La ciudad china de Shenzhen contará con la mayor planta de valorización energética de residuos del mundo
Será una de las 300 instalaciones de estas características que el país de Asia Oriental planea construir durante los próximos tres años
La ciudad china de Shenzhen (Guangdong) ha iniciado la construcción de una planta de valorización energética para tratar de forma sostenible las ingentes cantidades de basura que generan sus más de 10 millones de habitantes (a razón de 5.000 toneladas diarias como mínimo).
Constituye una de las 300 plantas de estas características que el país asiático prevé construir durante los próximos tres años, y no solo con el fin de tratar adecuadamente los residuos generados, sino también de producir calor y electricidad a partir de los mismos, abasteciendo de esta forma la urbe.
COMPLEMENTO A LAS TRES ERRES
Para Chris Hardie, miembro del estudio arquitectónico danés que ganó el concurso de diseño de la instalación, y que se ultimará durante el primer semestre del año en curso, ésta debe poner el broche final a un proceso de gestión iniciado con la reducción de la producción de basura y el reciclaje de la misma, y complementado con la extracción de la energía contenida en la parte restante.
Este es el modus operandi seguido en los países europeos más desarrollados y comprometidos con el medio ambiente, que cuentan con tasas de valorización energética situadas entre el 35 y el 55%, así como con altos niveles de reciclado, destinando a vertido únicamente entre el 0 y el 5%.
En el caso de España, que tan solo dispone de 10 plantas de valorización energética, el vertido se dispara hasta el 60%. Es por ello que el Plan Estatal Marco de Residuos (PEMAR) 2016-2022 contempla la aplicación del principio de jerarquía establecido en la normativa comunitaria, promoviendo la prevención y la reducción, e incrementando la preparación para la reutilización, el reciclado y otras formas de valorización, incluida la energética, que prevé subir del 10 por ciento actual al 15 por ciento.
El objetivo último es disminuir el depósito en basurales , la opción menos deseable por su negativo impacto ambiental.
IMPLICACIÓN SOCIAL
El edificio que albergará la planta china es circular, rompiendo así con la tradicional forma rectangular asociada al equipamiento industrial, y permitiendo con ello que se reduzca la huella de la infraestructura, así como la cantidad de tierra excavada requerida para construir el proyecto.
El tejado, con una extensión de aproximadamente 1,6 kilómetros, estará coronado con unos44.000 metros cuadrados de paneles solares, fomentando así el uso de las energías renovables.
La instalación estará abierta a la ciudadanía, previendo acoger visitas turísticas y profesionales.
Los interesados accederán a la misma a través de un parque, avanzando por un sendero interno circular a través del cual se explica cada etapa del proceso. El itinerario llega hasta una pasarela pública de 1,5 kilómetros situada en la cubierta con vistas a la ciudad de Shenzhen y entorno natural.
La planta entrará en operación industrial en el año 2020.