En verano de 2015 se cerró la central nuclear de Grafenrheinfeld. Con ello Alemania da otro gran paso más hacia un abastecimiento energético seguro y sostenible.
. Una cuarta parte de nuestra energía eléctrica ya procede del viento, el sol y la biomasa. Hasta 2012 las emisiones a la atmósfera de gases con efecto invernadero se pudieron reducir casi un 25 por ciento con respecto a 1990. Con ello el Gobierno Federal prosigue su hoja de ruta para llevar Alemania con el cambio energético a un futuro seguro, compatible con el medio ambiente y económicamente exitoso.
Hasta el año 2025 Alemania quiere aumentar el porcentaje de la energía solar, eólica y de otras fuentes renovables al 40 hasta 45 por ciento y hasta el año 2035 al 55 hasta el 60 por ciento. Al mismo tiempo se prevé reducir las emisiones de CO2 un 40 por ciento hasta el año 2020.
Los presidentes de los partidos del Gobierno se reunieron el 1 de julio de 2015 con el fin de marcar las pautas para un cambio energético exitoso:
Mercado de energía eléctrica 2.0
Un “mercado de energía eléctrica 2.0” viable de cara al futuro constituye un paso importante hacia un suministro de energía eléctrica seguro y económicamente rentable en un mercado europeo marcado cada vez más por las energías renovables. El mercado de energía eléctrica 2.0 garantiza que todas las capacidades necesarias puedan ser refinanciadas a través de mecanismos de mercado y, según informes al respecto, en la práctica resulta más económico que un mercado de capacidad.
Con este sistema se asegura el mercado de la energía eléctrica mediante una reserva de capacidad de cuatro gigavoltios. Estas centrales solo se utilizarían en caso de que, en contra de lo esperado, el mercado no pudiera regular la oferta y la demanda. Esta reserva de capacidad abarca solo centrales fuera del ámbito del mercado de la energía eléctrica, por lo que los precios de mercado no se verían afectados.
Además, en el futuro la seguridad del abastecimiento se considerará cada vez más desde una perspectiva europea, tal como declaró Alemania junto con sus vecinos “eléctricos”. Ya que en el mercado interior europeo de la energía eléctrica la producción y la demanda pueden regularse a nivel transregional, algunos países pueden permitirse contar con menos reservas.
Abandono seguro de la energía nuclear
La responsabilidad financiera por la seguridad durante la fase final de funcionamiento de las centrales nucleares, por su cierre y desmantelamiento, así como por el almacenamiento provisional y el almacenamiento definitivo de residuos nucleares recae en las empresas de suministro energético.
El Gobierno Federal quiere que este hecho siga estando garantizado también en el futuro. Por eso, en un primer momento se evaluarán mediante pruebas de resistencia las reservas de las empresas. Con una nueva normativa legal se prevé evitar que las empresas suministradoras reduzcan su volumen de responsabilidad, por ejemplo reestructurando la empresa. Además, una comisión elaborará hasta finales de noviembre de 2015 propuestas de cómo asegurar de forma duradera los fondos financieros de las empresas para afrontar el desmantelamiento de las centrales nucleares y el tratamiento de los residuos radioactivos.
Ampliación de las redes
Para garantizar que energía eléctrica barata producida por fuentes de energía renovables en el Norte pueda ser suministrada a los consumidores del Sur es necesario ampliar las redes eléctricas, teniendo en cuenta los reparos de los ciudadanos contra las líneas eléctricas aéreas de alta tensión. Por eso, en los trazados de corriente continua está previsto dar prioridad a los cables subterráneos sobre las líneas aéreas.
Protección del clima
Alemania cumplirá sus objetivos en materia de protección climática. Para ello, hasta 2020 tienen que dejarse de emitir a la atmósfera 22 millones de toneladas de CO2.
Esta meta se alcanzará traspasando progresivamente unidades de centrales eléctricas de lignito por un volumen de 2,7 gigavoltios (que corresponde al 13 por ciento de la potencia instalada de la energía producida por plantas eléctricas de lignito) a las reservas de capacidades, apartándolas del mercado energético. Pasados cuatro años se cerrarán estas centrales eléctricas de lignito.
La cogeneración de energías eléctrica y térmica contribuye con cuatro millones de toneladas de CO2 a la reducción de emisiones, sustituyendo las plantas de cogeneración de energías eléctrica y térmica de carbón por otras de gas y fomentando la creación de nuevas centrales con un volumen moderado.
A partir de 2016 se dejarán de emitir otros 5,5 millones de toneladas de CO2 aplicando medidas de eficiencia energética. Dichas medidas en el ámbito de la renovación de edificios, en los municipios, el sector industrial y en el tráfico ferroviario se financiarán hasta el año 2020 con hasta 1.160 millones de euros anuales procedentes de fondos públicos a través del Fondo energético y climático.
F.:Embajada de Alemania en la Argentina