Bacterias y algas bioluminiscentes para iluminación y señalización.- Un investigador de la Universidad de Sevilla ha patentado un procedimiento de cultivo de microorganismos bioluminiscentes para su uso en dispositivos de iluminación ambiental y señalización. –NdeDCA: Ésta excelente información de SINC habla de la utilización de algas y bacterias luminiscentes. Nos hemos permitido la autolicencia de recordar nuestra niñez, con aquellas luciérnagas o bichitos de luz…
Estos microorganismos no tienen la potencia que puede tener una farola, pero con un cultivo adecuado podrían servir como iluminación de emergencia o en espacios naturales, al no tener que incluir elementos artificiales para su funcionamiento, según el experto.
Canal Ciencia US /SINC | | 09 marzo 2015
Dispositivo bioluminiscente de señalización e iluminación ambiental alimentado por poblaciones de Pyrocystis fusiformis. / Eduardo Mayoral
La Universidad de Sevilla han patentado el procedimiento de cultivo de las bacterias Vibrio fischeri y las algasPyrocystus fusiformis y su uso para producir dispositivos de iluminación ambiental y señalización. La invención consiste en un procedimiento de obtención de dispositivos de iluminación ambiental mediante el uso de poblaciones de microorganismos bioluminiscentes que emiten luz.
La bioluminiscencia es un fenómeno muy extendido en todos los niveles biológicos (bacterias, hongos, gusanos, insectos, etc.) y consiste en la producción de luz de ciertos organismos vivos que se genera como consecuencia de una reacción que transforma la energía química en energía lumínica.
La novedad fundamental de esta patente radica en el procedimiento de obtención de dispositivos de iluminación ambiental, aprovechando las cualidades lumínicas que presentan los microorganismos con los que se trabaja, para producir luz de forma natural sin consumir energía eléctrica, ni emitir residuos.
Además, esta innovación presenta diseños de geometrías biodegradables y recicladas que albergan poblaciones de las bacterias Vibrio fischeri y algas unicelulares Pyrocystis fusiformis, para configurar dispositivos bioluminiscentes en función de los resultados obtenidos en laboratorio.
Así, se identifica y se propone solucionar por una parte el inconveniente del consumo de energía para producir luz ambiental y por otra el problema de la generación de residuos que suponen lámparas y luminarias al acabar su ciclo de vida útil.
“La invención propone soluciones a estos problemas mediante el aprovechamiento de las propiedades bioluminiscentes de estos microorganismos dispuestos adecuadamente en dispositivos de iluminación biodegradables”, explica Eduardo Mayoral, investigador responsable de la patente.
Estos microorganismos, «son perfectos como iluminación de emergencia o en espacios naturales», dice el investigador
Dos patentes
“Estos microorganismos no tienen la potencia que puede tener una farola pero introducidas en un medio de cultivo adecuado son perfectas como iluminación de emergencia o en espacios naturales, al no tener que incluir elementos artificiales para su funcionamiento”.
El trabajo de este investigador, desarrollado entre la Universidad de Columbia (Nueva York) y la Facultad de Química de la Universidad de Sevilla, ha dado lugar a dos patentes: una para el procedimiento de cultivo y dispositivos derivados del trabajo realizado con las bacterias Vibrio fischeriy otra para el realizado con las algas unicelulares Pyrocystis fusiformis.
En ambas se reivindica el procedimiento de cultivo de cada uno de estos microorganismos bioluminiscentes, su uso para la obtención de los dispositivos de iluminación ambiental y señalización, y los dispositivos bioluminiscentes de iluminación ambiental sin consumo eléctrico diseñados para albergar a los micro-organismos.
En la Universidad de Sevilla es el Secretariado de Transferencia de Conocimiento y Emprendimiento el encargado de asesorar y gestionar la protección de estos resultados, así como de negociar los acuerdos de licencia y trasferencia a las empresas interesadas en la explotación delos mismos.
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Los bichitos de luz, también conocidos como luciérnagas, son en realidad escarabajos, miembros noctámbulos de la familia de los lampíridos.
La mayoría de las luciérnagas tienen alas, lo que las distingue de otros insectos luminiscentes de la misma familia, conocidos comúnmente como gusanos de luz.
Existen unas 2.000 especies de luciérnagas. Estos insectos viven en diversos entornos cálidos y en regiones más templadas, y son una presencia familiar en las noches de verano.
Todo el mundo conoce a los bichitos de luz, aunque pocos saben cómo o por qué “se encienden”.
A la luz generada por estos bichitos se le llama “bioluminiscencia”. Se iluminan gracias a un compuesto orgánico, que se encuentra en sus abdómenes llamado luciferina, que en latín significa “portador de luz”. A medida que el aire entra como una ráfaga al abdomen de las luciérnagas, el aire reacciona con la luciferina, produciendo el familiar brillo verdoso amarillento.
Según Sofía Rodríguez, zoóloga en la Universidad de Texas en Austin especializada en la comunicación animal, esta luz a veces es llamada “fría” porque genera poco o nada de calor. En contraste, la energía que un foco incandescente libera equivale a aproximadamente 10% de luz y 90% de calor.
La luz de la luciérnaga es por lo general intermitente, y brilla de un modo específico en cada especie. Los científicos creen que las ayuda a encontrar posibles parejas o como mecanismo de defensa (al emitir una señal clara de que el insecto no es apetitoso), aunque no se sabe exactamente cómo regulan el proceso de encender y apagar su luz.
Y…UN POCO MÁS DE LUZ SOBRE EL ASUNTO: http://www.arn.org.ar/Contenido.php?Codigo=624