El informe del Inta coincide con la evaluación que realiza la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario.
“El maíz temprano está en la cuerda floja”, advierte el último reporte de la entidad rosarina, que sostiene que en el sur de Santa Fe, parte del norte bonaerense y este cordobés se necesitan más de 140 milímetros de agua para cubrir las necesidades de la etapa crítica del cultivo.
“Si llueve pueden rendir entre 90 a 100 quintales por hectárea, pero de lo contrario van caer a 50 o 60 quintales”, precisa el informe.
La excepción es la zona cercana al centro de la provincia de Santa Fe, como en Carlos Pellegrini donde la semana pasada llovieron 70 milímetros, justo a tiempo para la floración y completar el llenado de grano de manera eficiente.
“Pero 92 por ciento de la región muestra necesidades mayores a los 100 milímetros en 15 días para cubrir la demanda del cultivo en su etapa definitoria”, evalúa la GEA.
En Pergamino, por ejemplo, ya se calcula una pérdida de hasta 20 por ciento de rendimiento sobre suelos de menor calidad.
“Los maíces de la primera tanda de siembra (principio de septiembre) están floreciendo, desparejos y con escasa biomasa”, advierten los técnicos del área.
Según cómo llueva en los próximos días será el futuro productivo del maíz: si caen definitivamente sus rindes o sigue con posibilidades. El cereal de verano es el cultivo más afectado por la falta de agua y está en una situación crítica. El estrés es generalizado aunque se distinguen zonas aún con posibilidades y otras ya con graves daños irreversibles de rinde.
Mientras tanto, la soja de primera está tratando de cerrar el entresurco, pero hay lotes de segunda comprometidos.