TERAPIA CELULAR Y MEDICINA REGENERATIVA: MÉTODOS DE OBTENCIÓN DE CÉLULAS MADRE
Todas las células de un organismo adulto provienen de una única célula primigenia: el zigoto. Desde que se inicia la formación del embrión, las nuevas células provenientes de la división de esta única célula inicial, comienzan a diferenciarse en cientos de tipos celulares distintos, convirtiéndose en células madre embrionarias (CME).
Esta especialización bioquímica y funcional que da lugar a los distintos linajes celulares se debe a la expresión diferencial de su material genético gracias a las distintas señales químicas que reciben a lo largo del desarrollo. A medida que van adquiriendo su identidad definitiva para dar lugar al organismo adulto, estas células van perdiendo tanto su capacidad de diferenciación como de proliferación, salvo algunas excepciones que permanecen en determinados tejidos y constituyen el reservorio para la renovación celular: las células madre adultas (CMA).
Las CMA se obtienen principalmente de la medula ósea, sangre periférica y zonas vascularizadas del tejido adiposo, mientras que las CME proceden de la donación de embriones obtenidos por reproducción asistida.
Pese a su capacidad restringida para dar lugar a distintos tejidos, las CMA presentan ciertas ventajas frente a las CME. Por un lado pueden obtenerse del propio paciente, lo que evita el posible rechazo por parte del sistema inmune en un injerto. Por otro lado, su reducida capacidad de proliferación y diferenciación disminuye el riesgo de formación de tumores.
El Hospital Clinic de Barcelona, unos de los centros pioneros en España de este tipo de medicina, ya ha llevado a cabo, con éxito, el trasplante de tráquea de un donante, repoblada con células madre diferenciadas del receptor.
Existen además otros mecanismos para la obtención de CM. Pese a haber perdido su capacidad de diferenciación y proliferación, todas las células de un organismo adulto conservan en su interior la totalidad de la información genética necesaria para dar lugar a un organismo completo.
Estas células pueden reprogramarse en CM mediante la introducción de genes que desbloqueen los mecanismos que mantienen la expresión diferencial del material genético. De este modo podrían tomarse, por ejemplo, las células epidérmicas o queratinocitos que quedasen adheridas a la raíz capilar tras arrancar un cabello, multiplicarlas en un medio de cultivo y añadir una solución con retrovirus (modificados genéticamente para eliminar su virulencia), que infectarían dichas células actuando como vehículos de los genes desbloqueantes.
Las células epiteliales recuperarían entonces su capacidad pluripotente convirtiéndose en iPS (células madre pluripotentes inducidas) que podrían ahora, con la adicion en el medio de los factores solubles adecuados, convertirse por ejemplo en células cardiacas…
Otra alternativa para la obtención de CM es la transferencia nuclear o clonación, en la que el núcleo de un óvulo es sustituido por el de una célula somática obteniéndose así CME. Investigadores de la universidad estadounidense de OHSU (Oregon Health & Science University) sorprendían a la comunidad científica y al público en general con la noticia de haber obtenido el primer embrión clonado a partir de células humanas de la piel, publicada en la revista “Cell”. Se trataba de un paso muy esperado desde que otros grupos clonaran con éxito diferentes animales, como primates o la famosa oveja Dolly quince años atrás.
La idea en un futuro es extraer células madre de embriones clonados de los propios pacientes, genéticamente compatibles y que por tanto no produzcan rechazo, para poder tratar enfermedades incurables.
Aún en laboratorio, la medicina regenerativa está comenzando a revolucionar el tratamiento de muchas patologías, principalmente disfunciones hormonales como la diabetes o el déficit de hormona del crecimiento, enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson, el Alzheimer o el Huntington, lesiones cardiocirculatorias como el infarto de miocardio o la isquemia vascular periférica y lesiones musculoesqueléticas, articulares u óseas, así como el futuro del trasplante de órganos o autotrasplante.
María Platón Corchado
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