BUENOS AIRES – La Gerencia de Ingeniería Nuclear de la Comisión Nacional de Energía Atómica (Cnea) emitió un informe denominado “Reporte de la eficiencia de retención de aerosoles medida en barbijos Atom Protect” y concluye que los denominados barbijos del Conicet -Atom Protect-, capaces de desactivar el coronavirus en 5 minutos, serían, en cuanto al filtrado de partículas, más ineficientes que otros tapabocas comunes. La réplica de los científicos a cargo de este desarrollo no se hizo esperar.
El informe, absolutamente técnico y de nueve páginas, señala a estos tapabocas (que ya tienen comercializadas un millón de unidades) por su supuesta baja eficiencia en la retención de partículas.
En realidad, el término usado en el memo es “aerosoles”, justamente el concepto que por estos días se oye en boca de infectólogos que intentan concientizar sobre la principal vía de contagio de coronavirus: la inhalación de aerosoles que podrían estar infectados, y que flotan y se acumulan en ambientes cerrados. Sin embargo, se pudo confirmar, los aerosoles del experimento de la Cnea fueron partículas sólidas que poco se parecen a los de la “vida real”, técnicamente, gotículas de soluciones salinas que exhalamos al hablar, cantar, gritar o solo respirar. Ana María Llois, investigadora Superior del Conicet, directora del Instituto de Nanociencia y Nanotecnología, respondió que “las telas tratadas no ofrecen una barrera mecánica sino una barrera química, que permite enfrentar procesos lentos” y enfatizaron la importancia de que virus, bacterias y hongos “quedan inactivadas”.