las plantas florecen hay que regarlas cada 3 días si notas que están secas, las flores indican que a partir de este momento requieren menos agua.
Plagas y enfermedades
Al igual que otras cucurbitáceas, los grandes enemigos del cultivo de la sandía son:
- Araña roja: se desarrolla en las hojas y produce decoloraciones y manchas amarillentas.
- Mosca blanca: una mosca que debilita a la planta al picar y absorber sus jugos.
- Pulgón: una plaga que se dispersa principalmente en primavera y otoño.
- Trips: es una plaga que produce necrosis foliares.
- Ceniza u oidio de las cucurbitáceas: una enfermedad que produce manchas de color blanco en la superficie de las hojas.
- Enfermedades vasculares: son de dos tipos y producen el amarilleo de las hojas y la marchitez de las plantas.
- Chancro gomoso del tallo: se advierte por las lesiones beige en tallo que producen exudaciones gomosas cercanas a la lesión.
La poda
Evita las malas hierbas durante todo el proceso. Puedes colocar paja de pino o una película de polietileno sobre la tierra para evitar que ellas crezcan. Así y todo, crecerán a menudo por lo que debes quitarlas de alrededor de tus plantas.
La cosecha
El ciclo del cultivo de sandías tiene una duración de 90 a 150 días y la cosecha debe realizarse cuando las sandías estén maduras, esto es cuando suenen a hueco al golpearlas con los dedos.
Otro buen indicio para saber que están listas para la recolección es rayando la piel con las uñas. Si ésta se separa enseguida es momento de cosechar tu ejemplar.
Cuidados imprescindibles
¿Decididos a cultivar sandías en vuestro huerto en casa? Pues apuntad estos consejos de buenas prácticas:
– El acolchado (colocar paja de pino o una película de polietileno para proteger a las plantas) es muy recomendable no sólo para evitar las malas hierbas sino para mejorar el hábitat de la planta pues entonces se aumenta la temperatura del suelo, disminuye la evaporación de agua, aumenta la concentración de CO2 en el suelo y aumenta la calidad del fruto.
– Observa los brotes a medida que nacen y ten en cuenta que las semillas deben germinar a los 10 días aproximadamente.
Tanto hablar de las sandías que… ¡me han dado ganas de probar un gran trozo! Te invito a hacer lo mismo con tus sandías ecológicas cultivadas en tu huerto urbano.