El FAST cuenta con 500 metros de diámetro, casi el doble que el del radiotelescopio de Arecibo, el más grande hasta la fecha
El pasado domingo se colocaba la última pieza del que a partir de ahora será el mayor radiotelescopio del mundo. El Radiotelescopio de Apertura Esférica (FAST por sus siglas en inglés), construido en la provincia de Guizhou, en el sudoeste de China, empezará a operar a partir del mes de septiembre. Su misión: la búsqueda de señales de vida inteligente en el universo.
La colocación del último de los 4.450 paneles que conforman su estructura circular de 500 metros de diámetro (200 más que el de Arecibo, en Puerto Rico), una superficie equivalente a la de 30 campos de fútbol, culminaba así la construcción de este macroproyecto, cuyo coste ha ascendido a unos 180 millones de euros.
Según el subdirector del Observatorio Astronómico Nacional (OAN) de la Academia de Ciencias de China, el organismo encargado de la construcción del radiotelescopio, los científicos empezarán en breve a «depurar» la instalación y a realizar las primeras pruebas». Durante los primeros dos o tres años se llevarán a cabo los últimos ajustes y las primeras investigaciones. Más tarde, según informó el director del Laboratorio de Tecnología de Radioastronomía del OAN, Peng Bo, el FAST estará disponible para científicos de todo el planeta.
Además de ser el más grande del mundo, el FAST es también el radiotelescopio más potente. Incluso podrá ser utilizado de forma remota desde Beijing, a más de 2.000 kilómetros de distancia. Su misión es principalmente la de buscar pistas sobre el origen del universo e indagar sobre la búsqueda de vida extraterrestre. Sin embargo, según sus creadores, también ayudará a los astrónomos a arrojar nueva luz sobre galaxias distantes, la detección de materia y energía oscuras y el descubrimiento de nuevos púlsares, estrellas de neutrones que emiten una radiación intensa. Por si fuera poco, también permitirá la localización de moléculas de carbono con mayor precisión que la conseguida hasta la fecha.
«Su impacto en la astronomía será extraordinario, aunque seguramente revolucionará otras áreas científicas», asegura Nan Rendong, jefe científico del proyecto, quien asegura que el FAST liderará los descubrimientos en este campo durante las próximas dos décadas.