En la ciudad de Rafaela, ubicada en el centro oeste santafesino, Argentina, jóvenes profesionales tienen una interesante experiencia para contar y mostrar, principalmente por los resultados obtenidos a partir de la incursión en la fertilización con nanopartículas.
por MAXIMILIANO LUJÁN Hernán Villada y Franco Caraffini, ingenieros agrónomos a cargo de la empresa “Agroestudio Rafaela”, apostaron por las nuevas tendencias y se embarcaron en un gran desafío que parece no tener techo. “Trabajar con materiales a escala nano tiene muchos beneficios porque la materia adquiere cualidades y propiedades que a escala macro no las obtenemos”, explicaron.
Al respecto, mencionaron: “más reactividad, más actividad eléctrica, más biocompatibilidad y más área/volumen”.Los expertos comentaron que la fertilización con nanopartículas hoy es posible gracias a la aplicación de un mineral liquido “de altísima pureza” que permite aportar azufre, calcio. magnesio, fosforo, zinc y boro, con el objetivo preservar los suelos y nutrir los cultivos.” estas pequeñas partículas producen una respuesta revolucionaria por la inmediata interacción con el medio ambiente, a punto tal que en menos de 30 días se incorporan a la biota del suelo”.
Hace años que vienen aplicándose minerales como el yeso, la dolomita y la urea al suelo, para aportar nutrientes y fertilizar suelos acidos, alcalinos y/o salinos. Históricamente han sido aplicados al voleo con excelentes resultados en el desarrollo de los cultivos, pero también mostraban algunas desventajas por las grandes dosis o volúmenes que implicaba el proceso y la pérdida de material. Esos factores generaban una aplicación y manejo ineficiente.
Hernán y Franco se pusieron al hombro la representación de los productos que desarrolla Kioshi Stone, empresa que se caracteriza por su constante innovación pensada para la fertilización de los suelos y la nutrición de los cultivos, mediante su línea de fertilizantes líquidos con nanopartículas, cuya denominación comercial es MIST (“niebla” en inglés).
“Su porfolio de fertilizantes es amplio (línea suelo-semilla-nutrición) y tiene protocolos específicos para cada cultivo y situación de suelos”, señaló Caraffini. En tanto, Villada describió los principales beneficios de esta innovadora forma de fertilizar: “baja dosis, menor costo de logística, menor impacto ambiental, fácil aplicación(pulverizadora-avion-fertirriego), amigable con el medio ambiente, reduce la huella de carbono”.
En tiempos donde el término “protocolo” lamentablemente se puso de modo, a partir del COVID, los jóvenes profesionales decidieron establecer un plan de acción para preservar la salud de los suelos. La estrategia comprende diversos aspectos tendientes a asegurar el capital más importante que tienen los productores: el recurso tierra.
El vínculo de Caraffini y Villada con Kioshi Stone data de cuatro años y en la actualidad se han convertido en el “centro de distribución regional” de la provincia de Santa Fe. Como miembros del staff técnico, están en constante investigación y desarrollo de protocolos de aplicación para cada zona, cultivo y situación de suelos.
Para convencer a los productores de incursionar en esta novedosa técnica, cuentan con resultados irrefutables que muestran incrementos en los rendimientos productivos y también mejoras en la estructura del suelo. “Se evidencia con claridad la corrección del pH aumentando así la disponibilidad de nutrientes, promoviendo el intercambio catiónico, la saturación de bases y la conservación de la materia orgánica”.
En un campo demostrativo ubicado en la zona rural de Rafaela, los profesionales llevaron a cabo ensayos para evaluar los portfolios completos de la línea MIST. Los números hablan por sí solos. En cuanto a soja, maíz y trigo los resultados a campo obtenidos con el protocolo de nutrición vegetal son muy destacables y con dosis de 1-3 lts/ha se han logrado diferencias de plus en rendimiento, con respecto al manejo tradicional, del 8% al 15%. Además, han logrado lo que se conoce como “casos de éxito”, alcanzando plus de rendimientos del 20%.
Con respecto a la fertilización química de los suelos también se registraron casos de éxito. Uno de los más recientes fue realizado en conjunto con el Ing. Agr. Sebastián Gambaudo (una eminencia en la región), con el cual se llevó a cabo un manejo responsable de nutrientes y un diagnóstico nutricional para aplicar “la fuente correcta” de nanopartículas en la “dosis adecuada” (1-3 lts/ha), en el “momento oportuno” (previo a la siembra) y en la “forma óptima” (pulverización terrestre). “Con estos cuatro requisitos logramos mejorar significativamente la Capacidad de Intercambio Catiónico, pH, relación Ca/Mg, aumentando así la disponibilidad de algunos nutrientes como fósforo y azufre”.
Para el final, dejaron dos reflexiones interesantes para todos aquellos que pretendan sumarse al mundo de la “nanotecnología” en el agro. “La relación costo-beneficio del uso de esta tecnología es muy rentable, permitiendo cuidar nuestros suelos y nutrir los cultivos de la manera más innovadora y sustentable que hay en el mercado”.
Teniendo en cuenta que es una acción que “llegó para quedarse”, Caraffini y Villada resaltaron: “la nanotecnología tiene el potencial disruptivo para aumentar la brecha entre las empresas que la incorporen a tiempo en sus procesos productivos y las que no lo hagan”
ECOS 365