Desarrollan una técnica experimental prometedora para la insuficiencia cardíaca
MIÉRCOLES 14 DE OCTUBRE DE 2015
.El doctor Mauro Giacca, líder del Grupo de Medicina Nuclear en el Centro Internacional de Ingeniería Genética y Biotecnología (ICGEB-Italia), ubicado en Trieste, y también Director General del ICGEB.
Científicos italianos descubrieron moléculas que inducen la regeneración del tejido cardíaco y, en modelos animales, lograron recuperar corazones que tenían un daño del 30 al 40% en la superficie del ventrículo izquierdo. Pretenden realizar más estudios antes de empezar ensayos clínicos.
(14/10/2015 – Agencia CyTA-Instituto Leloir) -. La piel, la sangre y otros tejidos del cuerpo pueden regenerarse, pero el corazón no tiene esta capacidad. Y esa es una de las razones que explican por qué las enfermedades cardiovasculares representan la causa número 1 de muerte en el mundo.
Pero un grupo de científicos de Italia está abriendo una esperanza para el tratamiento de estas patologías: desarrollaron un tratamiento experimental que, al menos en ratones, induce la regeneración de corazones dañados. Los resultados son tan alentadores que están pensando en iniciar ensayos clínicos en un futuro no tan lejano.
Los ratones empleados en el estudio tenían dañada del 30 al 40 por ciento de la superficie del ventrículo izquierdo, “un porcentaje tan grande que los seres humanos probablemente no podrían sobrevivir”, dijo a la Agencia CyTA-Leloir el doctor Mauro Giacca, director de este proyecto y líder del Grupo de Medicina Molecular en el Centro Internacional de Ingeniería Genética y Biotecnología (ICGEB), ubicado en Trieste, Italia.
Giacca y sus colegas aplicaron a los animales dos tipos de microARNs o cadenas pequeñas de ARN, un material genético de composición similar al ADN. Y constataron que la recuperación fue muy alta. “La funcionalidad del corazón era bastante similar a la que tenían antes de la insuficiencia cardiaca “, agregó Giacca, quien también es director general del ICGEB, una institución que conduce investigaciones innovadoras en el campo de las ciencias de la vida con particular atención a las necesidades de los países en desarrollo.
Desde los primeros resultados exitosos, publicados en la revista “Nature” en 2012, Giacca y su grupo están realizando más investigaciones para mejorar su terapia experimental.
¿Cómo lo hicieron?
En los mamíferos, incluyendo los seres humanos, el agrandamiento del corazón durante el desarrollo embrionario depende principalmente del aumento del número de células musculares cardíacas, llamadas “cardiomiocitos”. Sin embargo, poco después del nacimiento, la proliferación de esas células especializadas se detiene. Por lo tanto, en la vida adulta, la reparación del daño cardíaco a través de la regeneración miocárdica es muy limitada.
En su estudio, Giacca y sus colegas examinaron dos mil microARN, moléculas reguladoras de la expresión de genes que son activas durante el desarrollo embrionario. Seleccionaron 40. Y descubrieron que los dos más potentes, hsa-miR-590 y hsa-miR-199a, “inducían la regeneración cardiaca (a partir de los cardiomiocitos existentes) después de un infarto de miocardio en ratones”, indicó el investigador, quien participó en Buenos Aires de la conferencia “Mecanismos Moleculares Involucrados en la Degeneración y Regeneración Tisular”, celebrada en el Instituto Leloir.
Uno de los problemas más grandes y sin resolver en la medicina, dijo Giacca, es la gran proporción de personas que mueren por el daño que sufre el corazón después de un infarto de miocardio y que dificulta o imposibilita su capacidad de bombeo. “Pensamos que podríamos encontrar una forma de inducir a los cardiomiocitos para comenzar a proliferar y regenerar”, añadió.
Aunque todavía no se conoce exactamente de qué manera los microARN favorecen la proliferación de estas células cardíacas, la posibilidad de potenciar ese mecanismo (por ejemplo, mediante drogas que simulen su acción o insertando genes en el corazón que expresen esas moléculas) entusiasma a los investigadores. En un artículo de revisión publicado en septiembre pasado en el “Journal of Molecular and Cellular Cardiology”, Giacca y un colega del ICGEB calificaron de “excitantes” las potenciales aplicaciones terapéuticas de este enfoque.
El doctor Mauro Giacca, líder del Grupo de Medicina Nuclear en el Centro Internacional de Ingeniería Genética y Biotecnología (ICGEB-Italia), ubicado en Trieste, y también Director General del ICGEB.
Créditos: Agencia CyTA-Leloir