MEDIO AMBIENTE – Suiza dispone de una de las redes de transporte más densas del mundo, pero el mantenimiento y la ampliación de la infraestructura vial son muy costosos. Para asegurar la planificación y financiación de estos proyectos, el Gobierno y el Parlamento quieren crear un Fondo para las Carreteras Nacionales y el Tráfico de Aglomeraciones urbanas (FORTA). La propuesta genera reticencia en las filas de la izquierda y los Verdes.
Traducción del alemán: Raquel Ruíz
Hasta ahora, las carreteras nacionales se financian con los fondos de la llamada Caja para la Infraestructura vial, alimentada sobre todo con los ingresos de los impuestos sobre los hidrocarburos y la venta de la viñeta para las autopistas. No obstante, el Gobierno y el Parlamento advierten del peligro que supondría una brecha en la finaciación. ¿Por qué?
El tráfico privado motorizado se ha quintuplicado desde 1960. El número de horas de los atascos va en aumento. Y los gastos de explotación y mantenimiento de la infraestructura crecen, en gran parte debido a las crecientes exigencias sociales en materia de protección ambiental, así como contra el ruido o los riesgos.
Paralelamente disminuyen los ingresos. Los impuestos sobre los carburantes no se han ajustado a los niveles de la carestía durante décadas. Desde 1974, no se ha modificado el recargo del impuesto sobre los hidrocarburos, que asciende a 30 céntimos de franco por litro de gasolina y de diésel.
Si no se adoptan medidas, la financiación de las carreteras nacionales será deficitaria en los próximos años, argumenta el Gobierno. Por eso, el Fondo para las Carreteras nacionales y el Tráfico de Aglomeraciones urbanas (FORTA) recibirá fondos suplementarios, y en el futuro todos los ingresos deberán destinarse a usos específicos.
Con este dinero se quiere asimismo eliminar los tramos neurálgicos donde se producen grandes atascos y conocidos cuellos de botella: construir la carretera de circunvalación entre Lausana y Morges, en el cantón de Vaud, y la autopista variante en la región zuriquesa de Glattal. El objetivo es que los proyectos en las aglomeraciones urbanas también se beneficien del FORTA.
El Gobierno y una clara mayoría del Parlamento apoyan el nuevo fondo. Con él se podrían eliminar los cuellos de botella y la red de carreteras nacionales seguiría funcionando eficientemente, declaró la ministra de Transportes, Doris Leuthard.
«Saqueo de las arcas estatales»
Al principio hubo poca oposición política a la creación del FORTA. Al fin y al cabo, ya existe un Fondo para la Financiación y la Ampliación de la Infraestructura Ferroviaria (FAIF). Y durante la campaña previa a la votación sobre la llamada iniciativa de la ‘vaca lechera’ –que quería destinar mil millones de francos adicionales a las carreteras– se argumentó que con el FORTA se presentaría a los electores un medlo de financiación más equilibrado.
Durante el debate no hubo objeciones a la creación de un fondo destinado a las carreteras por parte de la izquierda y los Verdes. Pero el Parlamento modificó de tal manera el proyecto de ley que ahora se producirá un saqueo de las arcas federales, lamenta Evi Allemann, diputada del Partido Socialista (PS).
La presidenta de la Asociación de Tráfico y Medio Ambiente (ATA), que encabeza la campaña para el no, critica sobre todo que se privilegie el tráfico vial frente a otras prestaciones del Estado, si en la Constitución se establece un objetivo de financiación de plazo indefinido. «Esta enmienda constitucional desbordaría las posibilidades de financiación y supondría una carga tan pesada para las arcas federales que se realizarían recortes en otros sectores, especialmente en el del transporte público.»
Efectivamente, de ahora en adelante se destinaría el 60 en lugar del 50% como hasta ahora, de los impuestos sobre los hidrocarburos para fines específicos de las carreteras, y el impuesto de importación de vehículos iría a parar al FORTA, en vez de a las arcas estatales.
La otra parte de los subsidios procedería de un aumento del recargo del impuesto sobre los hidrocarburos –de 30 a 34 céntimos de franco por litro de gasolina y diésel. Este incremento se justifica con el argumento de que los vehículos necesitan menos carburante que antes. Según Leuthard, el aumento no se aplicaría hasta 2019 como muy pronto.
También los Verdes critican el FORTA, y es posible que en su asamblea general de enero recomienden a su electorado votar en contra: «Luchamos contra la iniciativa de la ‘vaca lechera’, que rechazaron una aplastante mayoría de los votantes”, dice la presidenta del partido, Regula Rytz. El Parlamento, en el que la derecha dispone de mayoría, no ha salido escarmentado «de esta clara lección” y ha hecho del FORTA una “media vaca lechera”.
«En una situación precaria de las finanzas públicas, en la que se forcejea por cada céntimo, se aprobó un proyecto de ley extremadamente generoso, que conducirá a una ampliación de la red vial», sostiene Rytz.
No obstante, ni los Verdes ni el PS invierten suficiente energía, entusiasmo y dinero en la campaña para el no. Además, el PS está dividido, ya que la mayoría de sus representantes en la cámara baja son partidarios del FORTA.
A favor se ha pronunciado el Touring Club de Suiza (TCS), la principal asociación de automovilistas del país, así como los partidos de centroderecha. «En nuestras carreteras se forman anualmente 22 000 horas de atascos, que significan un perjuicio económico de casi 2000 millones de francos. Y para poder adaptar la infraestructura vial al actual volumen de tráfico necesitamos el FORTA», afirma Walter Wobmann.
El diputado de la Unión Democrática de Centro (UDC, derecha conservadora) se alegra de la «media vaca lechera», que se ha impuesto en el Parlamento. «Gracias al FORTA se dispondría de unos 700 millones de francos más para la red vial», explica Wobmann. Al fin y al cabo, el dinero sale de los bolsillos de los automovilistas.
«Fomentar la cohesión»
El Partido Demócrata Cristiano (PDC) ha dado su aprobación. «Suiza dispone de una infraestructura muy extensa de transporte individual público y privado. Este es un factor importante para el éxito económico, ya que garantiza que las regiones montañosas y periféricas estén conectadas con los centros», dice la diputada por el PDC, Viola Amherd. «Las buenas relaciones en materia de transportes fomentan la cohesión en nuestro país.»
La expansión de la construción de viviendas y la ampliación de redes de tráfico suponen la desaparición diaria de una superficie equivalente a diez campos de fútbol. Si con el FORTA se dispone además de más fondos para ampliar la red vial, esta tendencia se verá reforzada, argumentan los detractores del proyecto.
«La meta del FORTA no es disponer de menos zonas verdes», contraataca la política del PDC, «sino eliminar de forma específica y en casos puntuales cuellos de botella y garantizar a largo plazo el mantenimiento de las carreteras.» A la pregunta de cómo se compensarán los 650 millones de francos que faltarán en las arcas federales generales en el caso de un sí al FORTA, ya que se destinarán a la infraestructura vial, Amherd responde: «Tenemos que hacer frente al continuo aumento del tráfico y adoptar las medidas necesarias en materia de infraestructura y de ordenación territorial.»
En cualquier caso, necesitamos el dinero. Pero si lo salvaguardamos en un fondo –como en el caso de la infraestructura ferroviaria–, en vez incluirlo en los presupuestos anuales, nos aseguraremos de poder planificar, tanto en lo referente a la infraestructura vial como a las arcas federales. Aun así, Viola Amherd Valais no niega que el margen de actuación del Parlamento en términos presupuestarios se ve limitado con cada nuevo fondo que se cree.
3 000 millones para el FORTA
El FORTA dispone de un presupuesto anual superior a los 3 000 millones de francos que provienen de
Recargo del impuesto sobre los hidrocarburos: 1.900 millones.
Ingresos de los impuestos de importación de vehículos: 400 millones.
Ingresos de la venta de viñetas de autopista: 320 millones.
10% del impuesto sobre los hidrocarburos: 250 millones.
Tasa para vehículos eléctricos (desde 2020): 90 millones.
Contribución de compensación de los cantones para la cesión de carreteras cantonales a la Confederación: 60 millones.
swissinfo