En el barrio «El Mondongo», el robo en el Instituto de Fisiología Vegetal complicó las tareas habituales de esa dependencia universitaria. Allí se realizan trabajos de investigación para facultades nacionales y el Conicet. El cronograma resultó afectado a partir de la sustracción de computadoras y dinero.
Sucedió en la esquina de diagonal 113 y 61, a 100 metros del perímetro del Bosque. En primer lugar, los intrusos irrumpieron en la mañana del domingo, luego de romper un vidrio, según indicó Juan José Guiamet, el director de esa entidad de investigaciones científicas.
“Aunque hay alarmas” en el edificio, los delincuentes pudieron entrar para llevarse dos notebooks que había en una oficina, contó Catalina, que es empleada administrativa.
El sonido de las chicharras de la alarma marcó el final de ese primer robo. Algunos trabajadores de la dependencia se acercaron para corroborar lo que había pasado.
Luego de algunas horas en el edificio, en el que procuraron ordenar algo de lo que habían dejado los ladrones tras su paso, las instalaciones volvieron a quedar vacías.
Esa circunstancia fue aprovechada nuevamente por los asaltantes para regresar y dar un segundo golpe, con consecuencias aún peores que el primero.
“Cortaron un cable de la terraza”, afirmó Guiamet sobre el inicio del nuevo robo, ocurrido ya en horas de la noche de anteayer.
De nuevo, la mecánica incluyó la rotura de varios ventanales, por donde los delincuentes pudieron entrar para saquear esa dependencia universitaria.
Esa vez, la alarma no sonó. Los ladrones tuvieron entonces el camino allanado para darle rienda suelta a la violencia: “Quedó todo el instituto destrozado y vandalizado”, concluyó Guiamet, en diálogo con este medio.
El director de la entidad calculó que fueron robadas “entre siete y ocho” computadoras.
También se llevaron varios sobres con plata, explicó Catalina, que señaló que se trataba de dinero destinado a las actividades habituales del instituto, como el pago a becarios y fondos para la compra de materiales.
Recién ayer las autoridades del organismo universitario pudieron radicar la denuncia. Lo hicieron en la sede de la Policía Federal, con jurisdicción en el lugar.
A partir de esa presentación, ayer a la tarde aguardaban por la realización de pericias en el edificio, con el objetivo de levantar huellas de los sospechosos.
Catalina explicó algunas de las actividades que se desarrollan en esa entidad, y que ahora se encuentran complicadas a partir de este doble robo: se estudian especies vegetales, se dan clases en las facultades de Agronomía y Ciencias Naturales y también trabajan becarios del Conicet.
El cordón de la diagonal 113 es, a decir de autoridades vecinales dedicas a la prevención del delito, una de las zonas más castigadas por la delincuencia.
Los arrebatos de motochorros a peatones y los asaltos en casas figuran como la clase de hechos que más frecuentemente se registran.
A partir de estos casos recientes, se hará una nueva asamblea vecinal contra la inseguridad en 66 y 116, el sábado desde las 17.30.
El Día