En el inicio de la temporada agrícola del kiwi, se presenta una de las etapas más críticas de este cultivo, la polinización. Conocer como se poliniza el cultivo y cuáles son sus problemáticas, redundará en la obtención de mayor cantidad de frutos de calidad comercial. En la zona sudeste de la provincia de Buenos Aires la floración del kiwi se produce entre el 15 y 20 de noviembre.
La calidad del fruto del kiwi está dada por una buena polinización de sus flores. El kiwi es una especie dioica, esto quiere decir que hay plantas que dan flores masculinas y que producen polen y otras, que dan flores femeninas que son fecundadas por el polen y en consecuencia, son las que producen frutos.
Sobre este tema la Ing. Agr. Alejandra Yommi, profesional del INTA -Unidad Integrada Balcarce- explicó «el polen tiene que llegar en cantidad suficiente a las flores femeninas, lo que se denomina polinización cruzada, para que haya cuaje y que los frutos crezcan y alcancen un tamaño y peso ideal, entre 100 y 120 g, y una calidad adecuada.
Cuanto mejor sea esa polinización, mayor será el tamaño de la fruta, dado que estas dos variables están íntimamente relacionadas a través de la cantidad de semillas, que se espera se encuentren en alrededor de 1000 o más».
Por su parte, el Ing. Agr. Carlos Godoy, docente de la Facultad de Ciencias Agrarias Balcarce -Unidad Integrada Balcarce- comentó «Para lograr una buena polinización hay distintos métodos:
La fertilización anemófila, es decir que las flores son polinizadas por el viento. El polen es transportado por el movimiento del aire. Si bien se puede lograr un muy buen cuaje, es decir que gran cantidad de las flores se conviertan en fruto, la polinización por viento no garantiza un tamaño comercial. Es decir, que se puede lograr una buena cantidad de fruta, en cuanto a número, pero no necesariamente fruta del tamaño que se busca.
Otro tipo de polinización es la entomófila, en la cual quienes transportan el polen son los insectos y el polinizador más importante es la abeja doméstica. Con un buen manejo de las abejas puede ser un método muy interesante, pero la plantación debe contar con un buena cantidad de plantas macho. Uno de los inconvenientes que presenta este método es la mayor superficie que estas plantas macho ocupan del lote en producción. Además, el trabajo de las abejas es muy dependiente del estado del tiempo, si no es bueno, y teniendo en cuenta que el período de floración es corto, la polinización puede verse afectada».
El Ing. Godoy plantea que para garantizar una buena polinización, se idearon otras formas más seguras siendo una de ellas la polinización artificial manual. En producciones de pequeña escala se hace polinizando flor por flor cortando con la mano la flor masculina y poniéndola en contacto directamente con las flores femeninas. Que otra técnica usada ampliamente es la utilización de aspersores, en la que las flores femeninas se asperjan con una solución nutritiva en la que se encuentra el polen es suspensión.
«En los lotes de kiwi en producción es común encontrar el uso de varias técnicas en simultáneo, como por ejemplo polinización por abejas (entomófila) y por asperjado de polen (artificial).
En cualquier caso, se necesita contar con suficiente número de plantas macho y con una distribución tal que permita acortar la distancia entre las flores femeninas y masculinas» concluye Yommi.
El Ing. Godoy explica que para que la superficie ocupada por los machos no comprometa el rendimiento, es importante reducir la cantidad de follaje que tienen las plantas macho, para lo cual se realiza una poda una vez que han florecido. De esta manera se garantiza tener una buena cantidad de flores masculinas disponibles sin que el crecimiento de hojas afecte el ingreso de luz solar a la plantación.
«Otro punto a considerar es la sincronización entre la apertura de las flores masculinas y las femeninas. Es necesario que las plantas macho y hembra florezcan a la vez o, por lo menos, que coincidan en una alta proporción de tiempo. Muchas veces se planta más de una variedad masculina, para minimizar el riesgo de que no coincidan las floraciones de las plantas macho y hembra en algunas temporadas» cierra Yommi.