Según las estadísticas, 35 hombres trans y 52 mujeres trans se sometieron a una cirugía de reasignación de sexo genital en Suiza en 2020.
Muchas personas trans sufren graves complicaciones después de las cirugías de reasignación de sexo realizadas en Suiza. Por este motivo gran cantidad de ellos prefieren operarse en el extranjero. Asociaciones y expertos señalan que los cirujanos suizos carecen de práctica.
22 diciembre 2022 – Katy Romy
Emma*, una joven trans de la Suiza francófona, se ha sometido a siete operaciones en menos de un año y ahora espera la octava. No es así como había imaginado su transición. Inicialmente solamente estaba prevista una intervención: una vaginoplastia, la llamada operación de reasignación de sexo, que consiste en construir una vagina para una mujer trans.
«Ya tuve un problema con la primera operación. Así que hubo que programar una segunda intervención durante la cual sufrí una lesión a nivel del recto. Los médicos me pusieron una bolsa gástrica que tuve que llevar durante nueve meses», explica. La experiencia fue traumática para la joven. «Estoy resistiendo, pero he pasado por momentos difíciles. Tuve ataques de pánico. Afortunadamente, la gente que me rodea me apoyó mucho», dice Emma. Todavía tiene que someterse a una operación en mayo para correcciones estéticas, pero ahora espera ver el final del túnel.
Múltiples operaciones
Lynn Bertholet, actual presidenta de la asociación ÉPICÈNE que defiende los derechos de las personas trans, conoce muchas historias como la de Emma. «La situación es dramática», asegura. Para corregir los diversos problemas postoperatorios, las personas afectadas a veces tienen que someterse a múltiples cirugías. «El caso más grave que conozco es el de un hombre trans que tuvo que afrontar 22 operaciones en cinco años», señala la activista y excajera en un banco ginebrino.
«Ahora mismo vivo con una sonda urinaria y tengo mucho dolor»: Lucas*
A veces, esto también da lugar a largas estancias en el hospital y ausencias prolongadas en el trabajo. Esta es la situación que vive Lucas*. En 2018, el hombre trans de 34 años decidió someterse a operaciones de cambio de sexo, entre ellas una faloplastia (operación que consiste en crear un pene para el paciente a partir de piel extraída de otra zona del cuerpo). Debido a numerosos problemas postoperatorios, tuvo que someterse a ocho cirugías en lugar de cuatro.
«Ahora mismo vivo con una sonda urinaria y tengo mucho dolor”, dice Lucas, quien nos llama desde su habitación del hospital, sitio del que no puede salir desde hace varios meses. “Mi expediente se ha vuelto hipercomplejo. Los médicos luchan por centralizar la información y comprender el problema. Mi mayor sueño es poder volver a mi trabajo, que amo enomemente”, asevera.
Falta de práctica en los hospitales suizos
No hay cifras que identifiquen los problemas postoperatorios de las personas transgénero en Suiza. Las operaciones de reasignación son ciertamente complejas y entrañan riesgos, pero para Lynn Bertholet las complicaciones son demasiado numerosas. «A través de nuestra experiencia en la asociación, calculo que una de cada dos personas que se han sometido a una cirugía de reasignación de sexo sufre problemas posoperatorios», sostiene.
Lynn Bertholet señala la falta de práctica de los médicos que realizan estas cirugías en Suiza, así como la ausencia de requisitos de formación específicos y de personal de enfermería capacitado en el seguimiento postoperatorio. Tres hospitales realizan operaciones de reasignación de sexo en el país: Basilea, Zúrich y Lausana. «El número de intervenciones quirúrgicas no es lo bastante elevado como para que los profesionales tengan suficiente experiencia», afirma la presidenta de ÉPICÈNE.
El problema ya había sido puesto de manifiesto en 2015 por el peritaje del cirujano belga Stan Monstrey, especialista en medicina transgénero. Encargado por el Tribunal cantonal de Lausana, el informe mostraba que los médicos que realizaban operaciones de reasignación de sexo en Suiza no ejercían lo suficiente como para igualar la calidad de las cirugías practicadas en centros especializados del extranjero. “A pesar de estas conclusiones, nada ha cambiado”, lamenta Lynn Bertholet.
De hecho, según el estudio, un cirujano necesita realizar al menos 24 intervenciones al año y por técnica quirúrgica para mantener su control. A pesar de un aumento en el número de operaciones en los últimos años, estas condiciones no se cumplen. Según muestran los últimos datos de la Oficina Federal de Estadística, en 2020, solamente 35 hombres trans se sometieron a cirugía de reasignación genital y 52 mujeres, en los tres hospitales que realizan estas intervenciones en Suiza.
Un centro nacional de excelencia
Para mejorar la atención, la asociación ÉPICÈNE aboga por la creación de un único centro nacional de competencias para el tratamiento de las personas transgénero. «Esto permitiría agrupar a los pacientes y contar con cirujanos más experimentados. Estos últimos podrían realizar solamente cirugías de reasignación, mientras que hoy tienen que hacerlo junto con otra especialidad», explica Lynn Bertholet. Esta solución también tendría la ventaja de centralizar la información y contar con personal de enfermería específicamente capacitado.El profesor Monstrey se muestra en consonancia con esta idea. Concluye que «la única forma de cumplir las condiciones de competencia y calidad en un país pequeño como Suiza sería agrupar a los pacientes transexuales en uno o dos centros». Además, el estudio menciona la necesidad de un «enfoque multidisciplinar consistente en la colaboración entre varios médicos y cirujanos de ambos sexos, pero también suficiente experiencia a nivel de personal sanitario y paramédico».
Lynn Bertholet, presidenta de Épicène. Magali Girardin
¿Solución o utopía?
La idea también atrae a los profesionales del ramo. Richard Fakin, exjefe de la clínica de cirugía plástica del Hospital Universitario de Zúrich, realiza ahora sus operaciones de reasignación de sexo en Madrid. «El número de intervenciones realizadas al año y sus resultados son decisivos. En Suiza apenas existen buenas publicaciones sobre el tema», lamenta. Dado que la Confederación es un país pequeño, considera que sería apropiado centralizar la atención de las personas trans. “El centro no tiene que estar ubicado físicamente en un solo lugar, pero se necesita un concepto de tratamiento común”, dice.En la Suiza de habla francesa las operaciones de reasignación sexual se realizan en el Hospital Universitario de Vaud (CHUV). Olivier Bauquis, cirujano del CHUV, también apoya la creación de un centro nacional. No obstante, considera poco probable su realización en un futuro próximo. De momento, insiste en la «necesidad de brindar atención en un entorno universitario por un equipo multidisciplinar de cirujanos especializados, psicoterapeutas y endocrinólogos».
Muchos prefieren operarse en el extranjero
Ante la situación actual, las personas trans que pueden permitírselo optan por operarse en centros de competencia extranjeros, señalan las asociaciones. En su sitio web, la Fundación Agnodice menciona Tailandia, Bélgica, Estados Unidos, Alemania, Serbia y Canadá.
“Además de causar sufrimiento, las múltiples operaciones para remediar complicaciones y las largas ausencias laborales también tienen un costo alto”: Lynn Bertholet, presidenta de ÉPICÈNE
Lucas y Emma también habrían preferido operarse en el extranjero si hubieran tenido los medios necesarios. «Pedí varias veces a mi seguro médico que me pagara una vaginoplastia en el extranjero, pero se negaron», cuenta Emma, que cree que las complicaciones que enfrenta ahora podrían haberse evitado.
En principio, los seguros médicos solamente reembolsan las cirugías realizadas en un hospital público en Suiza, pero existen excepciones. Por ejemplo, a una mujer trans su seguro médico le reembolsó la cirugía de reasignación de sexo que se había hecho en Tailandia gracias al peritaje de Stan Monstrey en 2015. El Tribunal del cantón de Vaud había fallado a favor de la asegurada, que consideró que una operación realizada en Suiza habría sido más arriesgada.
Reembolso de operaciones hechas en el extranjero
Mientras no exista un centro nacional de excelencia en Suiza, Lynn Bertholet opina que las aseguradoras de salud deberían reembolsar las operaciones realizadas en el extranjero. “Además de causar sufrimiento, las múltiples operaciones para remediar complicaciones y las largas ausencias profesionales también tienen un alto costo que debe ser asumido por los cantones y los seguros médicos”, comenta. Su asociación apoya actualmente una demanda ante el Tribunal Federal para intentar que se reconozca el alto riesgo de estas operaciones en Suiza.
De momento, la propuesta no parece interesar a santésuisse, la asociación que agrupa a las aseguradoras de salud. «Hoy en día, las aseguradoras sanitarias no están autorizadas a reembolsar cirugías realizadas fuera de Suiza, independientemente de su tipo», recuerda su portavoz, Christophe Kaempf, al ser preguntado sobre el tema.
Lynn Bertholet hace hincapié en que operar en otro país no es la panacea. “Estas intervenciones requieren un seguimiento a largo plazo que es difícil de realizar en el lugar”, especifica.
Personas trans en Suiza
Una persona trans es una persona que no se identifica con el género que se le asignó al nacer. Estas personas nacen con un cuerpo claramente masculino o femenino, pero se identifican con el otro género, entre los dos o con ambos. Es difícil saber con exactitud cuántas personas trans viven en Suiza, ya que nunca han sido censadas. Los estudios muestran cifras muy variables. Algunos estiman que una de cada 200 personas se identifica como transgénero, lo que supondría unas 40 000 personas en Suiza. Otras investigaciones solamente tienen en cuenta a las personas que se han sometido a una cirugía genital. Habría unos cientos en el país.
(fuente: transgender network switzerland
Adaptado del francés por Norma Domínguez
swissinfo