El doctor Luis Alberto Quesada Allué, jefe del Laboratorio Bioquímica y Biología Molecular del Desarrollo del Instituto Leloir, habla sobre los recientes brotes en Chile y afirma que la investigación básica podría ayudar a frenar la plaga.
20/7/2015 – Ag. Cyta Instituto Leloir- . En 1995, Chile había sido declarado libre de mosca mediterránea de la fruta (Ceratitis capitata), un insecto que ataca frutales y huertos. Sin embargo, en los últimos meses se registraron capturas de ejemplares o brotes de esa plaga en distintos puntos de ese país, por lo que el Servicio Agrícola y Ganadero del Ministerio de Agricultura chileno activó el protocolo para limitar la expansión y profundizar la vigilancia.
Para el doctor Luis Alberto Quesada Allué, jefe del Laboratorio Bioquímica y Biología Molecular del Desarrollo del Instituto Leloir y el principal experto internacional en el ciclo de vida de esta mosca, el episodio revela la importancia de fortalecer la investigación básica y aplicada sobre esta plaga: “Si pudiéramos conocer mejor a la plaga en diferentes aspectos, aumentaría mucho las posibilidades de diseñar medidas de control nuevas”, asegura en diálogo con la Agencia CyTA-Leloir.
¿Qué características tienen las moscas de la fruta?
Las moscas-plaga de frutales y huertas son muchas. La mosca mediterránea o Ceratitis capitata proviene del norte de África e invadió primero Europa y luego América. En Argentina es endémica y en Cuyo y Patagonia se la combate mediante la liberación de millones de moscas machos estériles que desplazan a los que tienen la capacidad de reproducir [Según datos del Instituto de Calidad y Sanidad Agropecuaria de Mendoza, en esa provincia se sueltan 220 millones de machos estériles por semana]. La mosca sudamericana de la fruta, Anastrepha fraterculus, es una pariente cercana, autóctona, que podría expandirse si se elimina a la invasora.
¿Cuál es la amenaza de estas moscas?
Como parte de su ciclo reproductivo, depositan al interior de los frutos sus huevos y dañan diferentes cultivos. Generan grandes pérdidas económicas, como le pasa ahora a Chile: además de los daños directos a la fruta, puede llevar a otros países a prohibir totalmente la importación para evitar infectarse. Eso último suele representar un enorme perjuicio en términos de mercado.
Chile había declarado al país libre de la mosca mediterránea. ¿Cómo pudieron haberse producido esos brotes?
En realidad, no todos los científicos estábamos convencidos de que Chile estuviera efectivamente libre de esa mosca. Estaba prohibido poner trampas para la mosca mediterránea en territorio chileno, pero algunos científicos estadounidenses lo hicieron y constataron su presencia en algunos lugares. La posición oficial informaba que se trataba de moscas que invadían desde Perú o de Argentina. Pero también es posible que provengan de nichos pequeños en el mismo Chile y que en condiciones favorables se hayan expandido.
¿Cuál es la estrategia principal para combatirla?
Por un lado, hay que realizar el monitoreo continuo mediante trampas y, ante la aparición de un solo ejemplar, poner la zona en cuarentena y usar insecticidas. En algunas zonas acotadas, lo mejor es usar machos estériles para que desplacen a los pocos machos salvajes y evitar así la reproducción. Si la investigación biológica básica avanza y cuenta con el apoyo necesario aparecerían nuevos enfoques en la lucha de esta y otras plagas similares.
Si no se la controla, la mosca mediterránea de la fruta (Ceratitis capitata) puede causar grandes pérdidas económicas
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Información sobre Ceratitis capitata – (Acotación DCA )
. Tórax blanquecino, con un mosaico característico de manchas negras. Escutelo negro brillante. Abdomen con dos bandas transversales más claras. Ojos grandes y rojos.
La mosca de la fruta pasa el invierno como pupa, enterrada en el suelo o bien como larva si encuentra hospedantes que fructifiquen en invierno. En climas suaves, ya a finales de invierno aparece la primera generación de adultos, que afectan a cítricos tardíos. Tras la reproducción, las hembras pican la corteza del fruto y verifican la puesta de huevos en su interior. Las larvas emergentes se alimentan de la pulpa del fruto practicando galerías, los cuales se pudren y caen al suelo. Acto seguido las larvas abandonan el fruto para pupar en el interior de un pupario de 4 mm y de color marrón rojizo, enterradas en el suelo, a unos pocos centímetros de profundidad.
A principios de primavera aparecen los nuevos adultos, que pasan a los frutales de maduración más temprana, como son albaricoques o nísperos. Las generaciones se suceden, afectando ya en verano a melocotones y demás frutales de hueso, coincidiendo con la 3ª generación, frutales de pepita, higos, caqui, después a la vid, y por último a los cítricos más tempranos, clementina precoz por ejemplo, a partir de octubre A partir de noviembre con la bajada de temperaturas cesa en gran medida su actividad, para reaparecer de nuevo al finales del invierno, completando así su ciclo de vida.
Esta especie se desarrolla de forma óptima a un rango de temperatura comprendido entre 16 y 32ºC y una humedad relativa del 75-85%.
Temperatura umbral (ºC)
10
Integral térmica (grados día)
360
Generaciones anuales
Hasta 8
Pudrición del fruto por la entrada de hongos a través de las picaduras realizadas por las hembras a la hora de poner los huevos.
Caída de frutos por descomposición de la pulpa.
Destrío inmediato del fruto por presencia de larvas y sus galerías.
El control de la mosca del mediterráneo se debe basar en reducir el número de adultos mediante trampeo masivo y en la aplicación de tratamientos químicos que protejan la fruta cuando esta sea más receptiva al ataque y una vez detectada la plaga. Esto debe complementarse mediante unas adecuadas medidas culturales, especialmente la retirada de fruta caída al suelo.
– Químico
Cítricos
Momento
Los ataques se inician en cítricos a partir de septiembre-octubre con el comienzo de la maduración de las variedades extra tempranas (Okitsu, Oronules, Marisol,…). Antes el fruto es muy pequeño y la mosca no lo puede picar, además tiene otros frutos más atractivos que los cítricos en ese periodo.
Las aplicaciones se inician tras la detección de la plaga a partir del cambio de color del fruto. Un posible umbral es de pulverizar cuando se capturen más de 0,5 moscas por trampa y día o bien se observen más del 1% de frutos afectados.
Tratamiento
Pulverización cebo (parcheo) encaminado a atraer y destruir adultos antes de que piquen la fruta. Se emplea un insecticida (spinosad, etofenprox, lambda cihalotrin) mezclado con un atrayente alimenticio como pueden ser las proteínas hidrolizadas.
En aplicaciones cebo se trata únicamente la parte más soleada del árbol, la cara sur. Repetir el tratamiento cada 7-10 días.
En las variedades extra tempranas, el tratamiento en cebo pierde eficacia una vez alcanzada la madurez total del fruto. A partir de dicho momento se recomiendan tratamientos totales sin cebo, con metil clorpirifos, o azadiractin (en producción ecológica).
Frutales
Momento
Una vez detectada la plaga, ya sean adultos o frutos afectados.
Tratamiento
Las materias activas a emplear son: lambda cihalotrin, deltametrin (excepto ciruelo), azadiractin, metil clorpirifos, entre otros. Los tratamientos se aplican con una frecuencia de 7-10 días durante las 5 semanas anteriores a la recolección.
El caqui es un fruto especialmente sensible al ataque de la plaga. Se lleva a cabo un tratamiento preventivo a partir de cambio de color del fruto o unos días antes con las materias activas azadiractin, etofenprox. Estas sustancias pueden ser mezcladas con proteínas hidrolizadas para realizar tratamientos cebo (mojando solo la cara sur del árbol en este caso).
Vid (uva de mesa)
Momento
A partir del inicio de la maduración, tras observar la presencia de la plaga.
Tratamiento
Lambda cihalotrin aplicado en cebo de forma similar a lo expuesto anteriormente.Este tratamento también sirve para combatir la mosca del vinagre. Repetir según sea necesario cada 7-10 días.
En todos los cultivos citados también se puede aplicarla materia activa lufenuron que viene presentada en cebo para emplear como trampas de esterilización a una dosis de 24 trampas/Ha.
– Biológico
Lucha autocida, que consiste en la liberación masiva de machos estériles, que compiten con el resto de machos por reproducirse con las hembras, de manera que se reducen las futuras generaciones.
No hay enemigos naturales eficaces. Los ensayos realizados con Opius spp. y otros parasitoides, no han dado resultados satisfactorios.
– Medidas culturales
El uso de trampas es la principal medida de control tanto para seguimiento de poblaciones como trampeo masivo. Se disponen mosqueros cebados con un sobre de atrayente alimenticio más el insecticida a una dosis de 50 trampa/Ha en cítricos y frutales de pepita, y de 75 trampas/Ha en frutales de hueso y uva de mesa. Se disponen en la cara sur del árbol, que es la parte preferida por los adultos.
Deshacerse de los frutos afectados o que hayan podido quedar en el árbol y especialmente los caídos al suelo, que son importantes focos de infestación. En ningún caso se deben enterrar los frutos ni abandonar en vertederos incontrolados.
Adelantar la cosecha en la medida de lo posible.
Vigilar los ejemplares aislados que puedan haber en la parcela, como higueras, alcaparras, nispereros, etc, que pueden servir de huésped al insecto.