(Foto: Cortesía de Nayam Wings)
La empresa israelí Nayam Wings ha tomado alas de avión y las ha adaptado como velas para barcos mercantes, y al hacerlo cree que puede reducir el uso de combustible en un promedio de hasta un 35 por ciento por viaje, disminuyendo así los costos y, fundamentalmente, la contaminación.
Para una industria que tradicionalmente evoluciona lentamente, dice el director ejecutivo y cofundador de Nayam Wings, Saar Carmeli, los cambios regulatorios para reducir la contaminación de la última década han sido desalentadores.
Hoy en día, casi todos los barcos funcionan únicamente con motores eléctricos o de combustión interna, y Carmeli, capitán de la reserva de la Armada israelí, afirma que esta situación tiene que cambiar.
Pero, dice, aunque muchas industrias han comenzado a avanzar hacia energías renovables y limpias como la solar, el mundo marítimo se ha mantenido más o menos constante.
“La industria marítima es muy conservadora”, explica Carmeli a NoCamels. “En general, no ha cambiado en los últimos 200 años, desde la Revolución Industrial. El hombre descubrió el motor de combustión, empezó a usarlo y nunca paró hasta el día de hoy”.
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