ENERGÍAS NUEVAS – Toyota apuesta a que los automovilistas aceptarán las células de hidrógeno, una tecnología más limpia, que utiliza la energía creada por una reacción electroquímica, cuando el oxígeno del aire se combina con hidrógeno almacenado como combustible.
Al contrario que los motores de combustión interna que impulsan la mayoría de los vehículos en la actualidad, una célula de hidrógeno puro no emite gases, apenas despide calor y un poco de agua. Estas células también son más eficientes que el proceso de combustión interna, que gasta casi dos tercios de la energía de la gasolina en forma de calor.
El automóvil de Toyota a célula de hidrógeno saldrá a la venta antes de abril. Pese a sus ventajas al parecer irresistibles, la tecnología se ha esforzado por avanzar más allá de los prototipos después de décadas de investigación y desarrollo por parte de la industria.
La industria automovilística en particular ha tenido obstáculos significativos para la comercialización de dichos vehículos, inclusive su costo prohibitivo. Además, las estaciones de combustible son casi inexistentes. Algunos dudan de las credenciales ambientales de las células de combustible porque el hidrógeno es producido a partir de combustibles fósiles.
Sin embargo, Satoshi Ogiso, el ingeniero que conduce el proyecto de Toyota, confía en que habrá un mercado en crecimiento significativo.
Parte del optimismo de Ogiso se debe a que ha trabajado durante 20 años en el híbrido Prius de Toyota.
El Prius, que tiene un motor eléctrico además de uno regular a gasolina, fue recibido con gran escepticismo al comienzo, pero fue conquistando al consumidor. Las ventas mundiales de los híbridos de Toyota han superado los seis millones de vehículos desde su debut en 1997.
«La protección del ambiente se ha convertido en un problema todavía más acuciante que en 1997», afirmó Ogiso en una entrevista en la oficina de la firma en Tokio. «El hidrógeno significa un paso más adelante que un híbrido. Es nuestra propuesta para un tipo de automóvil totalmente nuevo».
Toyota, que comenzó a trabajar en células de combustible en 1992 pero que no reveló cuánto ha invertido, no es el primer fabricante que produce un vehículo de ese tipo. General Motors Co. también ha estado trabajando en la tecnología, Honda Motor Co. ya vende el sedán FCX Clarity en números limitados y planea un nuevo modelo para el año próximo.
Sin embargo, la decisión de Toyota, en su condición del fabricante que vende más automóviles en el mundo, de iniciar la producción comercial de un automóvil impulsado por células de combustible es un impulso importante para la tecnología.