La expansión de la producción global, así como la caída de los costos en toda la cadena de suministro de China y la baja en la demanda de los mercados europeos impulsan este fenómeno, que se espera continúe este año. El impacto para el consumidor y la competencia que se viene.
Hay una tendencia mundial de ser más sustentables, pagar menos por la energía eléctrica y hasta ganar dinero inyectando a la red general el excedente de producción.
Con cada vez más personas buscando esta alternativa a las energías convencionales producidas por combustibles fósiles, y cambiando hacia las verdes, los productos que ayudan a generar energía solar cada vez valen menos.
Así, la caída de los precios de los módulos fotovoltaicos no frena su velocidad. Esto es lo que se vio a nivel global en 2023, y según las últimas predicciones, en 2024 lograrán romper la barrera psicológica de los 10 centavos de dólar por vatio a nivel global.
En una reciente conferencia, el director del grupo de expertos Climate Energy Finance (CEF), Tim Buckley, ha confirmado que la evolución de los costos de producción mayorista han caído mucho más rápido de lo estimado inicialmente en 2023, y que a finales de este año se lograrían cifras inicialmente previstas para 2030.
¿Y por qué sucede esto? La razón de este fenómeno está basada en factores como la expansión de la producción global, incentivada por eventos como la salida de la pandemia y la guerra de Ucrania, que ha recordado a todos la necesidad de una cadena sólida de suministro y seguridad energética, particularmente en términos de dependencia de energía importada. Factores que dispararán el número de pedidos hasta alcanzar las entre 600 GW y 1 TW ya para finales de esta década.
Otro factor muy importante que está ayudando a aumentar el optimismo, y reducir los costos, es el reciente acuerdo entre los presidentes de China y Estados Unidos, que se han propuesto colaborar para triplicar las cifras de energías renovables en todo el mundo antes de 2030.
Los precios en toda la cadena de suministro de China siguen bajando, lo que repercute en los precios de los módulos. Otras razones también se sostienen en que Europa, uno de los principales mercados de exportación de China, sigue atravesando dificultades y “básicamente no hay necesidad de reponer el suministro”, según OPIS, una empresa de Dow Jones especializada en datos, análisis e información al servicio de los mercados energético y químico. Incluso con los precios bajos, la aprobación de proyectos en suelo es lenta y no hay suficiente mano de obra para montarlos.
En Latinoamérica, el mercado brasileño también atraviesa un período de baja en la demanda. Brasil está “acumulando demasiado” inventario, dijo esta empresa analista.
De cara al futuro, se espera que los precios de los módulos sigan bajando en 2024. Es que la caída actual de los precios supera varias veces los costos potenciales de almacenar los productos durante varios meses. Lo que queda para los distribuidores de paneles solares es el temor a que los productos se queden obsoletos porque la eficiencia de los módulos sigue aumentando y los módulos almacenados con bajo rendimiento podrían tener una salida al mercado muy limitada o llegar a ser, directamente, invendibles.
Ante estas perspectivas, por ejemplo, las empresas europeas están fortaleciendo su capacidad de producción, lo que a corto plazo puede suponer contar con una capacidad solar instalada que indican podría alcanzar los 2 TW en 2025.
Los expertos indican que los precios al consumidor final pueden llegar a descender en promedio un 40% en los próximos 12 meses, lo que supondrá contar con unas instalaciones y una energía cada vez más barata, y limpia.
En Estados Unidos, se han anunciado más de 70 mil millones de dólares en nuevas inversiones en fabricación de energía limpia desde la nueva ley de producción de agosto de 2022, según datos de Canary Media citados por S&P Global Market Intelligence. El auge significa que la capacidad nacional en el nodo del módulo superará la demanda para 2025, dijo S&P Global Commodity Insights.
Los mercados emergentes también están adquiriendo cada vez más importancia para la industria solar. Arabia Saudita está trabajando en la planta solar Al Shuaibah de 2,6 GW, el mayor proyecto de energía renovable del reino. El proyecto avanza después de conseguir una financiación de 8300 millones de riales, o 2200 millones de dólares. El Fondo Nacional de Infraestructura del país ha proporcionado 1700 millones de riales, siendo la primera vez que respalda un proyecto patrocinado por el gigante petrolero Saudi Aramco.
Es más, Arabia Saudita está utilizando licitaciones para agregar más capacidad renovable a su red eléctrica y alcanzar el cero neto para 2060. La estrategia refleja el uso más amplio de licitaciones competitivas en Medio Oriente y África como una forma de acelerar la implementación de energía eólica y solar a gran escala.
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