El Ministerio de Agricultura francés ha anunciado la detección de un primer caso de gripe aviar H5N8 (considerada poco patógena en humanos) propagada por Europa durante las últimas semanas. El nuevo caso se ha localizado en una granja de patos en la localidad de Tarns Almayrac, al suroeste del país.
Asimismo, las autoridades francesas confirmaron ayer la infección en la granja en la que, desde comienzas de semana se estaba investigando la fuerte mortalidad de las aves (2.000 de los 5.000 patos).
Según el Ministerio, el papel de las aves migratorias es «preponderante en la contaminación de esta granja», por lo que recordó la previa detención del virus el pasado 26 de noviembre en el Pas de Calais, al norte del país y cerca de la frontera con Bélgica.
Fue en una partida de patos salvajes utilizados como reclamo para la caza donde se detectó, por primera vez, la misma cepa de la gripe aviar -inocua para los humanos- desvinculando el caso de la granja de Almayrac con el episodio primero del virus que conllevó la suspensión de las exportaciones a la Unión Europea. Las autoridades francesas señalan la necesidad de someterse a las reglas de «regionalización» de la Organización Internacional de la Sanidad Animal (OIE).
Estas nuevas circunstancias impedirán la recuperación del estatuto de país indemne de la enfermedad prevista para el próximo 3 de diciembre ni, por consiguiente, reanudar las exportaciones ya suspendidas desde la epidemia del pasado año.
Medidas urgentes
Para evitar las dispersión del foco, todos los animales de la granja infectada serán sacrificados poniendo en funcionamiento una «zona de protección» en un radio de tres kilómetros alrededor y otra «zona de vigilancia» en diez kilómetros a la redonda. Además, se llevarán a cabo sacrificios «preventivos» en las granjas que tengan un vínculo epidemiológico.
En cuanto a la caza, las autoridades también han endurecido las reglas reguladoras con el objetivo de frenar un mayor riesgo de propagación de la gripe aviar por las aves silvestres y, en particular, en todo lo que respecta al uso de animales de reclamo.
Así pues, el departamento de Agricultura ha hecho un llamamiento a todas las partes implicadas, esto es, a veterinarios, ganaderos, cazadores, particulares con corrales y otros propietarios de aves, para «una aplicación sin fallas de las medidas de bioseguridad» y para que señalen cualquier muerte sospechosa».
EL MUNDO