La UBA, Universidad de Buenos Aires, organizó encuentros de médicos, bioquímicos y agrónomos que aseguraron que investigar el Cannabis mejoraría la calidad de vida de quienes sufren diversas patologías
A casi un siglo de que el gobierno de EEUU catalogara al cannabis como droga peligrosa, esta planta originaria de Asia se cultivó en el tiempo con fines religiosos, alimenticios y medicinales. En el presente miles de personas recurren a ella por sus más de 46 efectos terapéuticos conocidos.
Desde hace un tiempo diversos sectores vienen promoviendo la legalización de los cultivos, sin embargo existe un vacío de información especializada sobre el tema.
En ese marco, durante el gobierno del presidente Macri se organizaron encuentros propuestos por el Grupo de Estudio y Trabajo de Cannabis (GET Cannabis) de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA), profesionales de las ciencias médicas, bioquímicos y agrónomos cuyo resultado fue sostener la premisa de que avanzar en la investigación del cultivo beneficiará a la salud pública.
Daniel Sorlino, investigador de la FAUBA e integrante del GET Cannabis sostiene que “Existe mucho desconocimiento sobre el Cannabis a causa de su ilegalidad y de las restricciones que existen para investigarlo. Desde la universidad pública y los organismos de ciencia podemos generar y difundir información confiable para toda la comunidad. Esto es esencial para una especie vegetal que se usa con fines medicinales. Estudiar el Cannabis es promover el derecho a la salud”.
Francisco Mora, integrante del GET Cannabis, identificó en su tesis de maestría las regiones del país en las que se podría cultivar Cannabis, que van desde el NOA hasta la Patagonia y resaltó que la planta se puede desarrollar a cielo abierto a temperaturas entre 2 y 40 °C, con un rango óptimo entre 25 y 30 °C. Entre otras cuestiones, se mostró cómo la genética del Cannabis y las condiciones ambientales en las que crece influyen en los compuestos de uso medicinal que genera.
Por su parte, Ignacio Peralta, investigador del IQUIMEFA, destacó que la agronomía tiene un rol clave en el estudio del Cannabis de uso medicinal ya que no se pueden lograr productos de alta calidad con materia prima de mala calidad.
El investigador señala que la familia botánica en cuestión tiene más de 70 moléculas específicas llamadas fitocannabinoides. “Entre ellas se encuentran el famoso CBD, recomendado por la OMS para tratar epilepsia y enfermedades autoinmunes, y el THC, demonizado por su psicoactividad. El efecto que estos compuestos tienen en el cuerpo varía en función de su concentración en la planta y de la forma en se extraen y se consumen”.
En sintonía Carlos Magdalena, Jefe de Neurofisiología y Epilepsia del Hospital de Niños Dr. Ricardo Gutiérrez, resaltó que el autocultivo es una realidad y que los organismos de ciencia deberían apoyar las iniciativas que los usuarios y cultivadores llevan adelante hace años y puso énfasis que el estudio del cultivo es una cuestión de salud pública y que ya se conocen al menos 46 aplicaciones terapéuticas. “Ayuda a tratar problemas psicológicos, neurológicos, dolores, insomnio, gastrointestinales y también mejora la calidad de vida de personas con cáncer, distrofia muscular o glaucoma”.
Desde hace unos años el Ministerio de Salud de la Nación viene promoviendo el estudio dentro del ‘Programa Nacional para el Estudio y la Investigación del uso medicinal de la planta de Cannabis, sus derivados y tratamientos no convencionales’, pero solo estaban aprobados los proyectos sobre estudios clínicos del Hospital Garrahan, del Hospital El Cruce y el cultivo extensivo en Jujuy.
Faso medicinal
Ante ciertas infecciones, estrés o dolores, el sistema nervioso contraataca fabricando ciertas moléculas, llamadas endocannabinoides, que mantienen el equilibrio y la integridad psicofísica del organismo. Al utilizar el cannabis, reconoce los fitocannabinoides del Cannabis como si fueran endocannabinoides.
Para Magdalena, si el cuerpo no puede generar las moléculas necesarias para mantener el equilibrio, los fitocannabinoides podrían ser buenos complementos.
Los especialistas sostienen que pese a las prohibiciones, la Argentina tiene una cultura cannábica muy desarrollada y que existen decenas de organizaciones que cultivan Cannabis para mejorar la salud de sus familias. Si bien en estos últimos tiempos, el Estado abrió la discusión sobre el consumo la polémica aún continúa ante la falta de estudios de peso sobre la materia.