MALEZAS RESISTENTES Y HERBICIDAS.POR QUE SON UN PROBLEMA EN LA ARGENTIA. COMO ESTAN EXPANDIDAS EN EL PAIS. MEDIDAS A TOMAR. LOS HERBICIDAS UTILIZADOS. SE PUEDEN CONTROLAR? SELECCIOS DE HERBICIDAS POR REGIONES. PRESENTE Y FUTURO
Malezas resistentes y herbicidas: un problema en Argentina
¿Por qué son un problema en Argentina?
Las malezas resistentes representan un desafío crítico para la agricultura argentina, ya que afectan directamente la productividad de los cultivos y aumentan los costos de manejo. Esto ocurre debido a varios factores:
Monocultivo y uso excesivo de herbicidas: La dependencia del monocultivo de soja, sumada al uso reiterado y exclusivo de ciertos herbicidas como el glifosato, ha generado una presión selectiva que favorece la aparición de malezas resistentes.
Pérdida de eficacia: Cuando una maleza se vuelve resistente, los herbicidas que antes la controlaban dejan de ser efectivos, obligando al productor a utilizar mezclas más costosas o prácticas alternativas.
Impacto económico: Se estima que el costo del manejo de malezas resistentes puede incrementar hasta un 25% los gastos de producción.
Cómo están distribuidas en el país
En Argentina, las malezas resistentes están presentes en prácticamente todas las regiones agrícolas. Algunas de las más relevantes incluyen:
Rama negra (Conyza bonariensis): Muy difundida en la región pampeana.
Sorgo de Alepo (Sorghum halepense): Predomina en el norte y centro del país, resistente a glifosato.
Amaranthus spp.: Una de las más agresivas en la región del NOA y NEA, con resistencia múltiple a glifosato y otros herbicidas.
Yuyo colorado (Amaranthus hybridus): Altamente competitivo, presente en varias regiones.
Raigrás (Lolium multiflorum): Problema creciente en la región pampeana.
Medidas a tomar para el manejo
Para combatir la expansión de malezas resistentes, es crucial implementar un manejo integrado basado en:
Rotación de cultivos: Alternar entre especies de cultivos reduce la presión selectiva sobre las malezas.
Diversificación de herbicidas: Utilizar moléculas con diferentes modos de acción para evitar la selección de resistencia.
Control mecánico: Incorporar labores como barbecho químico y mecánico.
Monitoreo constante: Detectar la aparición temprana de malezas para aplicar estrategias puntuales.
Capacitación y asesoramiento: Educar a los productores sobre prácticas sostenibles y manejo integrado de malezas (MIM).
Herbicidas utilizados
En Argentina, los herbicidas más empleados para controlar malezas resistentes incluyen:
Glifosato: El más común, aunque su eficacia ha disminuido ante varias malezas resistentes.
Inhibidores de ALS (como clorimurón y metsulfurón): Utilizados en cultivos de soja y trigo.
Inhibidores de PPO (como fomesafen y flumioxazin): Especialmente útiles contra Amaranthus.
Graminicidas (como haloxifop y cletodim): Eficaces para controlar gramíneas resistentes.
Dicamba y 2,4-D: Hormonales usados para malezas de hoja ancha.
¿Se pueden controlar?
Aunque el control absoluto es difícil, es posible gestionar las malezas resistentes con estrategias integradas. Algunas prácticas exitosas incluyen:
Uso de mezclas de herbicidas con diferentes modos de acción.
Aplicaciones en momentos oportunos según el ciclo de la maleza.
Incorporación de cultivos de cobertura que compitan con las malezas.
Innovaciones tecnológicas como el uso de herbicidas preemergentes más eficientes y sistemas de precisión.
Selección de herbicidas por regiones
Región Pampeana: Uso de glifosato en combinación con dicamba o 2,4-D para rama negra y raigrás.
Región del NOA y NEA: Uso de preemergentes como flumioxazin y metribuzin para controlar Amaranthus.
Centro y norte del país: Mezclas con graminicidas específicos para sorgo de Alepo.
Cuyo y Patagonia: Estrategias localizadas con menor uso intensivo de herbicidas debido a menores niveles de infestación.
Presente y futuro del manejo
Presente: La resistencia está en aumento y requiere enfoques más diversificados y sostenibles. Los productores enfrentan mayores costos debido a la necesidad de herbicidas más complejos y prácticas adicionales.
Futuro:Mayor adopción de herramientas tecnológicas, como mapeo de malezas y aplicaciones de precisión.
Desarrollo de nuevos herbicidas con modos de acción alternativos.
Aumento de la adopción de prácticas agroecológicas para reducir la dependencia de químicos.
En conclusión, el problema de las malezas resistentes en Argentina exige un cambio en el enfoque tradicional hacia una estrategia más integrada, sostenible y adaptada a las características de cada región.
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