Chile se alza como el principal país exportador de cerezas frescas del Hemisferio Sur con alrededor del 85% del total de envíos al año.
El INIA (Instituto de Investigaciones Agropecuarias) está trabajando en un programa de mejoramiento genético del cerezo, con el cual se espera obtener las primeras variedades nacionales de este fruto a partir de 2020, lo que abrirá oportunidades de mercado inéditas para el sector.
El Programa Chileno de Mejoramiento Genético del Cerezo, llevado a cabo por INIA y cofinanciado por Innova Chile CORFO busca el desarrollo genético de la primera cereza chilena y así dejar de depender de programas de mejoramiento genético del Hemisferio Norte como ocurre en la actualidad, lo que significaría un hito para el mercado mundial de este fruto.
El programa se está llevando a cabo en la región de Coquimbo, Metropolitana y de O’Higgins, considerando las ventajas de dichas zonas para el cultivo de esta especie.
En la región de Coquimbo (centro-norte de Chile) se están evaluando segregantes de bajo requerimiento de frío en el Centro Experimental de INIA, en la localidad de Pan de Azúcar. Para ello, se establecieron las primeras plantaciones el año 2012, tras un plan de cruzamiento utilizando parentales de interés, de los cuales se obtuvieron cerca de 10 mil árboles, los cuales están todos en evaluación. El proceso de descarte es rápido, pues se buscan características específicas en base a las necesidades del programa.
Cómo debe ser la cereza chilena del futuro
De acuerdo a los objetivos del programa, las cerezas chilenas del futuro deberán tener las siguientes características:
1) Variedades más tempranas y más tardías que las actuales en nuestra Industria, para ampliar el abanico de oferta a nuestros mercados.
2) Cerezos de bajo requerimiento de frío, para ampliar la superficie apta para este frutal.
3) Frutos con un comportamiento de post-cosecha compatible con un viaje de más de 30 días, hasta los mercados más distantes.
4) Calibre: Un requerimiento comercial que determina la desaparición de variedades de fruta mediana y pequeña.
5) Color: Hoy en día el mercado prefiere las cerezas rojas a caoba.
Si bien programa está en la mitad de su ejecución, INIA ya tiene algunas selecciones promisorias, que podrían convertirse a futuro en las primeras variedades chilenas de cerezas con las características que el mercado internacional y nacional requiere. Cada año se ingresan a evaluación alrededor de 2.000 nuevos segregantes, de un total de 11.000 ya en evaluación. El proyecto cuenta con la participación de la investigadora Angélica Salvatierra, del Centro Regional de Investigaciones INIA Intihuasi y el apoyo de Robert Andersen, uno de los expertos más destacados en mejoramiento genético en Estados Unidos. Los primeros resultados de este programa se esperan para el año 2020.